El médico hacia lo suyo mientras que los padres esperaban escuchar llorar a su segundo bebé, no sabían todavía que serían, así que el sexo de su pequeño no lo sabían aún. Diane aunque no sentía dolor podía sentir leves movimientos, hasta que se escuchó llorar de nuevo a una criatura. — ¡Ya ha nacido, es otro varoncito, más este bebé es muy diferente, aunque muy bello también, conozcánlo señores Ferreira, solo lo podrán tener unos momentos con ustedes, el doctor también debe revisarlo! — El médico lo puso en el pecho de su madre. — ¡Oh por dios, eres precioso, tan idéntico a papá, ¿Lo ves, Dallán? Es igualito a papá, tiene el color de sus ojos y su misma mirada. ¿Cómo pueden ser tan diferentes? — Diane llenaba de besos a su hijo, lo había llevado en su barriga junto a su hermano por meses y ahora que por fin lo conocía el amor por ellos era infinito. — Bienvenido bebé, mamá moría por conocerte a ti y a tu hermanito. — Carajo, eres igual al imponente Dante Ferreti, tu abuel
Las elegantes abuelas gritaron al mismo tiempo la misma frase. — ¿Qué...? ¿Igualito a quién? — Preguntó Drago. — Si, ¿A quien se parecen los bebés? — Dante también preguntaba. — ¡A ti! Es tu viva imágen. — De nuevo las dos mujeres respondían al mismo tiempo. — ¡Drago, ven a mirar a tu nieto, es idéntico a ti y a Dallán! — Aithana llamaba a su marido. — A ver déjame ver. — El CEO se acercó y vió a su nietecito que tenía sus bellos ojitos verdes abiertos, su esposa tenía razón, había heredado todo de los Ferreira. — Es tan hermoso, ¿Cierto — ¡Por supuesto, es muy bello, déjame cargarlo, ven aquí campeón, bienvenido a la familia! — El CEO cargaba a su nieto feliz y contento. — Dante, mira a tu nieto, es igualito a ti. — Carolina llamó a su esposo. Dante abrió a tope sus ojos azules, su nieto era idéntico a él, por lo menos le había heredado todo el rostro, el mafioso estaba realmente emocionado. — ¡Cariño, el bebé... es tan parecido a mi...! — Te lo acabo de de
Dallán estaba queriendo cargar a sus bebés, pero su padre y su suegro estaban adueñados de ellos. — Ustedes son abuelos muy posesivos. — Dallán, ya tendrás otro el tiempo del mundo para cargarlos cuando te los lleves a casa. — Respondió el CEO Ferreira. Dallán solo rodó los ojos. Le tocaría esperar un turno para arrullar a sus mellizos. Diane llegó por fin llevada por dos camilleros, ellos la pasaron a la cama, la joven Ferreti estaba despierta, le acababan de inyectar medicamento y no traía tanto dolor. Pero si tenía la molestia de haber sido recién operada. — Princesa, ¿Cómo te sientes? Qué bueno que ya estás aquí. — Dallán recibió a su esposa con todo su cariño. Diane estaba pálida, físicamente no se sentía nada bien, Pero aún así quería ver a sus hijos. — Me siento fatal, esto es muy doloroso, traer al mundo a tus hijos me ha costado muchísimo. ¿Dónde están? Quiero ver a mis hijos. Los niños fueron acercados a su madre, Diane los besó y les hizo cariños. Pero e
La penetrante y azul mirada de Axel Black se fijó en el extraño que estaba sentado en la mesa de su chico, el CEO Black estaba muerto de celos. — ¿Qué demonios está pasando aquí, Oliver? — Preguntaba el CEO con los dientes apretados. — ¿Qué pasa de qué? Mejor explica lo que haces aquí, se suponía que estabas de viaje fuera del país, Me has estado mintiendo todo este tiempo , ¿Eh? ¿Has venido aquí a ligarte a algún hombre? — ¡Qué demonios contigo Oliver! ¡Llegué antes de lo previsto y supuse que te encontraría aquí, pero no acompañado de este tipo! ¡Exijo una explicación! — La mandíbula de Axel estaba trabada. — Hmmm... No me trago ese cuento. — ¡Hijo de... No soy yo quien está sentado aquí con otro cabrón, no tienes nada de que acusarme, carajo! — Momento, momento, yo soy un recién llegado, Oliver no está haciendo nada conmigo, tuve un día terrible y si se hubiese dado algo me habría servido para bajar un poco el estrés que tengo, pero en este preciso momento me intere
