Tú vestido es mi karma.Peter Termino de peinar y secar mi cabello para luego colocarme mis piercings. Sé y estoy claro que, sí llegase a salir sin ellos mi mamá me mata. Me va a decir: Muchacho aweonao, te compraste las mierdas esas y ni las usas.Y para un regaño gratis, prefiero hacerle caso aunque aveces los dejo porque prefiero dejarlos a perderlo.Mi suéter favorito me acompaña junto a mis pantalones de la suerte y unos zapatos que me compre el otro día.Paso por mi espejo y me doy una última mirada.«Vaya sí que estoy bueno». Acerco el rostro al espejo y me doy un sonoro auto beso.—Eres un muchacho muy guapo —. Paso la yema de los dedos por el reflejo de mis labios—. Oh sí que lo estás.La rubia que me dio la vida se refleja en el espejo, se tapa la boca para no reír y delatar su posición.Me quedo estático y espero que diga o hablé, pero ella solo niega y entra a la habitación abriendo mis persianas y la ventana.—Tú perfume está bien fuerte, te va a dar alergia —dice mientr
Dana—Feo, amor de mi vida —. Peter se gira hacia el fregador y puedo notar su molestia.—No me hables.—¡Vamos!, Es para que aprenda a socializar —. Lo abrazo por la espalda y beso su cuello.Peter suspira y niega.—¿Y sí esos niños son malos con ella?—Feo... Ya tiene la edad para empezar el prime grado, tienes que dejar que vuele... Además, sí Mina va, podremos ya sabes —juego con los vellos en su cuello—. Jugar...Peter se da la vuelta, sus mejillas estan rojas, sus manos mojadas por estar lavando los platos y su sonrisa curveada.—Okey, que estemos solos es lo único bueno... no quiero que mi bebé crezca.—De alguna manera tendrá que crecer, ¿tienes algún artefacto para evitar que crezca?, ¿no?, Entoces vas a tener que relajar las alas mamá gallina.—¿Cuando empieza?—En enero, o sea el mes que viene.—Vaya... jamás imaginé que diciembre sería tan difícil —. Peter acaricia mi cabello distraído.—¿Deberíamos decirle lo de Santa?—No me gusta engañarla con eso de Santa. —¿Oye...?—
Peter—Eres un intenso Peter —dice mi hermano mientras se quita los zapatos. Pues sí, soy consciente que tal vez soy un intenso, pero no es mi culpa, es de ella, por ser todo lo que quiero. —No lo entiendes, ah pasado varias veces, quiero estar con ella hasta que me muera —digo zarandeando su cuerpo. Ross entra en la habitación y se queda tieso viendo la escena.—¿Qué pasa aquí? —dice llevando la mirada de George hacia mí. Suelto a George y me siento en la cama de mi hermano. —Necesito consejos de hombres. Ariadna que cruzaba el pasillo, entro como si alguien la estuviera llamando.—Los consejos de mujeres son mejores. ¡Oh wow! Yo soy una, así que puedo ayudarte querido hermano menor —. Ariadna se sienta junto a mí y despeina mi cabello. Ross suspira y se sienta con nosotros. —No soy bueno en eso de los consejos, pero siendo tú mi mejor amigo, puedo hacer un esfuerzo —. Ross se sostiene en mi hombro. Bufo y trato de no jalarme el cabello.—¿Qué debo hacer, sí hay una chica, a
DanaEl calor de la bañera a empañado los vidrios del baño. Las mejillas de Dafne y Mina parecen manzanas, ambas ríen y están listas para jugar un rato mientras se bañan.Dafne sabe sentarse y gatear, pero aún siendo así me parece muy pequeña y por esta razón la sostengo para que pueda jugar, pero sin tener la posibilidad de morir ahogada.Mina entra y lo primero que hace es jugar con las espumas haciendo pequeñas burbujas. —Mamá, ¿cuándo voy a empezar con la escuela? —pregunta repentinamente a la par que se moja el pelo.Meto los piecitos de la pequeña rubia, la cual se enfoca en babear y morder mi ante brazo que la sostiene con fuerza.—En una semana… creo —respondo mojando el pelito de Dafne.—No te escuchas muy segura.—Es que ya sabes, tú padre es como una mamá gallina y puede que esté la posibilidad de que se retracte —. Dafne chapotea y ríe mientras que yo con una sola mano, le pongo champú con olor a manzanilla.Mina se acerca a mí para que también le ponga champú. Gustosa lo
