Después de que Isaías se marchó, los compañeros de Daren lentamente se fueron retirando de dicha cena y Zoe se quedó un rato más en la terraza, sentada junto a su familia, pero en realidad estaba a la espera de que Harold le dijera algo referente a lo sucedido, pero este como si nada seguía dialogando con Joshua.En busca de captar su atención se paró y cuando vio que él no la detuvo se recostó de espalda a un balconcillo, mientras bailaba el pie derecho, tic nervioso que suele ocurrir siempre que se encuentra ansiosa o asustada. «Debe pensar todo lo peor de mí y si lo hace está en todo su derecho, porque yo me encontraba con la lengua de ese aprovechado tragada hasta la garganta», se lamentaba suponiendo que Harold está enojado.«¡Haaa!» reprimía ese grito que estaba loca por dejar salir.«¿Cómo es que Isaías tiene tanto poder sobre mí?, ¡hombre estúpido!», continuaba con su desvío de pensamientos que no paraban, pasaba de uno a otro y mientras más analizaba las cosas que la hace de
—Kira ¿me estás llevando la contraria? — le preguntó y Kira vio cómo los músculos de su cara estaban rígidos por el enfado y los ojos dorados de su lobo se hicieron presente sin darle paso a los de su humano. Que Zoe lo retara era distinto a que esta loba creyera que le podría desobedecer y no sufrir la consecuencia, Eros la veía como un rival a quien puede castigar por insurrección ante él, cómo alfa y aunque ella no es oficialmente un integrante de su manada igual está en su territorio y por ende debe hacer lo que él le ordene.—No mi alfa, nunca me atrevería, solo quiero complacerlo. Kira se relamió los labios y comenzó a caminar a gata sobre la cama; lo miraba con fiereza, pero no en plan de batalla si no en plan lujuria, a medida que iba balanceando la cadera con sensualidad y haciendo unos movimientos gráciles que le daba ese toque seductor que a cualquier hombre aturdiría, no obstante, a Isaías que está hastiado de mujeres como Kira, no. Él está empecinado en la inocencia y f
Esa mañana Zoe se levantó muy temprano, dormir con Luisana era todo menos cómodo, aunque no se lo dijera directamente, le encanta cuando puede quedarse sola en su cama y disfrutar abiertamente de su privacidad, pero decide tragarse eso y permitir que se quede a su lado casi todo el tiempo, a pesar de que en la casa hay más habitaciones.Mientras se colocaba el mandil de pintura la veía estirarse y gimotear complacida de estar sola sobre la cama y Zoe llena de inocencia movió la cabeza hacia los lados y sin dejar de sonreír.—Eres una niña— murmuró divertida adorando que su mejor amiga pueda disfrutar de cosas tan sencillas.Ya en el jardín organizó todos sus materiales, pintar siempre le ayuda a liberar las preocupaciones, ya que lo sucedido con Harold no salía de su cabeza y no quería martirizarse al pensar en eso. Sin embargo, en el momento que tomó el pincel y lo acercó al lienzo su mente le jugó una broma de mal gusto porque empezó a recordar los besos apasionados que compartió co
En el calabozo de la manada se encontraba Stuart totalmente debilitado con quemaduras profundas de tanto agarrar los barrotes de plata, puesto que la desesperación del encierro lo estaba aturdiendo y ansiaba que Isaías fuera a verle, pero siempre que pedía ver al alfa los custodio no les prestaban atención.—Stuart…— se asombró cuando Isaías lo nombró.E Isaías jadeó impactado debido a que no pensó que su amigo estaría tan destrozado en poco tiempo, pero ahora verlo así con los labios resecos y con ojeras de cansancio lo hizo sentir más culpa, su abuela ciertamente tenía razón, el encierro es igual que la muerte y peor aún si el lobo es rodeado por plata.—Mi alfa, ¡has venido! —. Stuart sonrió débilmente, pero se notaba que lo esperaba con ansias, aunque con rapidez bajó la mirada, sintiendo el peso de la vergüenza.» Perdóneme, sé que debí de poner el ejemplo y fui el primero en romper las reglas.—Aunque no lo creas, no pretendía que el encierro te hiciera tanto daño. Isaías sinti
