EVAMe sentía tan cómoda que no quería levantarme a responder el teléfono. Los brazos de Damián rodean mi cintura. Podía sentir su respiración en mi cuello. Increíble que en menos de cinco horas había tenido sexo con él, con el hombre que dije que odiaba y el que juró que me odiaba. Me levanté desganada, tenía que ser demasiado importante para que me llamaran tan temprano. Vi la pantalla, el nombre de mi papá aparecía en ella. —¡Aló! —respondí —Eva necesito que salgas de inmediato hacia la ciudad, todo está listo para sellar el trato. —¿En serio papá? tiene que ser tan temprano. —Si, llamaré a Damián para que te acompañe. Te espero en media hora en el estacionamiento. —Está bien papá. Corté la llamada, abrí una de las cortinas de mi ventana. El sol hacía su aparición, los rayos apenas y se notaban en la habitación. Miré hacia Damián, tenía su espalda descubierta. Iba a despertarlo de manera cariñosa, pero antes de hacerlo algo llamó mi atención. En su espalda baja podía notar
CAPÍTULO 101Damián“Dasha necesitamos hablar, te espero en la oficina de mi padre” Escribí un mensaje a Dasha, iba a terminar con ella de manera definitiva era un error seguir alimentando una relación la cual no iba a ningún futuro. Eva regresaba el día de hoy y me sentía ansioso, quería verla de nuevo. Algo dentro de mi quería verla con desesperación y volver abrazarla. Dí un suspiro y tomé mi computadora y empecé a revisar los informes mensuales. Agustín aún no regresaba y no respondía mi teléfono. Esto ya no era normal. Llamé a la empresa y me comentaron que Agustín había estado por allá, no entendía porque no respondía el teléfono. —¡Esto no puede ser! —exclamé. Veía los estados de cuenta y los números no estaban bien. No tenía idea de dónde habían ingresado diez millones de dólares y como al día siguiente habían desaparecido. —Hola mi amor. —Dasha entró a la oficina —¿Qué es lo que pasa? Bufé, al verla. Algo estaba mal en la empresa y tenía que descubrir lo que pasaba. —
EVAVí como los hombres de mi padre se llevaban a Damián con un costal negro en la cabeza. Una parte de mi quería dispararle y dejarlo muerto en el suelo, pero otra parte de mi quería que sus palabras fueran verdaderas, que no era el culpable de la muerte de Aidan y sobre todo que aún me amaba.—¿Estás bien hija? —preguntó mi madre. —Todo está bien mamá. —Sé que esto también te duele…—¿Dolerme? Me alegra que al fin mi padre se haya dado cuenta de la clase de persona que es Damián. Al menos si no piensa matarlo solo espero que sea exiliado de esta casa y no volvamos a verlo nunca más. —¡Tú y yo tenemos que hablar! —exclamó mi padre. Se suponía que Damián era el traidor y estaba enojado conmigo. —Está bien. Seguí a mi padre hasta llegar a su oficina. —¿Desde cuándo tu y Damián tienen una relación? —No tengo ninguna relación con ese traidor. —Pues esos “Te amo” sonaron muy sinceros. ¿Qué fue lo te hizo? —Me quedé callada ante su pregunta —¡Eva! —espetó furioso.—¡No quiero hablar
Damián Jalaba mis manos con fuerza, trataba de liberarme de las sogas que me ataban. Llevaba más de un día acá encerrado. Dominic insistía en que le dijera sobre el dinero que supuestamente había robado, pero no tenía una explicación para eso, ni siquiera supe nada de ese dinero. Solo quería soltarme para encontrar a Agustín y pedir explicaciones, estaba seguro que él tenía algo que ver con ese dinero. Continué con mi esfuerzo, estaba a punto de lograr quitarme las cuerdas de las manos. Si lo lograba el resto sería más fácil. De repente la puerta de la habitación en donde me encontraba fue abierta con violencia. Era Dominic y su cara me indicaba que no estaba nada feliz. —¿En dónde está? —exclamó —¿De qué hablas? —¡Mi hija! ¿En dónde está? Desapareció desde la mañana. —No tengo idea de lo que hablas. —Eva no está y estoy seguro que tienes la culpa. ¿Cómo que no estaba? —Estoy atado de manos y pies ¿cómo voy a tener la culpa de que ella desaparezca? —Tienes una organizació
EVAAbrí mis ojos desconcertada. Sentí un dolor en mi cabeza. Entonces recordé el golpe en la cabeza, estaba siguiendo a Dasha y alguien me golpeó con algo. Miré alrededor, me encontraba en una habitación. No había ni una sola ventana, solo dos puertas y una cama en la cual me encontraba recostada. Me levanté y me dirigí a una de las puertas, era un cuarto de baño. Me dirigí a la segunda puerta y estaba con seguro, intenté abrirla con todas mis fuerzas pero fue inutil. ¿En dónde estaba? ¿Quién me había traído a este lugar?Busqué en la habitación algo que me pudiera ayudar a salir de este lugar. Pero no había nada, solo sábanas y almohadas, fui al baño y solo habían productos de higiene. Ni siquiera había un espejo. De pronto escuché ruidos en la puerta, alguien iba a ingresar. Tomé la posición de defensa preparada para atacar a la persona que se apareciera. —¡Tranquila no hagas nada! vengo en paz. —¿En paz? me tienen secuestrada en un lugar que no tengo idea en dónde es. —Esto
¡Pam! ¡Pam!—¡Maldita! ¿Por qué hiciste eso? El arma que tenía en mi mano había lanzado dos disparos, pero no en dirección de Damián sino de Agustín. Uno de los disparos dio en su pierna derecha. Damián abrió sus ojos, quien los había cerrado al escuchar los disparos. Me vió y después se dirigió hacia Agustín. Estaba sorprendido. Corrió hacia él y lo empujó hacia la pared, presionando con su rodilla en la herida de la bala. —¡Dile la verdad! —Espetó furioso Damián. —Ya dije la verdad. —Damián, presionó la rodilla —¡Aaaaaah! —grito de dolor Agustín. —Dile que fuiste tú quien mató a Aidan y robó el dinero. ¿Por qué había disparado hacia Agustín? Por qué me di cuenta de que Dasha estaba oculta en una habitación y apuntaba en contra de Damián. Se supone que ella era la novia de Damián, pero le había ocultado la verdad sobre su verdadero parentesco con Tony. Así que ella era cómplice de Agustín, aquí el único traidor era ese desgraciado. Ví como se esfumó al ver como le disparaba a
—Te estaba esperando. —dijo mi madre, quien tenía una toalla en su mano. Me encontraba nadando desde hace una hora. —Tú padre ya está de vuelta. Sé que lo estas esperando. No quería parecer ansiosa, pero era así. Habían pasado seis meses del incidente con Agustín. Seis meses en que mi padre había desterrado a Damián, todo ese tiempo él había insistido con mi padre en que podía confiar en él. Pero simplemente mi padre no cedió. Este último viaje iba a reunirse con él e iba a tomar la decisión si le permitía regresar a la casa. Yo mejor que nadie estaba interesada en que Damián estuviera de vuelta. Mi madre sabía que esperaba a mi padre para esperar su respuesta. Me sequé y me dirigí a su oficina. —Hola papá. —me acerqué y lo abracé. —Hola mi amor. —¿Qué tal te fue? —La reunión fue un éxito. Logramos un trato y ahora nuestra constructora va absorber tres constructoras pequeñas de Londres, seremos la más poderosa de la ciudad. —Eso es perfecto papá. Sabía que ibas a poder convenc
—Disculpe señorita aca esta lo que me pidió. —Muchas gracias. —Por cierto, su papá llamó dice que la esperan para la cena y le suplican que sea puntual. —Muchas gracias. —¡Ah! ¡Feliz Navidad!—Feliz Navidad para ti también.Hoy se se celebraba la noche bien en Londres y pues los empleados habían asistido las primeras horas de la mañana, muchos para no dejar nada pendiente ya que después de hoy nos veríamos dentro de dos semanas. El trabajo era sobreabundante y necesitaba de ayuda. Mi padre y mi madre junto a mis hermanos habían viajado hasta Londres para pasar estas fiestas como familia.“Hola mí amor, que tengas una linda mañana” Envié un mensaje a Damián, ya que por la diferencia de horarios de seguro apenas y se estaba levantando. Teníamos ocho meses de estar separados, él en Chicago y yo en Londres, pero ni los kilómetros habían apagado nuestro amor. Nos habíamos visto solo en tres ocasiones durante este tiempo y lo aprovechamos al máximo.Siempre nos llamábamos y teníamos a