Oliver llegó a la clínica en poco tiempo. preguntó a la recepcionista por el CEO Valencia y pronto fue llevado hasta el consultorio en donde lo estaban atendiendo. — Voy a pasar. — ¡Oliver llegaste! Acércate, van a desinfectar mis heridas. — No iba a dejarte solo después de que fue prácticamente mi culpa que Emill te golpeara. Tú creíste que estaban abusando de mí. — ¿Y no es así? Ellos te hablaron de una manera muy ruda. No podía permitir que te trataran de esa forma. No me importa estar un poco adolorido. — Estás equivocado, Emill no solamente es mi jefe, él es mi amigo, nos criamos juntos después de que mis padres me adoptaran. Nunca debiste enfrentarte a él, mucho menos hacerlo enfadar, la preparación de Emill está por encima de un CEO. El es letal. tienes mucha suerte de seguir vivo. — Dijo que la próxima vez me mataría, ¿Quién quita una vida solo por qué si? Solamente un psicópata. — Emill es un hombre de mafia, si lo ofendes no dudes que defenderá su orgullo.
El CEO Black seguía sentado en el fino sofá. Sabía muy bien lo que había pasado y estaba muerto de celos. — No te atrevas a dejarte seducir por Valencia. ¡Tú no puedes corresponderle! — Axel caminó hasta Oliver. El CEO lo tomó del rostro y lo besó. Necesitaba probarlo, necesitaba que lo probara a él. Qué supiera que el único hombre del que podía enamorarse era de él. Este era el segundo beso apasionado que recibía Oliver esa noche. Archivald besaba bien, muy bien de hecho. Pero Axel... Axel era un volcán conteniéndose para no hacer erupción. Con solo un beso lo hacía perder la cabeza. — Axel... Basta... No sigas por favor. No estoy listo. — Oliver apenas alcanzaba a susurrar. El CEO Black tuvo que hacer uso de todo su autocontrol para soltarlo, su cuerpo ardía por ese hermoso mafioso, quería hacerlo suyo, poseerlo, y alejarlo de todos los Alfas que quisieran tocarlo y arrancarlo de su lado. — Arrrgghh... Me iré, si me quedo no voy a escucharte. Pero no saldré de aquí sin d
El mafioso Deeguel Rodríguez salió a hacer una llamada. Cuando volvió al despacho los tres jóvenes mafiosos seguían viendo los gemelos. — Pero que suertudo eres, a mí todavía no ha habido quien me haga este tipo de regalos, se nota lo mucho que le interesas. — Degél comentaba con Oliver y Emill. — Vamos... Son solo unos gemelos, tampoco es como que sea un costoso Rolex o un coche de edición limitada. Tampoco no es un gran esfuerzo. — Vaya que eres muy exigente papá. Seguro que tú en tus años veinte recibiste muchos regalos como este, ¿Cierto? — ¿De dónde se te ocurren tantas estupideces, Degél? Yo no recuerdo a nadie que haya pasado por mi vida antes de tu madre. Eso que te quede claro. — ¿Dónde está? — Alejandra entraba al despacho abriendo la puerta intespectivamente. — ¿Qué pasa mamá? ¿Te vienen persiguiendo o cuál es la urgencia? — Que gracioso Degél. — La madre respondió molesta. Alejandra se acercó a Emill para revisarlo de pies a cabeza. Pudo ver qué tenía varios g
Oliver miraba a su tío sin saber que decir. Lo que ese imponente CEO Alfa le hacía sentir muchas cosas. — Tío Deeguel, Archivald Valencia, es uno de los hombres más asediados y cotizados a nivel mundial. El que esté interesado en mi es como... un honor. ¿Escuchaste lo que escribió? Dice que le gustó y que me quiere hacer suyo. — Hay no puede ser, ¿Sabes acaso lo que estás diciendo? Si ese CEO o Alfa te hace lo que dices tú... Qué horror, ni siquiera puedo pensarlo, mucho menos decirlo. Lo que quiero decir es que con lo que escribió en la nota no quiere decir que va en serio contigo Oliver. Seguro que lo que quiere es tener un acostón contigo y ya. — Papá, no deberías desvalorizar así a Oliver. ¿No lo creés capaz de enamorar al CEO Valencia? Aunque después de que Emill lo golpeara tan duro. ¡Quizás lo que quiera ahora sea venganza. Quizás quiera seducir a Oliver y después de tener su cuerpo dejarlo abandonado sin compasión como pañuelo desechable! —No me estás ayudando en n
En la mansión Alcántara, la situación se ponía ojo de hormiga. La segunda hija del matrimonio Alcántara - Mancini. Llegaba a hablar con sus padres sobre algo importante. En el lujoso comedor se encontraba toda la familia reunid. Andrés Alcántara no podía estar más contento. Solo su hija Violeta que se encontraba en el extranjero no había podido acompañarlos. — Ya estamos todos aquí Cecilia. ¿Qué es eso que quieres decirnos? — Preguntaba Andye, el hermano mayor. — Bueno. Antes que nada quiero que sepan que no vengo aquí pidiendo nada. Soy una chica que se puede valer por si misma. Si papá me lo permite quiero seguir trabajando en la empresa familiar. — ¿De que hablas? ¿Por qué no te lo permitiría? Soy tu padre y es mi deber ver por ti al igual que por tus hermanas y Andye. — Andrés era un CEO millonario. Además había trabajado duro para posicionar la compañía que su fallecido padre fundó. — Papá, yo... ¡Yo estoy embarazada! Andye escupió el sorbo de vino que recién habí
Cecilia ya tenía sus bellos ojos miel, cristalinos. Nunca se imaginó ser testigo de esa escena. El padre de su hijo le rogaba a Úrsula para hablar, él la amaba. — No, no podemos hablar, tengo prisa. Mis padres me están esperando en casa. — Cecilia... Puedo explicarlo. Tenemos cosas que aclarar. Aquella noche fué... Tú... — Aquella noche fue... Un error, una gran equivocacion, pero... tampoco es el fin del mundo, no me debes nada y no te debo nada. Ahora voy a seguir mi camino, ah... Y de verdad espero que dejes en paz a Alessandro y a Úrsula. Ellos se aman y van a tener un hijo. Si los sigues molestando ese peligroso mafioso va a terminar por matarte. La jóven Alcántara no detuvo sus pasos, ella siguió su camino, al llegar a su coche dejó escapar las lágrimas que se esforzó en retener. No sabía a ciencia cierta por qué lloraba, ella y Egon no eran novios ni amantes. Quizás... quizás había pensado que existía una mínima posibilidad de estar juntos cuando le dijera que estab
La cabeza del ruso estaba a punto de estallarle. ¿Cómo... Cómo era eso posible? Es decir, si sabía cómo, pero... ¿Cómo era posible que la bella mujercita hubiese quedado embarazada en una sola noche? ¡Eso era... Imposible! — Andye. Estoy segura que al CEO Drimitry no le interesan estás cosas. Disculpen iré un momento al sanitario. Cecilia se perdió de la vista de los dos CEOS. Ella deseaba salir huyendo por la ventana, solo esperaba que Egon no le contara a su hermano lo que sucedió entre ellos aquella noche. (...) A la mansión Rodríguez de pronto llegaban dos hombres. uno vestido en traje gris y camisa color vino y otro vestido en traje blanco y camisa azul cielo. El segundo tenía su larga cabellera negra atrapada en una coleta baja con un accesorio referente a la cultura egipcia, sus ojos maquillados en negro, un ligero lavando y toques de dorado. Nami seguía siendo hermoso, ahora con un aura misteriosa y elegante. Jhon era ese hombre endiabladamente atractivo con a
El cerebro de Jhon si lo hubiesen podido ver parecía que iba a hacer explosión. Sus ojos se abrieron al límite. Se había quedado mudo por unos momentos hasta que...— ¿Qué carajos estás diciendo Oliver? ¡Tú padre y yo te hemos cuidado y protegido de todo y de todos y tú me sales ahora con que eres pasivo! ¡¿Acaso piensas ser la puta de esos dos CEOS que están detrás de ti?!— Cariño, no seas tan duro con nuestro hijo. El no es culpable de ser así... Tal vez... tal vez es mi culpa... — Nami estaba tratando de tranquilizar a su esposo. Emill y Degél estaban por ahí en un rincón tratando de no ser vistos. La regañada que estaba recibiendo Oliver era épica y bastante dura.— ¡Lo siento papá, siento no ser un Alfa como tú! Soy así, me atraen los chicos, no sé si esos dos hombres solo me quieran usar o si realmente sienten algo real por mí. Pero es algo que debo averiguar por mi mismo.— Es que... No lo puedo creer. ¿Qué hice para merecer esto? !No lo acepto, no lo acepto carajo! ¡Eres mi