La advertencia del CEO Black, le erizaba los cabellos al CEO Italiano, pero aún así quería escuchar lo que Candice, tenía para decirle, quería asegurarse de que ese aterrador CEO, no la estuviese obligando a estar con él, de ser así, de tener la más mínima sospecha, se le enfrentaría aunque le costará la vida, él no volvería a cometer el mismo error por segunda vez — Quiero pedirte que me dejes verla, hablar con ella, yo necesito escuchar de sus labios que quiere estar contigo y no conmigo, sé que cometí un error muy grave, fuí un cobarde, abandone a Candice cuando más me necesitaba, pero quiero que sepas que si ella me da una oportunidad jamás volveré a dejarla, si como dices ella quiere estar contigo entonces me haré a un lado — ¿Por qué lo haría? Tú me estás pidiendo que te lleve con mi esposa, cosa que no le agrada en lo absoluto, ella está descansando en mi mansión y no quisiera que nada la importune — Más el CEO, lo pensó unos momentos —Esta bien, te llevaré, pero si la p
La pregunta había quedado en el aire, era verdad que nunca se habían despedido, no pusieron final a la relación, pero Lucio, no podía esperar a que ella lo siguiera considerando su pareja, ¿Oh si? El CEO Black, escuchaba atento, le interesaba demasiado lo que había para decir — Por supuesto que espero que me consideres tu novio aún, sé que se puede escuchar un poco ilógico, pero ese es mi sentir — ¿Un poco ilógico dices? Tú no tienes una idea de todo lo que me dolió que te fueras, eras todo lo que tenía, lo que conocía, a quien quería, sé lo que sufriste por mi culpa, como te golpearon brutalmente, y... aunque no esperaba que volvieras a buscarme, yo te habría aceptado, pero ahora ya no puedo volver contigo, lo siento mucho, contigo viví el romance más lindo, pero lo que hoy vivo con Daniel Alejandro, no tiene comparación — ¿Por qué? ¿Qué tiene él que yo no tenga? Yo tengo la capacidad para amarte igual o más de lo que él lo hace, solo necesito una oportunidad, te lo pid
Habían pasado dos semanas más y a Adriana, no se le pasaba el efecto de la champaña, ella incluso no había regresado a la escuela porque seguía indispuesta y en cama, su bello rostro estaba algo pálido, había perdido peso en los últimos días Desde el cuarto de baño llegaba el sonido de Adriana que de nuevo volvía el estómago, el CEO Lombardi, estaba afuera, su esposa le había puesto seguro a la puerta, a ella no le gustaba que la viera así — Adriana, ábreme la puerta, tú no estás nada bien, es el peor caso de alergia a la champaña que he visto nunca, no te has podido reponer de esa resaca, ábreme cariño, sé que no te gusta que te vea vomitar, pero soy tu esposo, debes dejarme estar a tu lado cuando te sientas mal — Déjame sola Donovan, no entres aquí, cuando me sienta mejor saldré — ¿Creés que me voy a quedar aquí cruzado de brazos mientras te escucho volver el estómago otra vez? — El hombre salió de su habitación de prisa y bajó al despacho por el conjunto de llaves y así
Adriana, no se quería dejar sacar sangre, decía que le tenía miedo a las agujas, pero el doctor la supo calmar, era un profesional y por supuesto que sabía que hacer en estos casos — Señora Lombardi, no quiere seguir con estos malestares sin saber de dónde vienen, ¿Cierto? Además una vez que tengamos el diagnóstico sabremos que recetarle para que mejore, seguro que usted no quiere seguir en cama con náuseas, dolor de cabeza y cansancio — No, no quiero... está bien, háganlo, pero que sea rápido — La mujer se volteó a otra parte para no ver, sacaron la sangre y de inmediato la llevaron al laboratorio — Bueno, podemos seguir una vez que nos traigan los resultados, mientras tanto pueden esperar en la cafetería o en la sala de espera como ustedes prefieran — Bien, estaremos por aquí, vamos querida, quisiera tomar un café — El esposo tomó de la cintura a su mujer y salió con ella, Adri, llevaba el brazo doblado, la enfermera habia dejado un algodón en dónde metió la aguja para qu
