Bella…Miré fríamente a Luis cuando los dos hombres entraron en la habitación. Me miró con una sonrisa burlona y dijo: “Hora de despedirte de Ryder. Te enseñaré a someterte a mí, Bella. Eres mía. Si no me haces ni puto caso, tu amiga Valentina será la siguiente”.Lo fulminé con la mirada. “¡No la tienes aquí, maldito imbécil! Nunca me someteré a ti. Si le pones un dedo encima a Ryder, acabaré con tu puta vida”. Gruñí. No tenía a Val. No podía tenerla.Luis se echó a reír. “Sabía que dirías eso. Traigan a la perra”.Alguien entró y arrojó a una Val golpeada dentro de la habitación. Aterrizó junto a Ryder. Le hicieron un número. Por favor, no me digas que le hicieron otras cosas. Nunca me lo perdonaría.Miré a Val, quien luchaba por levantarse. “¡Suéltala, hijo de puta!”, grité mientras le daba otro puñetazo que le reventó los labios. Le di un rodillazo en los huevos y luego un puñetazo en el estómago que le dejó sin aire en los pulmones. Estaba a punto de darle otra patada cuando
Ace…Todavía estaba ocupado con Raffael cuando Richard corrió hacia mí. “Tenemos un problema”. Suspiró con fuerza.Lo miré y luego miré hacia donde había visto a Bella hace unos minutos. Algo no encajaba. “¿Qué?”.“Bella, Val y Ryder no están. Su novia nos contó lo que pasó”, dijo Richard, haciendo que me hirviera la sangre.Me giré hacia Raffael y dije: “Tengo que irme”. Raffael solo asintió, haciendo que lo mirara con desconfianza. ¿Por qué estaba tan tranquilo? Un jefe de la mafia se estaba perdiendo su puta fiesta.Me di la vuelta y corrí hacia donde estaban Daniel y los demás. “¿Qué tienen?”, les pregunté.La chica me miró con lágrimas corriendo por su cara. “Un hombre llamado Luis, se llevó a Ryder y a su hermana junto con otra mujer”.“¿Luis? ¿El narcotraficante mexicano?”, pregunté a mis hombres.Bruce asintió. “Sí, y según este cabrón, Raffael está metido en esto”. Bruce volvió a golpear al guardia haciéndole escupir un diente.“¡Traigan a ese cabrón aquí!”, grité. Por
Ace…Caminamos hasta uno de los coches y dejé que Bella subiera primero antes de entrar yo. “¿Dónde está Raffael ahora?”, preguntó recostando la cabeza. Parecía cansada.“En mi cuarto de juegos. Lo verás más tarde. Vamos a casa a limpiarte. Luego podrás interrogarlo”.El viaje en coche fue silencioso mientras miraba a Bella, quien tenía los ojos cerrados. Tenía un aspecto absolutamente impresionante. “¿Quieres decirme algo?”, preguntó Bella, abriendo los ojos. Sus ojos recorrieron los míos. Salí de mi asombro y me incliné hacia ella. “Creo que me estoy enamorando de ti”, admití en voz alta. Me importa una mierda que me estaba poniendo suave, pero era verdad. Bella me estaba gustando mucho.Sus labios se movieron en una sonrisa. “¿Quieres saber un secretito?”, susurró, acercándose a mí. Nuestras caras estaban a escasos centímetros. “Me enamoré de ti hace mucho tiempo”. Me miró a los labios y se inclinó aún más. Nuestros labios estaban a punto de tocarse, pero se abrió la puerta del
Ace…Miré a Bella con una ceja levantada. “¿Estás segura de que quieres verlo ahora?”.“¿Ver a quién?”. La voz de Richard llegó desde atrás. Él, Daniel y Bruce entraron y agarraron una cerveza cada uno. “Quiere ver a Raffael”, dijo Dean con una sonrisa.Puse los ojos en blanco al ver a mi hermano. Puede que no le guste estar en la mafia, pero seguro que le encanta cuando llevamos a la gente a mi cuarto de juegos para torturarlos.“De acuerdo, si eso es lo que quieres, te llevaré”, le dije a Bella, quien se levantó de inmediato.“Genial, vámonos. Tengo que hacerle unas preguntas antes de matar a ese cabrón”.Me levanté y caminé hacia el sótano, donde encierro a mis prisioneros. Lo llamo mi cuarto de juegos porque, para mí, lo es. Puedo elegir cómo torturar a la gente. Yo decido cómo mueren. Mis guardias asintieron cuando pasé junto a ellos. Me acerqué a la celda donde estaba Raffael, miré al guardia y le dije: “Llévalo a la sala grande”.“Sí, jefe”. Seguí caminando por el pasillo
