No sabemos a ciencia cierta quién de los dos interlocutores estaba más nervioso por la conversación que se avecinaba: si Nicoletta Lombardi con su inesperada, o mejor dicho, tan ansiadamente esperada visita; o Jared Cavalier, quien se dedicó a pensar, a cada minuto que pasaba en espera de su fan más… comprometida, que lo que se encontraba haciendo en aquel momento no era más que un total despropósito, y que haría mucho bien a aquella familia si levantaba su muy bien avenido trasero y se largaba de ahí, antes de que las cosas pasaran a mayores.
Pero todos sabemos que esto último era imposible: tanto Jared como Nicoletta estaban más allá del punto de no retorno desde hace como una hora y media, más o menos.
«Pero, ¿por qué se tarda tanto esta chica?», se preguntaba Jared. Un hombre tan hermoso que a veces no necesitaba ni lavarse la cara para verse espectacular con una sudadera y un pantaloncillo deportivo viejos y sin lavar.
Y hasta con pijama, vaya.
E
Si algo aprendió Jared Cavalier aquella calurosa mañana y tarde del 23 de julio del año en curso, fue que mantener una conversación medianamente coherente con Nicoletta Lombardi era una misión prácticamente imposible. –Ti amo, ti amo dal primo momento in cui ti ho visto –era todo lo que respondía cuando el Goodboy le preguntaba algo. No sabemos qué. Cualquier cosa. Como, por ejemplo, si había amanecido bien. –Dio solo sa quanto ti amo, mio dolcissimo Jared Cavalier –era uno de sus parlamentos más recurrentes, como para cuando a Jared se le agotaban las palabras. Rogó con la mirada a Loretta que lo invitase a almorzar. Ella lo comprendió de inmediato. –Pasen a la mesa –dijo con su voz rotunda de diva italiana, y Nicoletta, pese a ser la hermana mayor, fue la primera en obedecer. Se secó las lágrimas con el dorso de la mano, y con la otra tomó a Jared y lo dirigió, con una sonrisa, hacia el comedor, cuya pinta anacrónica hacía juego perfecto con el mobiliario demodé del resto de la
Rossana Regiés arribó a Turín a las 11h00 del 24 de julio del año en curso. Por supuesto, Jared Cavalier la esperaba en el aeropuerto. –Pequeña –fue lo único que dijo, en cuanto ella se bajó del avión sudada, mal dormida y con problemas de espalda. Ella se dirigió hacia él, como una niña, con los brazos abiertos, y lo aprisionó. Él la levantó del suelo. Nunca se besaron en la boca. Les tomó dos horas llegar al Hotel Billia. Jared había reservado una hermosa habitación con vista a los Alpes italianos. El verano había derretido las nieves, casi en su totalidad, pero aquello no restaba atractivo al paisaje. La habitación era, por cierto, para una sola persona. –¿En dónde te hospedarás tú? –preguntó Rossie, como quien no quería la cosa. –En la recámara de al lado –dijo Jared, señalándola con el dedo–. Te dejo para que te instales, pequeña, y te espero en el restaurante a las tres y media, ¿te parece? –Me parece –dijo Rossie, que se
Hacer senderismo en el Valle de Aosta no era la principal atracción turística de la región, y menos en el caluroso verano. Pero Jared Cavalier y Rossana Regiés, acostumbrados a caminar por las calles de Manhattan y de La Capital, respectivamente, no tuvieron problema alguno en realizar un paseo por los bosques aledaños. Cobijados por la sombra de los pinos y las colinas de menor altura, y tomados de la mano, los dos hablaban sobre todo y sobre nada, intentando no pensar, al menos todavía, en lo que les deparaba el regreso a Nueva York, en algo menos de una semana. Sin embargo, les fue imposible no tocar el elefante en la habitación. Mejor dicho, en el bosque. –Jared –preguntó Rossie, un tanto agitada ya por el ejercicio físico–. Podríamos aprovechar estos días para que me hables de lo que has estado evitando hablarme desde que vinimos aquí. –¿Y esto es…? –preguntó él, haciéndose el desentendido. –Sobre Olivia –dijo Rossie, mientras se detenía a la sombra de un pino amarillento po
