Inicio / Hombre-lobo / Los hijos de la luna / Capítulo 3 Humana tonta.
Capítulo 3 Humana tonta.

Kory Vanille.

Me levanto enseguida de la silla después de conseguir el cuento del que hablaba la humana y no puedo creer que me compare con un personaje.

— Lory escapó — Arturo murmura en la puerta del despacho, salgo y lo siento seguirme — Al parecer sus amados hijos la ayudaron a escapar por el pasadizo secreto, buen momento para escapar tiene esta chica justo cuando hay vampiros merodeando por ahí — me detengo antes de entrar a la biblioteca y lo miro.

— Debiste decir eso antes — entro y jalo el libro que abre el pasadizo, no sé cómo lograron conseguir este túnel los niños — Si no regreso en 40 minutos, manda a los guardias — Arturo asiente y me trasformo comenzando a correr por el túnel, huelo su olor y sigo pasando, al parecer esta chica tomó el túnel que no era.

Miro el campo y trato de localizarla hasta que escucho un grito, corro de prisa hasta el grito comenzando a oler a la humana y 4 asquerosos vampiros salvajes que no supieron acostumbrarse a vivir entre humanos, al llegar uno trataba de morderle, pero ella con una simple patada en la entrepierna del vampiro hizo que la soltara, gruñí al notar que los otros comenzaban a acercarse.

Comienzo a acercarme sin dejar de gruñir.

— Oh, pero mira quien está aquí, lobito Kory — se ríen uno que otro — ¿Ahora comes humanos? — pregunta haciendo que me moleste mostrando mis colmillos. Se miran y se despiden yéndose, suspiro y miro a la humana en el piso, se ha vuelto a desmayar por segunda vez.

“Eres una humana tonta para ser mi luna”

Niego, me acerco y me trasformo para tomarla en brazos y regresar. Que idea tan estúpida tuvo para escaparse a estas horas de la noche. Regreso al túnel y llego en menos de 10 minutos a la biblioteca en donde la dejo en el sofá para ponerme la ropa, Arturo la mira y me mira, así es como la conoció esta madrugada cuando pensé que había cometido una falta a las reglas.

— Déjame adivinar, te cruzaste con esos vampiros, ¿no? — asiento sentándome en el sillón, sale de la biblioteca y regresa a los minutos con el médico y científico de la mansión, la comienza a revisar y me mira.

— Tuvo suerte, solo tiene algunos rasguños nada grave, trata de ser bueno con ella, es una humana, es claro que quisiera escapar al verse rodeado de hombres lobos, Alfa Kory… pero también entiendo que sea su verdadera luna y no pueda alejarla ni rompiendo el lazo bendecido que le dio la diosa — se retira al igual que Arturo que no dice más nada, me quedo ahí un buen momento, la cubro con una manta, miro su rostro tranquilo, quiero tocarle esos lunares esparcidos por su rostro que se ve solo de cerca.

Aunque el lazo que tenemos es fuerte, yo no me dejo llevar por mi instinto lobuno, justo cuando me estoy siendo llevando por mi lobo de querer acariciar su piel, la puerta de la biblioteca se abre mostrando a los gemelos, los miro y se paralizan.

Me levanto y camino hacia ellos, no se mueven.

— Ustedes dos deberían está durmiendo… — se miran y asiente para irse — Deténganse — se paralizan otra vez y me miran asustados — Mañana a primera hora en mi despacho — entro a la biblioteca y me vuelvo a sentar, ahora solo me tocaba esperar a que se despierte la castaña para hablar bien con ella. Si no hubiera llegado, ya estaría muerta ahí mismo y de imaginarme eso, me hubiera muerto.

El simple hecho de que hubiera pasado eso, me quedaría sin luna y conseguir otra ya comenzaba a fastidiarme esa sola idea más si llego a marca a esta humana como mía.  

(…)

Bostezo un poco despertándome, veo que los rayos de sol entran por la ventana, miro al sofá y ahí está ella mirándome sentada y arropada hasta la cabeza, me siento mejor en el sillón sintiendo un dolor por dormir mal.