Parecía que el oxígeno se había escapado de la habitación, ahora no solamente Adriana estaba pálida, si no que el empresario habia perdido el color del rostro, este permanecía inexpresivo pero en su interior una tormenta azotaba sus pensamientos Adriana, seguía en shock, estaba aturdida, miraba al médico como esperando que dijera que había sido una broma, que no estaba embarazada y que lo que tenia era anemia o alguna baja de plaquetas El médico estaba confundido, ninguno de los dos esposos Lombardi, decía una palabra, estaban como noqueados por un mazo, así que se atrevió a preguntar — ¿Sucede algo? No estaba planeado este embarazo, ¿Cierto? Ahhh... mantendremos la calma, le haré una receta para calmar los malestares de la madre, irán a casa a pensar con calma las cosas, si necesitan tomar una decisión háganlo en pareja, pensando en lo que es mejor, aquí nadie va a juzgarlos El CEO, solo asintió, si era verdad que por primera vez en mucho tiempo se sentía abrumado, pero Adr
Adriana, fijó su verde mirada en la fría mirada de su esposo, el viento le helaba la piel, estaba asustada, en el pasado Donovan, había sido tan cruel, quizás él había decidido que ya no que ya no la quería a su lado, y que quería regresar a su antigua vida — No... no voy a permitir que me quites a mis hijos, estuve mal estos días porque llevo un bebé en mi vientre, pero Doménico y Dominic, son mi vida entera, sé que contigo no les faltaría nada materialmente hablando, pero ellos necesitan el amor de su madre, no puedes der tan cruel como para quitarles la oportunidad de ser amados por mí, solo... solo déjanos ir El empresario escuchaba hablar a la mujer, el viento mecia sus negros cabellos, ella no era consiente de lo hermosa que se veía pero él sí — Ya detente, no sigas más, yo jamás he dicho que voy a dejarte ir, ¿Parece que no lo has entendido aún, cierto? Doménico y Dominic, también lo son todo para mí, ellos son sangre de mi sangre, mis herederos, los cuido por qué mi i
El abuelo había salido de su habitación para ir a echarles un vistazo a los mellizos, había jugado unos momentos con ellos, recién los habían bañado y estaban de muy buen humor El hombre maduro pero no tan viejo, bajaba las escaleras para dirigirse al despachó, fue cuando vió entrar a su nieto y la esposa de este, más ella tenía los ojos hinchados, era evidente que había estado llorando — Querida, ¿Pero que fue lo que te pasó? Donovan, pequeño bastardo, ¿Le hiciste algo a la madre de mis bisnietos? ¡Querida, cualquier cosa puedes contarme, yo me encargaré de este granuja! — Abuelo, ¿Por qué tienes que pensar lo peor de mí? No le he hecho nada a mi esposa, bueno... si le hice algo, pero no fue intencional, más así se dió y ahora venimos a decirte — ¿Decirme que? ¿Qué le hiciste? Dónde me digas que te quieres divorciar y así dejar sin hogar a Doménico y Dominic, te juro Donovan que voy a renegar de ti hasta el último día de mi vida, además le voy a presentar CEOS respetables
La pregunta había quedado en el aire, que secreto de la familia Lombardi, guardaba el empresario y por que no se lo habia comentado a su esposa, ¿Acaso no quería que lo supiera? ¿Acaso temía algo y se lo estaba guardando? El abuelo, se dió cuenta de inmediato que su nieto se había callado ese pequeño gran detalle, ese nieto suyo, ¿Qué razones tenía? — Oh, ¿Entonces no se lo has dicho? Donovan, ?Acaso temes que la madre de tus hijos te abandone por el terrible carácter que tienes y se lleve a los bebés? habla que te vamos a escuchar — Abuelo, ese es un tema que yo iba a tocar con Adriana, en el momento oportuno, lo estas haciendo ver cómo que me lo callé a propósito — ¿De que habla el abuelo, Donovan? ¿Qué es lo que no me has querido decir? — Adriana, fijó su verde mirada en su marido — El abuelo habla de una cláusula que mi bisabuelo puso en su testamento, habla sobre los herederos Lombardi, y sus madres, por cada bebé Lombardi, que una mujer de a la familia, ella será re