La confusión de las luces, las personas bailando, el alcohol, el deseo, todo era propicio para dejarse llevar, la muy sorprendida Adriana, no tenía idea de lo que estaba pasando, por un momento pensó que podía tratarse de su esposo quien la atrajo hacia él, pero nada se sentía así, no su toque, ni su sabor Lo que nadie sabía era que el CEO Lombardi, ya había llegado y estaba buscando a su mujer con la mirada, el elegante hombre que llegó vestido en un traje color arena y camisa color lavanda, se encontraba de pie observando la escena que estaba ocurriendo en la pista de bailar — ¡Pero que demonios está pasando aquí! — El hombre tenía la mandíbula tensa, los puños apretados y una incontrolable furia en su interior, su azul mirada despedía una frialdad indescifrable El ingeniero italiano, sintió como alguien lo jaló para separarlo de Adriana, apenas iba a tirar el primer puñetazo cuando pudo darse cuenta que era el mismo Donovan Lombardi, quien había llegado y se le veía furioso
Por las calles de la fría ciudad, un Maserati gris ahumado recorría a alta velocidad, el CEO Lombardi, tenía sus manos puestas en el volante, sus nudillos estaban casi blancos de lo mucho que lo apretaba, su furia era desmedida— Donovan... ¿Estás enojado? Tienes una mirada muy fría, das un poco de miedo, tienes un aura como de un demonio... A ver dame un beso, sonríe...— ¿Pero que rayos te ocurre? ¡Te acabo de encontrar besándote con otro hombre en la pista de baile y todavía me estás preguntando si estoy molesto, molesto es poco, estoy furioso contigo maldita sea!Adriana, entendió que su esposo le estaba gritando por lo sucedido con Julio, pero ella se sintió y comenzó a sollozar— Yo no tengo la culpa de que el ingeniero me besara, yo... solo estaba bailando con mis amigos, todo el mundo sabe que al único hombre que amo eres tú, pero ahora me gritas y estás muy enfadado conmigo, eso me duele mucho, ¿Es que no entiendes que yo no puedo vivir sin ti? Pero me lastimas así, y no lo s
El CEO Lombardi, había estado muy ocupado desde la mañana, debajo de sus impresionantes y gélidos ojos azules había unas sombras negras que hablaban de la desvelada que había pasado cuidando y alimentando a los mellizos Los pequeños diablillos lo habían hecho arrullarlos hasta el cansancio, cambió pañales, cambio de mameluco a Dominic, por qué se mojó el enterito, y terminó por descansar en el sillón que estaba cerca de sus cunas — ¿Entonces ahora sí tienes disponibilidad para hablar? ayer te quedaste dormida mientras discutíamos sobre lo que había sucedido en la fiesta de tu amiga con ese imbécil de julio Garza — Si, yo... lo siento por eso es solo que no me di cuenta que me dormí, no supe nada de mí hasta hoy en la mañana, pero lo podemos hablar ahora — ¿Y qué me vas a decir? ¿Te gusta mucho el italiano ese? El ha dicho que le gustas mucho y que te quiere para él, entonces te pregunto, ¿Que habrías hecho si yo no hubiese llegado a quitarte a ese bastardo de encima? Respon
En la mansión Black, Daniel Alejandro, había salido a la compañía muy temprano porque tenía reuniones importantes, había dejado a su mayordomo a cargo de que lo que su mujer, lo que ella necesitara se lo debían proporcionar de inmediato El CEO, dejó a su esposa en cama mientras él se hacía cargo de negocios millonarios, más en un momento en el que se tomaba cinco minutos para despejarse, se escuchó un escándalo afuera de su oficina, su secretaria claramente estaba discutiendo con alguien y conocía esa voz De pronto la puerta se abrió de golpe para dar paso a Lucio Corleoni, el CEO, como no habia podido hablar con Candice, venia a hablar con su marido — ¡Qué demonios! ¿Por qué entras asi a mi oficina? Estoy ocupado Corleoni, si tienes algo que tratar conmigo pon cita con mi secretaria — ¡Me vas a atender Black, Sabes muy bien que regresé aquí para recuperar a Candice y aunque esté casada contigo eso no significa nada para mí, yo la amo, la conozco más que tú, nosotros tenemos h