— Gracias por… salvarme anoche — agradece con timidez.

— No estoy enojado… ¡Fuiste imprudente al escapar de esa manera, si yo no hubiera llegado hoy se estaría haciendo tu funeral! — abre sus ojos asustada, al parecer hablé muy alto — Me preocupé cuando supe que te habías escapado con ayuda de los gemelos — miro a otro lado cruzándome de brazos.

— Lo siento, cometí un error… pero no me quiero quedar aquí — me mira, suspiro y la miro.

— Lo sé, yo tampoco te quiero en mi casa y cerca de mis hijos — la veo tragar saliva y me siento culpable por decirlo de esa manera — No puedo dejarte ir porque eres mi pareja predestinada y no puedo rechazarle porque también puedes morir y las cosas ya son lo suficientemente complicadas como para agregar otro problema — se queda callada.

La puerta es tocada y luego abierta, Arturo nos mira un momento, hace una seña haciendo que dos sirvientas entren y dejen el desayuno en la mesita, me levanto.

— Llama a los gemelos a mi despacho — ordeno a Arturo y este asiente, salgo de la biblioteca y entro a mi despacho en donde me siento, minutos después entran los gemelos y se sientan delante de mí — Comiencen desde el momento en el que escaparon hasta casi llegar al pueblo — pongo mis brazos cruzados sobre la mesa, los veo tragar salivas.

— Conclusión, deberías casarte con Lory — termina Liz, miro a Karl esperando su versión.

— Te notamos muy ocupado fuera de la manada y de la mansión, rara vez nos miras desde que Leila se murió con su amante, es momento en que te enfoques en un nuevo matrimonio y que mejor que con Lory que si es tu alma gemela, ¿No crees que debería darnos un nuevo hermano? Ya tenemos 10 años, nos estamos aburriendo de jugar con las niñeras y los sirvientes — explica de manera directa, me masajeo las sienes sin creer que estos dos niños sean mis hijos, puede que sí en un principio no le di mucha importancia cuando nacieron y claro que los declaré hijos míos porque si son mis hijos biológicos.

En eso Leila si no pudo mentirme para nada, pero en ningún momento la había visto embarazada, aunque lo hubiéramos hecho 4 veces nada más por lo ocupado que me encontraba de mantener la manada en paz con las otras manadas, tampoco pude ver crecer a mis hijos, no me encontraba para nada emocionado por ser padre, pero necesitaba un heredero que tomara mi lugar después.

— No se metan en mi vida amorosa, encima están castigados por dos semanas, pudo haber sido peligroso que ambos se hayan ido al pueblo, agradézcale a la luna que se hayan metido en la cabaña de la humana y no en el pueblo, los humanos no son buena gente, si se enteran de nuestra especie, habrá guerra —me levanto y señalo la puerta, ambos suspiran y se van del despacho.

Arturo entra y se sienta al igual que yo.

— La manada quiere conocer a la nueva luna — giro en mi silla mirando la ventana con vista al pequeño pueblo.

— La odiaran cuando vean que no es una mujer loba, Arturo — lo miro por encima de mi hombro.

— Odiaron más a Leila que era antigua luna, sabes que no hizo nada por esta manada, pero si Lory hace algo para que podamos avanzar como manada y como pueblo, tal vez la quieran sin necesidad de que sea una de nosotros, Alfa — lo que dice tiene sentido.

— Pero ella no quiere estar aquí — confieso — Y yo no quiero que este cerca de mis hijos, es una humana… y era hermana de Leila, ¿Quién me promete que no sea como Leila que al final me dejó por alguien más? El corazón del Alfa Kory está herido por un matrimonio fallido — digo.

— Solo queda enamorarla para que se quede con usted… aunque no puede hacer mucho con solo soltar tus feromonas para atraerla, no olvidemos que es una humana — se levanta y se va dejándome solo.

¿Cómo conquistar a mi luna que es una humana?

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo