Punto de vista de Gil
Si hubiese sabido que tendría que terminar en estas mierdas, no me habría acostado con la estúpida de Amy, para ser sincero.
Primero, Blake me llamaba para pedirme que interviniera y la hiciera desistir de sus pretensiones económicas; ahora, la muy idiota pedía verme para hablar sobre el mismo tema, pero, claro… tirando a su favor.
Como ya no tenía que ir al trabajo, pues me preparaba para partir a Reino Unido, fui al motel donde se quedaba, un cuartucho de mala muerte, porque Blake dejó de pagarle el bueno hacía días, a ver qué salía de ahí.
Al llegar, estacioné mi auto y busqué el número que me indicó. El cuarto estaba en una parte alejada de la entrada, y no tuve mucho problema en hallarlo. Toqué la puerta y esperé.
Unos segundos después, una desencajada Amanda me abri&
Punto de vista de BlakeSentado frente a mi escritorio, a media mañana y con Logan al frente, atendía una llamada de Gilbert.—Bueno, hermanito, ya hice lo que podía por ti, espero que eso tenga el efecto esperado… Esa maldita estaba que se hacía encima cuando le dije que la habías superado muy fácilmente, así que dudo que te siga molestando.Arrugué la cara ante sus palabras, no por el tono burlón que usó para decirlas, sino por el mensaje, y resoplé.—Eso lo sabré si me llega una notificación de retiro de denuncia —hablé con más calma.—Seguro llega pronto. En fin… creo que esto concluye mi papel como tu peón, así que espero que ya pueda irme en paz.—Puedes hacerlo, y gracias… Has sido un peón muy útil.—Eres un maldito calculad
Punto de vista de Ryan—¡Aquí está, Blake es la Reina!Un tirón frío se me metió en el cuerpo apenas escuchar ese nombre, y me pareció que todo se caía a mi alrededor.Trataba de no parecer asustado estando allá arriba, pero, para ser sincero, no me sentía en condiciones de ser el mismo que todos recordaban en mi estado actual.—¡Así que nuestro querido Blake Maier ha salido premiado! —exclamó Shirley.Desde donde me encontraba, podía ver el ánimo y el brillo en sus ojos, se la notaba encantada y no entendía por qué. No obstante, ella continuó:—¡Tráiganlo, tráiganlo!Entre vítores, Phillip y Wyatt arrastraron al susodicho a la parte delantera del salón, y lo hicieron subir al escenario. Él evitó mirarme, pero me di cuenta de
Punto de vista de RyanDespués de aquella noche en la preparatoria, las cosas se suavizaron entre Blake y yo, y, aunque algo parecía quedar en el aire, como era obvio, ahora podíamos hablar con normalidad.Hoy era 23 de mayo, su cumpleaños que, por desgracia, cayó en día lunes. No obstante, considerando los acontecimientos, y lo desastrosos que habían sido sus últimos días, semanas, tomamos cartas en el asunto.La noche anterior acordamos que la esposa de Wyatt cuidaría de Colin el lunes para que él pudiera salir al bar con nosotros y, esa misma mañana, tras cantarle un escueto Cumpleaños Feliz, le dije que pasaría por él, que dejara su auto en casa.Era obvio que, al ser el cumpleañero, no lo dejaríamos ir hasta que estuviera borracho.Llegué a su casa temprano en la mañana y, tras sonar la bocina, a
Punto de vista de RyanLa comida llegó en medio de risas, de Logan contando cómo su hermana quiso dejarle sus sobrinos el fin de semana pasado y casi termina en tragedia.—Tienes que hacer un curso de paternidad, hermano, te urge… ¿Qué pasa si ella necesita de tu ayuda de nuevo? ¿Los dejarás morir? —comentó Blake, tenedor en mano.Él ordenó lasaña, como casi lo tenía jurado, pues esta poseía unas preciosas capas de jamón, además de una cerveza.Bueno, era genial saber que se tomó mi sugerencia a pecho.—No planeo casarme, ¿por qué debería aprender a cuidar niños? —se quejó el abogado y tomó de su cerveza también.—Jamás dejaré a mis hijos a tu cuidado, viejo… ya me das miedo —musitó Wyatt.Me ech&
Punto de vista de RyanNuestros labios chocaron, y enseguida correspondí y me dejé llevar por esa lengua que me atacó a la primera.Sentir la calidez de su músculo me llenó de un ansia extraña, una emoción cuando menos primitiva y juvenil, pero que me fascinaba.Él se acercó más a mí, casi sin separarnos, y el beso se profundizó en el momento en el que me tomó el costado de la cara con una mano, y la inclinó para chupar mis labios y mi lengua con mayor propiedad, lo que, poco a poco, fue soltando corrientazos placenteros por todo mi cuerpo, que llegaron sin dudar a mi entrepierna.Quiso quitarme el saco, pero le fue imposible, así que lo hice por mi cuenta y, mientras él se sacaba la corbata, lo imité con la mía y el chaleco, y solo los tiré a un costado.Sabía lo que iba a pasar, lo que estaba
Punto de vista de BlakeUn penetrante olor picoso inundó mi nariz, y me hizo abandonar poco a poco una placentera bruma negra que me invadía hasta ahora.Me removí, a sabiendas de que estaba en mi cama y, cuando abrí los ojos, encontré mi habitación iluminada apenas por la luz que se colaba desde las ventanas cerradas. Respiré hondo y el olor siguió allí, justo para permitirme darme cuenta de que me encontraba completamente desnudo.Y de que no me encontraba solo.Miré a mi lado y, en tanto un ligero malestar me repasó la cabeza, descubrí el cuerpo de un varón rubio que conocía a la perfección, y que me veía con ojos suaves y adormilados.—Mierda… —murmuré.De repente, el corazón en mi pecho se paralizó ante la certeza que los recuerdos de lo ocurrido en la noche anterior, y
Punto de vista de RyanTras dejar la casa de Blake, llegué a la mía usando un atajo en cuestión de minutos, me saqué la ropa y fui directo a meterme a una tina con agua caliente porque, uno, olía horrible… sí, olía a se.xo, y eso fue encantador la primera media hora, pero ya me sobrepasaba; dos, tenía que lavarme el trasero, pues me quedé dormido y no lo hice a tiempo; y tres…—Maldición… Blake me destrozó las caderas —mascullé dolorido y solté un resoplido.Sentía un gran peso en mi parte baja, uno que se alivió con el agua tibia y, metido ahí, recordé que debía reportarme con Morgan y mi padre.Le envié un mensaje al primero, pero me dijo que solo quería saber si estaba bien porque Morgan lo llamó, así que le puse la misma excusa que le daría a e
Punto de vista de RyanSus manos se metieron traviesas debajo de mi camisa, y nos deshicimos el uno en el otro en medio de la sala, de pie, dejando que nuestras lenguas hicieran el trabajo.Llevé las palmas a su trasero y lo apreté hacia mí, frotándome contra su pelvis sobre la ropa sin vergüenzas, al tiempo que tomaba control de aquel beso.Una risilla sucia se me escapó.—Esta vez es mi turno, lo sabes, ¿no? —mascullé.Blake frunció el cejo de forma graciosa.—Me destrozaste las caderas anoche, todavía me duele, ¿sabes? Necesito vengarme tan pronto como sea posible.Mi voz, inusualmente pícara a sus oídos, lo llevó a sonreír tras un segundo, y asintió con la cabeza.—Supongo que puedo aceptarlo; después de todo, no es como si alguna vez no pensé en esto.Al