Una fan indignada. Así firmaba la persona que había publicado aquellas imágenes y videos con pies de foto tan infames como: “Mírenlos a los dos, tan campantes, besuqueándose. J. Cavalier no dejó ni enfriar el cadáver putrefacto de su relación con Adalyn Fernández para revolcarse con su fan más vulnerable”. O: “¿Qué diablos le ve a ella, que no tenga yo? ¡Vamos a ver! Nicoletta Lombardi está literalmente loca por Jared Cavalier. Y él se aprovecha de ello. ¡Indigante!”. Y también: “¿Es así como pagas a tus fans más leales y respetuosas?, ¿a las que hemos tomado sana distancia de ti, y respetado tu matrimonio? ¿Involucrándote con la más desquiciada de todas? ¿Se puede caer más bajo, Jared Cavalier?” El Emperador se limitaba a leer, de manera masoquista, una a una –y a veces, más de dos o tres veces–, cada uno de los textos que acompañaban a una serie de imágenes totalmente sacadas de contexto. –Pero, ¿en qué momento Nicoletta fi
Jared Cavalier y Rossana Regiés regresaron a Nueva York el domingo 28 de julio del año en curso. Ninguno de los dos estuvo feliz de hacerlo.Mientras volaban, el uno junto al otro, sin hablarse, siquiera, Jared se empeñó en hacer lo que le correspondía: dar instrucciones precisas a su asistente para que restaurara temporalmente su Instagram, porque le urgía hacer una declaración.Minutos después, le escribió Toby:–¿Seguro que quieres hacer esto, bro? –fue todo lo que le preguntó, por mensaje de texto.–Querer no es la correcta selección de palabras –respondió el Goodboy–. Es algo que me veo obligado a hacer.Toby le envió un emoji de dos palmas de manos en vertical. Suponemos que, con eso, manifestaba su intención de estar de acuerdo con su pal.Tras bajar del avión, y mientras se encontraba en el taxi con Ro, Jared recibió una llamada de Bob Thorton:–¿Qué piensas hacer al respecto? –le preguntó, en cuanto Jared contestó la llamada.–Hablamos luego –respondió El Emperador, con seque
Transcripción de un extracto del video en vivo de I*******m hecho por Jared Cavalier (@jared.cavalier), con fecha domingo 28 de julio del año en curso, a las 18h00 (GMT-5) Ejem… What’s up, yo! [Jared se acomoda el cabello en cámara, a sabiendas de que el número creciente de fans que se percataron de que acaba de iniciar un live lo están viendo]. ¿Cómo están, queridas? Seh… tanto tiempo, ¿verdad? Espero que no me hayan olvidado, ¿o sí? [Se pone serio y carraspea], bien… ehm… esto es difícil de sobrellevar. Antes que nada, supongo que les debo una disculpa. Ustedes saben, por haberme ido de las redes sin despedirme. Eso no fue muy amable de mi parte, pero tuve mis motivos. Espero que sepan entender. Hubo demasiada presión por aquellos días (ya van a ser dos años, rayos), muchas de ustedes me hicieron reclamos honestos, que no supe cómo gestionar. Y, tal vez me arrepiento de haber cerrado mis redes sin aviso ni disclaimer, pero, en realidad, no lamento el haberlo hecho. He tenido al
–What-the-fuck! –ese era nada más y nada menos que Niko Bass, en el momento exacto en que su compinche, Kaoh Leod, le enviaba el enlace del live de Jared bajo la consigna: ¡URGENTE!: “tienes que ver esto, bro”.Por su parte, recostado junto con su esposa en el sofá familiar de su departamento de la Quinta Avenida, Toby Dammer, de mente mucho más abierta, no podía ver más que otra oportunidad para forrarse –aún más– de plata. Él y sus amigos. Pero también, como hombre de negocios bastante sagaz que era, no tardó en darse cuenta de que el repentino acceso de generosidad del Goodboy podía, de forma bastante predecible, por cierto, poner un tanto celosas a las BadGirlz, como se hacían llamar las fans del Badboy.–Al parecer –le dijo a su esposa mientras ella le rascaba la cabeza&ndash
El día 28 de julio del año en curso ocurrieron muchas cosas: Jared y Rossie regresaron de su fallido viaje de placer por Italia; el Goodboy, en un acto de aparente locura temporal –que resultaría, a la larga, una acción mucho más cuerda de lo que parecía– prometió a todas las fans del mundo que las conocería personalmente, con el dinero que le generarían las regalías que le produjera la serie; y Toby Dammer instó al resto de The Boyz a unirse en aquella enloquecida cruzada. Y, en medio de todo, se hallaba Rossie, como la manzana de la discordia. Ella se sentía, en parte, responsable de todo este problema. Y buscó la forma de encontrarle, si no un remedio, al menos un paliativo. No tardó en hallar, entre los recovecos de los grupos de F******k, aquello que quería: –¿Alguno de ustedes es miembro de los clubes de fans de The Boyz in the Band que operan en las redes? –preguntó Rossie, la tarde de la reunión flash en la que fue acusada de ser la causante de las desgracias de la banda, s