La advertencia del CEO Black, le erizaba los cabellos al CEO Italiano, pero aún así quería escuchar lo que Candice, tenía para decirle, quería asegurarse de que ese aterrador CEO, no la estuviese obligando a estar con él, de ser así, de tener la más mínima sospecha, se le enfrentaría aunque le costará la vida, él no volvería a cometer el mismo error por segunda vez — Quiero pedirte que me dejes verla, hablar con ella, yo necesito escuchar de sus labios que quiere estar contigo y no conmigo, sé que cometí un error muy grave, fuí un cobarde, abandone a Candice cuando más me necesitaba, pero quiero que sepas que si ella me da una oportunidad jamás volveré a dejarla, si como dices ella quiere estar contigo entonces me haré a un lado — ¿Por qué lo haría? Tú me estás pidiendo que te lleve con mi esposa, cosa que no le agrada en lo absoluto, ella está descansando en mi mansión y no quisiera que nada la importune — Más el CEO, lo pensó unos momentos —Esta bien, te llevaré, pero si la p
La pregunta había quedado en el aire, era verdad que nunca se habían despedido, no pusieron final a la relación, pero Lucio, no podía esperar a que ella lo siguiera considerando su pareja, ¿Oh si? El CEO Black, escuchaba atento, le interesaba demasiado lo que había para decir — Por supuesto que espero que me consideres tu novio aún, sé que se puede escuchar un poco ilógico, pero ese es mi sentir — ¿Un poco ilógico dices? Tú no tienes una idea de todo lo que me dolió que te fueras, eras todo lo que tenía, lo que conocía, a quien quería, sé lo que sufriste por mi culpa, como te golpearon brutalmente, y... aunque no esperaba que volvieras a buscarme, yo te habría aceptado, pero ahora ya no puedo volver contigo, lo siento mucho, contigo viví el romance más lindo, pero lo que hoy vivo con Daniel Alejandro, no tiene comparación — ¿Por qué? ¿Qué tiene él que yo no tenga? Yo tengo la capacidad para amarte igual o más de lo que él lo hace, solo necesito una oportunidad, te lo pid
Habían pasado dos semanas más y a Adriana, no se le pasaba el efecto de la champaña, ella incluso no había regresado a la escuela porque seguía indispuesta y en cama, su bello rostro estaba algo pálido, había perdido peso en los últimos días Desde el cuarto de baño llegaba el sonido de Adriana que de nuevo volvía el estómago, el CEO Lombardi, estaba afuera, su esposa le había puesto seguro a la puerta, a ella no le gustaba que la viera así — Adriana, ábreme la puerta, tú no estás nada bien, es el peor caso de alergia a la champaña que he visto nunca, no te has podido reponer de esa resaca, ábreme cariño, sé que no te gusta que te vea vomitar, pero soy tu esposo, debes dejarme estar a tu lado cuando te sientas mal — Déjame sola Donovan, no entres aquí, cuando me sienta mejor saldré — ¿Creés que me voy a quedar aquí cruzado de brazos mientras te escucho volver el estómago otra vez? — El hombre salió de su habitación de prisa y bajó al despacho por el conjunto de llaves y así
Adriana, no se quería dejar sacar sangre, decía que le tenía miedo a las agujas, pero el doctor la supo calmar, era un profesional y por supuesto que sabía que hacer en estos casos — Señora Lombardi, no quiere seguir con estos malestares sin saber de dónde vienen, ¿Cierto? Además una vez que tengamos el diagnóstico sabremos que recetarle para que mejore, seguro que usted no quiere seguir en cama con náuseas, dolor de cabeza y cansancio — No, no quiero... está bien, háganlo, pero que sea rápido — La mujer se volteó a otra parte para no ver, sacaron la sangre y de inmediato la llevaron al laboratorio — Bueno, podemos seguir una vez que nos traigan los resultados, mientras tanto pueden esperar en la cafetería o en la sala de espera como ustedes prefieran — Bien, estaremos por aquí, vamos querida, quisiera tomar un café — El esposo tomó de la cintura a su mujer y salió con ella, Adri, llevaba el brazo doblado, la enfermera habia dejado un algodón en dónde metió la aguja para qu