Peter.No estoy listo, no estoy listo.—¿Papi?, ¿Crees que es mejor presentarme o no hacerlo? —pregunta Mina mientras está siendo peinada por Dana.—Creo que es mejor presentarse —digo con duda.Dafne está en mis brazos, parece que ya se está quedando dormida y la entiendo porque parece que voy a hacer un hueco en el suelo de tanto que camino.—No olvides ser tú misma, y sí alguna cosa, ya sabes —dice Dana terminado el peinado y besando su frente.Mina está con su uniforme y la verdad es que trato de no mirarla mucho, porque me conozco y soy capaz de ponerme a llorar.Me pongo de cunclillas para quedar a su altura.—¿Estás segura de que quieres esto?, tal vez sea muy pronto-—No papá, soy fuerte, no olvides eso, además ¿quién seré si no estudio? —responde con rapidez antes de que siquiera termine de hablar.Mina besa mi mejilla y me dedica una bonita sonrisa.—Voy a estar bien, afloja las alas.Otra que me dice mamá gallina.Abrazo con algo de fuerza a Dafne y está ríe con emoción.—T
Dana.Con un golpe abrí la puerta, tenía más de quince minutos decidiendo en sí debería entrar o solo quedarme a esperar, pero por esperar la gente se ha muerto. Además que paciencia no es mi segundo nombre.Estaba pensado en patearla para hacer más dramática mi entrada, pero mandé esa idea la mierda cuando vi al sub-director por los pasillos.El salón es como cualquier otro en el que hayan puesto a solo cuatro alumnos a pasar su castigo, solo que hay uno que otro póster que recuerda las reglas de convivencia y como lo que haz hecho esta mal... una porquería de salón si me lo preguntas.Las miradas de las cuatro personas recaen en mí, pero por supuesto a mi solo me importa una de ellas.Peter levanta la mirada, me mira a través de su lentes de lectura, parece un poco desaliñado, pero concentrado.Javier, Esmeralda y Ross se me quedan viendo como diciendo: ¿Y esta loca?Están sentados en varios sitios, ni siquiera tiene una mesa fija solo tomaron una silla y se colocaron en un solo lug
Peter.Estaba jugando cuando de repente alguien lanzó una pequeña piedra a mi ventana. Bien, primero había pensado que estaban atentado en contra de mi lindo hogar, así que corrí hasta debajo de mi cama donde tenía mi reserva de piedras que estaban listas para ser lanzadas sin piedad.Pero cuando salí y lancé la primera piedra, me sorprendí con Dana quién esquivo con algo de rapidez mi intento de guerra.—¿Vas a bajar? —dijo algo bajo, solo para que yo lo escuchara.Era lo más tonto que la había visto hacer: ella antes entraba por mi ventana, no necesitaba matarme de un susto.Aunque la entendía, porque desde que mi mamá se había enterado de nuestra relación, Dana había intentado escapar de ella de una u otra forma.Así que como tenía gripe, corrí a ponerme los suéteres más abrigadores que tenía. Y allí estaba, como un loquito, corriendo hasta llegar y abrazar a Dana quien me esperaba con los brazos bien abiertos.—Hola, ¿qué tal? —dijo en mi oído. Sonreí y la abracé más fuerte.—Aho
Mina.La lluvia cae y la veo hacer pequeños círculos al impactar con el asfalto y el resto de agua.La mañana está fría por lo tanto me encargo de saltar para calentar el cuerpo.—¿Qué haces? —pregunta Dafne mientras se acerca a mí.—Estoy bailando —respondo mientras hago movimientos raros que la hacen reír.—¡Te pareces a la tía Tati! Me pongo sería al ver a Matt pasar.—Quedate detrás —digo hacia Dafne la cual me obedece.Matt al verme no desperdicia la oportunidad para molestarme.—Hola adoptada —con mofa hace caras raras.—¿Qué se te perdió? ¿El cerebro?, Juro que lo pise hace un buen rato, pero sí quieres habló con mi papi para que intente buscar uno para que te lo donen —respondo con todo el afán de ofender.—¡Ni siquiera es tu papá! —chilla con rabia.—Tú lo pediste —digo sin rodeos para luego lanzarme sobre él.Muerdo su brazo mientras jalo su cabello: lo que lo hace grita. Pero no se queda de brazos cruzados y empieza a morder mi mano a la par que me lanza golpes un poquito