Los herederos billonarios"Supongo que puedo darte otra oportunidad", le digo. No debería estar haciendo esto después de todo lo que hizo, pero lo amo y quiero que forme parte de mi vida y de la de nuestros hijos. Ellos necesitaban a su padre y, para ser sincera, yo lo necesitaba a él."¿Qué?". Preguntó como si me hubiera oído mal la primera vez."Sí", susurro. "Pero recuerda, esta es tu única oportunidad. No puedo soportar el mismo dolor otra vez", le dije con sinceridad."Te amo, Ashley", dice, sonriendo como un tonto. Me besa de nuevo, y yo le devuelvo el beso, esta vez con la misma pasión.Nos tropezamos en la habitación y en la cama. Me empujó hacia la cama y yo no podía procesar lo que estaba pasando, pero sabía que no quería que parara. Lo necesitaba. Se inclina y me besa, y noto su mano bajo mi camiseta mientras me aprieta el pecho con las suyas. Sus labios vuelven a encontrar los míos mientras se tumba encima de mí, equilibrando su peso sobre los brazos, y me besa hambrie
Los herederos billonarios Tras el largo vuelo, por fin llegamos a casa. Me encanta volver a estar en casa. Aunque Costa Rica fue increíble, nada supera a tu propia cama. "Están dormidos", Adrian entra en la habitación, quitándose la camisa. Se sienta en la cama y se sienta pesadamente, "Estoy tan cansado", gime. "Adrian", le digo. Llevo todo el día preocupada por algo. Necesitaba desahogarme. Sé que le estoy dando otra oportunidad, pero ahora que hemos vuelto a la realidad, tenemos que hablar de algunas cosas que me asustan. "¿Hmm?". Tararea mientras cierra los ojos y apoya la cabeza en la cabecera. Sé que está cansado, pero teníamos que hablar. "Tenemos que hablar", digo por fin. "¿Sobre qué?". Dice, se tapa los ojos con el brazo y suspira. "Sobre nosotros", digo despacio, y él se quita el brazo de los ojos y me mira, confundido. "¿Estás cambiando de opinión sobre nosotros?". Pregunta y se sienta en la cama. Por su voz me doy cuenta de que está preocupado. "No, no, e
“No puedo apartarla de todo. Ella trabaja para mí”. Dijo. Pellizcando el puente de la nariz. Junto sus grandes manos, acariciándome el rostro y me miró a los ojos. “Te quiero a ti y solo a ti. Ella trabaja para mí y no significa nada; necesito que confíes en mí”. Dijo mientras se inclinaba para posar sus labios sobre los míos. El beso es tan dulce y apasionado como siempre y, pasados unos segundos, me separo.“Me gustaría que dejaras de verla”. Suspiré mientras sus brazos me rodeaban.“A mí también, pero no puedo”.“¿Puedo preguntarte algo?”. Le preguntó, y él asiente, apoyando su cabeza en mi hombro.“¿Quién trabajaba con ella?”. Pregunto. Se separó de mí, pero sus brazos seguían rodeándome.“Tengo a alguien en mente”. Dijo.“¿Quién?”. Apreté su camisa con la palma de mi mano.“Cielo”. Volvió a acariciarme la cara. “No te preocupes. Me estoy ocupando de ello”. Dijo, besándome la cabeza.“Pero…”. Me interrumpió.“Nada de peros. Yo me encargo. Ahora vamos a la cama. Estoy cansa
Los Herederos Multimillonarios“Adrián”. Alguien llamó a la puerta, despertándome de mi profundo sueño. El cuerpo desnudo de Adrián se aprieta contra el mío y me ruborizo al recordar los eventos de anoche. Su brazo me cubre el estómago y su cabeza se apoya en el pliegue de mi cuello; su aliento me produce escalofríos. “¿Adrián?”. Vuelvo a oír que llaman a la puerta y me separo de él. Dejé la bata en el suelo y cubrí a Adrián con la sábana. Se abrazó a mi almohada y siguió durmiendo. Me dirigí a la puerta y la abro para ver a la abuela de pie. “Buenos días, cariño”. Me saluda mientras salgo y cierro la puerta tras de mí. “Siento haberte molestado. ¿Está Adrián?”. Se disculpa.“No se preocupe, de todas formas, tenía que levantarme”. Le sonreí. “Adrián está dentro. Sigue durmiendo. Supongo que está cansado de tantos viajes y de la reunión de anoche que tuvo a nuestra llegada”. Me reí entre dientes, y ella me sonrió.“Bueno, tenía que hablar con él”. Suspiro y yo fruncí el ceño.“¿Es