Zoe respiró profundamente luego de haber observado la pantalla de su teléfono, quería que Isaías volviera a llamar, porque según ella ansía saber más sobre la conversación que sostuvieron él y Harold, pero muy en el fondo la realidad es que eso solo es una excusa débil que se da a sí misma para no aceptar que le está gustando el juego; escuchar su voz, y la manera en la que le habla descaradamente le crea un tipo de fascinación extraña. «Ese es un pervertido», bufó irritada, porque considera que sentirse de ese modo es solo culpa de Isaías. —Hoy vendrán pocos clientes— manifestó Zulema a medida que veía a todos lados, notando cómo hay pocas personas paseando por ahí. —Tal vez en unas horas todo cambie, y el flujo de personas sea más de lo que imagina— le respondió Zoe mientras recostaba la mitad de su cuerpo del mostrador, simulando que dormiría. —No es así, y lo sabes. Zulema negó con la cabeza. —Mientras desayunábamos Luisana comentó que hoy habrá reunión escolar, por qué no va
«Odio trabajar en estos tipos de lugares, ¿Cómo demonio dejé que esta chiquilla me convenciera?», protestaba Sacha a medida que recordaba cómo le había pedido a Zulema qué le permitiera trabajar en la heladería. Caminaba con pesadez observando la bolsa de playa llena de dibujitos que Zoe la hizo utilizar y se sentía tan tonta, e infantil. Sus gustos son distintos, pero claro, como lo sabría Zoe, si no es el tipo de chicas con las que le gusta compartir, y por esa razón ella sentía que estaba haciéndola de niñera, aunque no es que ella y Zoe se lleven mucha edad, sin embargo, en el fondo, no le parece muy desagradable porque tratar de congeniar con alguien tan distinto es algo nuevo y posiblemente hasta bueno.«Zoe es una mala influencia para mí», rodó los ojos cuando no paraba de pensar en las cosas que extrañamente sintió mientras dialogaba con ella, y que todavía le parecen raras porque nunca quiso dejar de ser lo que era hasta que pensó que cambiando de vida podría estar mejor.A
Lo que Isaías estaba experimentando no era egoísmo, era algo mucho más fuerte, podría simplemente retirarse y dejar que su beta que si tiene buenos planes con Zoe la conquiste, pero, le es imposible, la quiere para él y no puede desistir, incluso le provoca celos ver como ella le sonríe.—Entiendo, somos amigos y ya estoy cansada de que me vean la cara—. De un momento a otro Zoe se llenó de amargura.—¿Vamos a pasar el tiempo presentándonos?, o vamos a disfrutar de este hermosísimo yate— intervino Sacha cuando sintió que el ambiente estaba denso y que los ánimos estaban elevados.—Sí, tienes razón, ven amigo, he traído mis materiales, hoy te haré mi modelo— manifestó Zoe al mismo tiempo que intentó agarrar a Ronald por el brazo, pero Isaías lo impidió a la vez que de su garganta se escapó un gruñido.—Haces sonidos parecidos al de un animal—. Zoe volvió a manotearle para que la dejara tranquila e Isaías tuvo que respirar profundo para no cargarla y llevarla sobre su hombro.—Zoe, ¿ent
Lo siguiente que sintió Zoe, fue; ser arrojada sobre un colchón, que hizo rebotar su cuerpo con suma suavidad. Espantada observó a todas partes con recelo, sintiendo como el corazón se le aceleró cuando fue capaz de darse cuenta de que estaba dentro de una recámara a solas con el producto de sus alucinaciones más calientes.Los ojos azules que la veían extrañamente pasaban de manera momentánea a tener tonalidades grises como el acero, que centellean con diversión irónica, e iban haciendo un recorrido lento a su pequeño cuerpo. «¡Dios que deje de mirarme de ese modo, me siento desnuda aun conservando mi ropa!», pensó locamente, porque cuando Isaías está cerca la inmadurez en ella se hace más intensa, a pesar de fingir lo contrario.—¡Pervertido Sharman!, no creas que obtendrás lo que buscas— le gritó furiosa señalando con el dedo índice mientras reculaba de espalda hasta que chocó con el respaldo e Isaías la veía con gesto de diversión.—Tú me darás lo que busco en el momento que meno