El CEO Lombardi, se retiró de la mesa para buscar a su mujer, ella era su todo, estaba tan molesto con la rubia por haber hecho sentir mal a su esposa embarazada que hasta podría ahorcarla con sus propias manos, atravesó el salón pero por más que buscaba no la encontraba, y eso ya lo estaba preocupando En la mesa, los grandes ojos verdes de Candice, miraban a su esposo, ella estaba a punto de llorar, la habían llamado gorda, que no estaba a la altura de ser la pareja de un CEO tan atractivo como lo era su marido — ¡No debiste traerme a este lugar, mírame, no estoy en condiciones para salir a ningún evento el bebé me hace comer mucho, siempre estoy de antojos y tú.... tú no me dijiste que me veía tan mal, debiste decirme Daniel Alejandro! — No, no, cariño, tú te ves bellísima, estás embarazada de cinco meses, es imposible que no te crezca la pancita, si no fuera así el bebé no podría crecer y estaría en problemas, no hagas caso de lo que dice la mujer rubia, mi esposa es la muj
Los puños del CEO Lombardi se cerraron hasta poner blancos sus nudillos, ese hijo de puta de Julio Garza, se había llevado a su esposa, ella estaba embarazada, ¿Qué demonios pretendía él? el CEO rogaba al cielo que no le fuera hacer daño a Adriana — Donovan, ¿Pudiste ver algo? ¿Salió Adriana del área del salón? — Dallán, llegaba a preguntar y con él Daniel Alejandro, Candice, estaba muy preocupada por lo que hubiese pasado con la señora Lomabrdi — ¡Si, un imbécil mafioso que la conoció en la universidad, un ingeniero aeroespacial llamado Julio Garza, él se la llevó de aquí, ese maldito gusta de mi esposa, pero en estos momentos no se que intenciones tenga — Donovan, estaba verdaderamente inconsolable, hervía de furia — Cálmate Donovan, sé que estás pensando en ir a buscar tu mismo a Adriana, o llamar a las autoridades y esperar a que den con ella, pero creo que lo mejor es llamar a quienes realmente puedan hacerle frente a ese tipo — ¿De quién hablas Dallán? En estos mom
El apuesto Emill Rodríguez y Alessandro Ferreti, trabajaban en sus computadoras a gran velocidad, cuando apenas pudieron parar un poco, entonces vinieron las presentaciones — Donovan, ellos son mis amigos, Emill Rodríguez, que pertenece a la mafia mexicana, es excelente en lo que hace, además de manejar el negocio prohibido de su familia con la ayida de su padre y su hermano, también es un exitoso empresario, es apodado el rey Black Jr. — ¿Te refieres al Rey Black, dueños de cientos de casinos? — Ese mismo, Alessandro Ferreti, es el actual cabeza de familia de la mafia griega, más les vale nunca meterse con él, es implacable como lo es su padre, y ahhhh, es el hermano mayor de Diana, — ¿La chica que te gusta? — Si... esa misma, un verdadero dolor de cabeza — Pero... según los códigos, no te debe de gustar la hermana de tu amigo, Dallán — Lo sé, pero a mí me gusta Diana, a Alessandro, le gusta la hermana de Emill y a Isack, le gusta mi hermana Amelia, cosa que no
De uno a otro se estuvieron pasando a los mellizos para arrullarlos, ellos mismos se hacían ahh, ahh ahh, así que mientras unos trabajaban en la computadora, otros hacían lo posible por dormir a los niños — Ahhh... ¿En dónde se apagan estos niños? Mirenlos, están más despiertos que yo, tienen los ojos muy abiertos — Dallán cargaba al pequeño Dominic, el bebé jugueteaba con su chupón, y no parecía tener la intención de dormirse — Guuuu... Ma...má... — El niño seguía preguntando por su madre — No soy mamá, soy el tío Dallán, mamá vendrá pronto — Estate quieto mellizo, estás no son horas para que un bebé de tu edad esté despierto, Donovan, ¿Alguna vez te dejan dormir por la noche estos dos niños? — Preguntaba Alessandro Ferreti, mientras cargaba al travieso Doménico, el niño quería jugar con todo lo que estuviera a su alcance — Desde que llegaron a mi vida y a la mansión Lombardi, este par de adorables diablillos no me han dejado dormir una sola noche completa, ya saben, pi
Daniel Alejandro, se había quedado en su mansión con su esposa, el no era un hombre cobarde, pero al saber lo que había sucedido con la esposa del amigo de su primo, solo queria salvaguardar a su mujer y a su bebé, más no podia dejar de llamar a su mejor amigo — Sebastian, espero que te encuentres bien — La compañía va bien, solo me hace falta... ya sabes quién, tú desde que te casaste casi no te he visto ni el polvo, apenas terminas de trabajar corres a tu mansión para ir a los brazos de tu esposa — Por supuesto, ese es mi lugar favorito, además está embarazada y tengo que cuidar de ella y del bebé, lo que me lleva a decirte el motivo de mi llamada — ¿Sucede algo malo? — Es sobre el banquete de ayer, al que no quisiste asistir para no ver a tu ex novia con su marido — Todavía no estoy preparado para verlos juntos, era mejor no asistir, ¿Pero que con eso? — Sebastian, secuestraron a Adriana, del salón, ella salió un momento al jardín y desde ahí se la llevaron — ¿Q
Donovan, no era mafioso pero en ese momento quería caerles a golpes a disparos o a puñaladas a esos tipos, ellos vestían trajes a rayas, un pequeño sombrero ligeramente ladeado, zapatos de charol y fumaban un habano, esas eran sus costumbres en Italia — Primero que nada nos vamos a presentar por qué creo que no saben a quien tienen frente a ustedes — Alessandro Ferreti, habló, más en ese momento el timbre se volvió a escuchar, en menos de nada un joven rubio muy apuesto de ojos miel, se les unía — No comiencen la fiesta sin mi, yo también quiero saber cómo es que estos italianos se han instalado aquí y desde cuándo — Devon Heineken, había llegado, los Heineken también eran socios de los Rodríguez y los Ferreti — ¡No entiendo nada, expliquense o marchense de aquí, mi hermano y yo estamos muy ocupados en este momento! — Valerio Garza, decía a los extraños hombres jóvenes que yacían en su casa — Bueno, como no nos reconoces, te vamos a decir nuestros nombres — Alessandro Fer
Donovan había dejado que sus nuevos amigos mafiosos con los que se había entendido perfectamente, todos ellos eran hombres de alto valor, pero iba a dejar en claro su posición — Aunque no soy un mafioso, les aseguro que no voy a pasar por alto esto que Julio Garza, ha hecho, él se llevó a mi esposa embarazada, y dejaré de llamarme Donovan Lombardi, si nada mato con mis propias manos a ese cabrón que está poniendo en peligro la integridad de mi mujer y mi hija — La voz del CEO era imponente — ¡Yo le advertí, le advertí que dejara en paz a esa mujer casada, pero estaba decidido a conquistarla, cuando se dió cuenta de que no podría, entonces se obsesionó con ella, más nunca imaginamos que llegaría a tanto! — Pues lo hizo, así que apresurense a localizarlo, la señora Lombardi puede estar en extremo peligro en estos momentos — Exigió Alessandro Ferreti — Como vió que les estaba costando, él también sacó su elegante arma y les apuntó a los hermanos — De prisa, no me hagan ir a busca
Sin Adriana dejando de llorar, Julio se desesperaba cada vez más, era como si de pronto ese apacible ingeniero aeroespacial que había conocido en la universidad, había dejado de ser el mismo para convertirse en un enfermo mental obsesionado con ella — !Ya deja de llorar, no te estoy haciendo nada aún! ¿Quieres que de verdad sea malo contigo? ¡Estás acabando con mi paciencia! — Está bien, está bien, ya no voy a hacer ruido, no te enfades por favor, no me hagas daño — Así me gusta, que cooperes, que seas buena, pero dime, ¿Por qué tenías que embarazarte de ese CEO imbécil? ¿Por qué no me esperaste? Era seguro que yo iría por ti, que te traería a mi lado porque me gustas mucho — El mafioso tomó con sus dedos el rostro de Adriana para voltearlo hacia él, el hombre dejó un corro beso en los labios resecos de la mujer. Adriana quiso zafarse pero el sujeto no se lo permitió, ella no quería hacerlo enfadar y que la tomara contra su bebé, tuvo que aguantarse el asco y repudió que sent