Los Herederos Multimillonarios“¿Adónde vamos, papá?”. Bella preguntó mientras abrochaba su cinturón en el asiento trasero.Ashley se fue a trabajar hace media hora y me advirtió que cuidara bien de los niños. Tenía muchas reglas que debía seguir. Una de ellas es nada de caramelos antes de que hayan comido, la otra nada de helados, deben dormir la siesta por la tarde, nada de comida chatarra, y bla bla bla, vaya, no sabía que tuviera tantas reglas, pero tengo que admitir que hizo un gran trabajo cuidándolos durante cinco años ella sola. Antes de irse, se despidió de los niños y me dio un beso. “Voy a darle una sorpresa a su madre, y ustedes dos ayudarán a papá; ¿qué les parece?”. Les pregunté, y ellos asintieron con la cabeza sonriendo. Besé a Bella en la cabeza antes de cerrar la puerta. La miré por la ventana, y ella sonrió ampliamente. Me dirigí al asiento del copiloto y Sam arrancó el coche. Me abroché el cinturón y me giré para mirar a los niños de vez en cuando y verlos contar
Los Herederos MultimillonariosNo sé cuándo me quedé dormida después de terminar la llamada con Adrián. Me desperté muy hambrienta y me rugió el estómago. Me quito la sábana de encima y salgo de la cama. Me dirijo al baño y me lavo la cara cuando oigo que alguien entra en la habitación. Levantó la vista y veo a Adrián y una sonrisa aparece en mi cara. Él miró alrededor de la habitación cuando sus ojos se posaron en mí, y en el momento en que me vio, sonrió.“Hola, preciosa”. Me dice mientras camina hacia mí y me rodea con sus brazos. Al instante le rodeó el torso con mis brazos, sintiendo su olor. “Hola”. Sonreí. Levantando la vista hacia él, y en el momento en que mis ojos se posan en los suyos, se inclina y me besa.“¿Qué tal el viaje al centro comercial?”. Le pregunto.“Estuvo bien”. Dijo. Acariciándome las mejillas.Solté una risita. “Sé que estás mintiendo. Odias ir al centro comercial así que ¿qué hiciste allí?”.Una sonrisa se dibujó en su cara mientras me miraba fijamen
“¡Ashley!”. Adrián gime mientras me miro en el espejo.“¡Ya voy!”. Grité mientras salgo de la habitación y bajé las escaleras. Me detuve en seco al verlo. Llevaba su traje negro y estaba más guapo que nunca. “Estás impresionante, ángel”. Se acerca a mí con una sonrisa. Sus dedos rozan mis brazos hasta llegar a mis mejillas. Me levantó la barbilla, haciendo que lo mirara. Se inclinó y me besó. “Aunque estás preciosa con este vestido, estarías aún mejor sin él”. Sonríe.“Adrián”. Jadeé, y él se rio. “Ven, vamos a llegar tarde”. Estábamos a punto de irnos cuando sonó su teléfono. Sacó el teléfono y frunció el ceño al mirar el identificador de llamadas.“¡Más vale que sea importante!”. Gruñó a quien lo llamó.“¡Qué!”. Preguntó. Y el color se le escapó de la cara. “Ahora mismo voy”. Soltó y terminó la llamada. “¿Qué pasa?”. Me inquiete. Tenía cara de preocupación.“Lo siento, Ángel, pero ha surgido algo y me necesitan. Tengo que hacer algo antes de volver mañana a la central”. Hizo
Los Herederos Multimillonarios“¿Qué demonios es esto? Creía que habían dicho que no volverían a estar juntos, ¡pero ahora viven como una familia feliz!”. Gritó.“¡Cállate, Tonya! ¡Sabemos lo que hacemos!”. El hombre le espetó. “¡Hay un momento para todo; no se puede actuar sin un plan! Ahora deja de irritarme”. El hombre gruñó.“¡No te atrevas a hablarme así! Tengo las pruebas de cómo manipulaste a tu esposa y a tu hija”. Ella grita. Le rodeo el cuello con las manos y empezó a estrangularla. “¡Su-suéltame!”. Le cuesta decir. Él la suelta y ella cae al suelo agarrando aire. Tosió con fuerza y él tomó un vaso de agua y se lo dio. Espero a que lo terminara. “¡Tú quieres su dinero y su fama, y yo quiero su cuerpo! Tenemos que ser pacientes para conseguir lo que queremos, ¿lo entiendes?”. Le preguntó, y ella asintió. “¡Esa p*rra sufrirá esta vez! ¡No habrá nadie que la proteja!”. Se dijo para sí mismo en vez de a ella, mientras el flashback empezaba a reproducirse en su mente. “¡Señ