El CEO ruso una vez que se aseguró de alimentar a su antojadiza esposa, la arrullo acariciándole el cabello. Ella había quedado embarazada de nuevo, y está vez cuidaban de ese embarazo de forma diligente. Había varias noticias que dar a la familia Alcántara, más no sabía cuál sería su reacción. (...) En la habitación del hospital, los abuelos habían ido a descansar a casa, estarían a temprana hora de nuevo allí, Diane dormía y los bebés se quedaron a cargo de Dallán y de una enfermera. — Ahhh... Se ven tan tiernos dormidos en su cuna, espero que no me pongan las cosas muy difíciles. — Apenas había terminado las palabras, Dantie despertó y lloraba por qué estaba mojado e incómodo. — Ya va, ya va, ¿Por qué tanto alboroto? Estoy aquí, papá está aquí, ¿Qué sucede? Apenas acabas de comer, no creo que llores por hambre. — Dallán, debes revisarlo para saber si está mojado. — Diana se despertaba al escuchar el llanto de su hijo. — Hey... Hola cariño, ¿Cómo te sientes? Creí que
Los esposos Lombardi cargaban a los mellizos, Estaban sorprendidos de la gran diferencia entre ellos, y solo bastaba ver a sus abuelos para saber a quien habían heredado su parecido. — Donovan, que bueno que viniste, ¿Por qué nunca me dijiste lo difícil que era cuidar de bebés recién nacidos? Creí que eras mi amigo. ¿Qué más me has ocultado, eh? — Dallán, yo que iba a saber que de la noche a la mañana te convertirás en padre de mellizos y te casarías, ahora ya los bebés están aquí y debes resolver sobre la marcha. — Ahhh... No hay remedio. ¿Ya viste a mis hijos? Son hermosos, ¿Cierto? — Por supuesto que lo son, se parecen a sus abuelos. — ¿Qué quieres decir? Yo también soy apuesto... y mucho. — En realidad Dallán era una gota de agua de su padre Drago, por lo tanto uno de los niños era idéntico a él. (...) A la mansión Alcántara, llegaban Egon y Cecilia, habían decidido poner fin a su retiro que quisieron darse después de la muerte de su hijo. Ellos entraban a la
A Andrés casi se le va la quijada al piso. La familia se quedó sin palabras. Era demasiado para digerir. Un embarazo, una boda, y ahora irse a vivir al extranjero muy lejos de la familia. — ¡Me niego! ¡No me vas a robar a mi hija! ¿Por qué te la quieres llevar lejos de mi y de los que la amamos? ¿Cuáles son tus verdaderas intenciones? ¡Si le haces daño Egon, no descansaré hasta destruirte, no te vas a llevar a mi princesa a ese helado país sin saber de ella! El padre protector puso el grito en el cielo. No aceptaba que Cecilia se fuera de su lado, una cosa eran vacaciones y otra cosa era hablar de vivir en otro país. — Señor Alcántara, yo sería incapaz de hacerle daño a mi esposa, yo la amo, quiero hacerla feliz, estamos formando una familia, pero yo radico en Rusia, allá están mis negocios má importantes, debo llevarla conmigo a mi familia, pero le aseguro que será muy bien recibida y estará segura. — Eso no me consuela, vas a separarla de nuestro lado. — Andrés dijo con tr
La bella Úrsula mal miró a su marido, ella estaba tan adolorida que quería golpearlo. Apenas llegaron al hospital que pertenecía a la familia Ferreti, los doctores la revisaron de inmediato, tenían sobre ellos la penetrante mirada. de nada menos que su jefe, el gran jefe y líder del cartel mexicano. Úrsula estaba a los gritos, el bebé en su vientre parecía ser impetuoso y se hacía notar. — ¡Doctor, me duele mucho! ¿Es normal que me duela tanto? ¡Creo que voy a morir! — Su, sollozaba desesperada. Cuando el mafioso escuchó de su esposa la palabra morir, de inmediato se tensó y se apresuró a intervenir. — ¡Si mi esposa se les muere los asesino a todos! ¡Apresurense a quitarle el dolor a mi mujer! — Señora, el bebé está bajando muy rápido, eso quiere decir que pronto va a nacer, la llevaremos a la sala de expulsión donde le ayudaremos lo que más podamos para que tenga un buen parto. Tengo que hacerle una pregunta, hay una inyección que se llama epidural, se la podemos poner