Ace…Todavía me chocaba el hecho de haber conocido a Bella hace dos años. Ojalá pudiera recordar aquella época. Ojalá nunca hubiera perdido la memoria porque tal vez los dos podríamos haber estado juntos entonces. “Sé que es mucho para asimilar, pero es la verdad. ¿Quieres decírselo a los chicos?”.Asentí. “Sí, creo que deberían saberlo”. No quería ocultarles nada. Los considero mis hermanos, después de todo.Bella y yo bajamos hasta donde estaban Richard, Bruce, Daniel, mi hermano, Tommaso y Clarence. En cuanto nos vieron, se acercaron a nosotros. “¿Vas a decirnos qué quería decir ese pedazo de mierda de que te conocimos hace dos años?”, preguntó Richard, y los demás asintieron. Sabía que ardían en deseos de averiguar la verdad.“Sí, ¿por qué no nos sentamos todos y se los cuento todo?”.Bella les contó cómo nos conocimos y cómo ella y su banda ayudaron a salvar a Sandra. Nos contó que después de la misión de rescate volvimos a América y nunca volvió a saber de nosotros. El día q
Bella…Gruñí molesta. Estaba cabreada. No hemos localizado al cabrón que ha estado matando a mis hombres. Ha pasado una semana desde que volví y nada, joder. Sabemos quién fue, pero somos incapaces de encontrarlo, joder. Ya había matado a treinta de mis hombres. ¿Podría haber sido peor? Tuvieron una muerte horrible. Les grabó su firma en el pecho.Había convocado una reunión para hablar con mis hombres. Quería saber si ya habían encontrado al bastardo, pero hasta ahora nada. Estaba cabreada. Cuanto más tiempo perdiéramos, más hombres morirían de una muerte horrible. Tuve que matar a uno de mis hombres cuando me enteré de que había violado y abusado de una chica de dieciséis años. Hace dos días, Tommaso vino a verme con un expediente en el que me mostraba las fotos de la chica a la que el bastardo había golpeado y violado. Estaba furiosa. Durante nuestra reunión, también me encargué de ese pedazo de mierda.El sinvergüenza negó estar implicado, pero cuando le enseñé la foto que su co
Ace…Han pasado unos días desde que llegué a Italia. Ayer recibí una llamada donde me dijeron que algunos de mis hombres aparecieron muertos con la marca ardiente de Ivan en el pecho. Es el mismo maldito que ha estado acabando con los hombres de Bella. Estaba de los nervios. Ese cabrón era un cobarde por esconderse. Lo encontraré y lo mataré. ¿Y peor aún? Mis padres me informaron que querían reunirse con nosotros. Se lo conté a Bella y ella aceptó volver a América conmigo. Ryder se quedaría aquí para ocuparse de todo. No le he contado que Ivan mató a algunos de mis hombres.Bella bajó las escaleras con una sonrisa en la cara. Nos íbamos en mi avión privado ya que mis padres querían vernos esta misma noche. Le dije a mi padre que iríamos, pero que mi madre debía comportarse. No le agradaba Bella y no sé por qué. Prometió que hablaría con ella, pero sé que no escuchará a mi padre. Joder, yo tampoco puedo con mi madre. Puede ser una desgraciada si quiere, pero no me quedaré quieto si in
Ace…Todo el mundo seguía hablando y las conversiones eran ligeras excepto cuando mi madre insultaba a Bella cada vez que podía. Le dijo a Bella que una mujer no debería dirigir la mafia. El lugar de una mujer era en casa criando a los hijos. Bella sólo sonreía y le decía a mi madre que ella no era como las demás mujeres y que nunca sería dependiente. Por suerte, Dean intervino, haciendo chistes, sobre todo chistes verdes, para decepción de mamá.“Sabes que escuché que le prohibiste la entrada a la novia de Ryder en tu casa”. Ryder se rio.“Sí, ella no es parte de mi mafia y no confío en ella lo suficiente como para pasar el rato donde hablamos de negocios”.Ryder sacudió la cabeza. “Joder, eres una dura”.Bella sonrió. “Lo sé y tú eres igual que mi puto hermano; ¿fue ese capullo quien te lo dijo?”. Yo miré a mi madre, quien parecía molesta. Como dije antes, no le gustan nada las palabrotas.“Entiendo que eres una gran jefa mafiosa, pero mientras te sientes a mi mesa, no toleraré