—¡MALDICIÓN! ¡DUELE! —Connie se agarraba el vientre, su expresión llena de dolor y algunas gotas de sudor deslizándose por su rostro. De rodillas en el suelo, pensaba que iba desmayarse en cualquier momento, cerraba sus ojos con fuerza, sus lágrimas cayendo, una sensación helada que la recorría como electricidad punzante iba en aumento, al punto que le estaba quitando el aliento. "¡Esto no es como antes!" Pensó ella al recordar cómo se alimentó su bebé de la magia de Gael, soltando un fuerte grito agónico que por más que quiso evitar, le fue imposible, sin lograr soportar tal agonía. La aura blanca mágica que la rodeaba no aumentaba ni disminuía. «¡ALGO ANDA MAL! ¡No sigas tratando de darle tu magia, Connie!», advirtió Sary, pero por más que la hembra intentó no hacerlo, sentía que no lograba controlarse. —¡¡AAAAAHHH!! ¡¡NO PUEDO!! ¡ME DUELE! —cayó Connie en posición fetal sobre el piso alfombrado, entre lágrimas. —¡¡CONNIE!! —se escuchó desde la distancia, la voz de es
Una media sonrisa se mostró en el rostro del Rey dragón, que con altivez veía a todos esos hombres lobos furiosos frente a él. —Mis asuntos con la Alfa Connie, no son de la incumbencia de ustedes, lobos —respondió con un tono frío y amenazante. —¡¡¡LO MATARÉ!!! —rugió uno de los hombres lobos, pero nuevamente la mirada amenazante de Aeron lo hizo frenarse en seco. —Reina Maray, la ex-Alfa de la Noche Carmesí, a la que yo serví, desapareció —comenzó a contar, Aeron—. Se supone "murió", o al menos eso se creé. El hedor a mortandad en el territorio de Garra Dorada era asfixiante; cuerpos como si hubiesen sido "explotados", entre ellos se encontraron rastros de pelaje rojizo carmesí como el de Maray, y oscuro como el de su mate, Rezef. Por eso se cree que están muertos; pero… Conozco a la madre de la loba que cargas con cariño en tus brazos. Una parte de mí, no puede aceptar sus muertes. Gael se sorprendió por un instante, sus manos se aferraron con una milésima más de fuerza e
✧✧✧ Varios minutos antes de que Alfa Connor sospeche de la presencia de Blanca. ✧✧✧ En las profundidades del bosque cercano a la mansión de Luna Plateada. ¡POF! ¡Se abrió un portal!, un brillo púrpura con grabados alargado y símbolos mágicos en el suelo de tierra desnivelado cubierto de hojas secas. La hechicera, Ingrid, apareció. "Fue bastante fácil romper las trampas de estos lobos." Pensó, sus ojos avellana paseándose por los alrededores, a la vez que comenzaba a caminar. Su vestimenta negra y una capucha gris con símbolos púrpuras en ella. El anillo en su dedo brillaba con una piedra púrpura de gran tamaño, y su cabellera tan corta al estilo pixie provocaba que algunos mechones se agiten con la brisa nocturna que causaba un murmullo meciendo las copas de los frondosos árboles. Ingrid, la Luna de Alfa Hazram. Se había infiltrado en el territorio de Luna Plateada… ¿Su objetivo? ¡KORINA! "Solo tengo que encontrarla, y…" Sus pensamientos se detuvieron cuando ob
Blanca comenzó a sentirse más y más débil, su vista se tornó borrosa, pero… ¡AÚN OLÍA A SU MATE!, el aroma de ese lobo Alfa de un pelaje tan oscuro como esa misma noche, la mantenía consciente. Ver a Sirius acercándose a ella a toda prisa, la hizo esbozar una pequeña y débil sonrisa… ¡Entonces lo recordó! —¡¡NO!! ¡A… ALFA…! ¡ES UNA… TRAMPA! —rugió Blanca con voz temblorosa. Alfa Connor la escuchó desde esa distancia, escuchó perfectamente que era una trampa, de hecho, no era un tonto para no saberlo y aún así… Decidió avanzar. ¡¿CÓMO CARAJOS IBA A IGNORAR A SU LUNA?! Y justo cuando él piso diez metros a la redonda cerca de donde estaba el árbol. ¡¡BOOOOOM!! ¡Una explosión mágica se produjo!, una a tal magnitud que arrasó con todo diez metros alrededor de donde estaba Blanca atada. Solo ese enorme árbol quedó en pie, escombros por doquier. Blanca aún atada quedó en shock… ¡Ella abrió sus ojos en gran manera! —¡¡NOOOOO!! —un grito desgarrador resonó en el bosque—. ¡¡
Connie abrió lentamente los ojos, paseando su mirada celeste por los alrededores… ¡SE SORPRENDIÓ! ¡De inmediato se encontró con un antiguo escenario de su niñez!, estaba en la sala principal en la mansión de "Luna Plateada". La hembra comenzó a sentarse pero en ese momento… —¡Ah! —soltó un gritito cuando volvió a caer recostada en el sofá, estaba muy débil—. ¿Hay alguien ahí que me pueda escuchar? —preguntó pero un silencio sepulcral invadió la elegante sala principal. Ella comenzó a llenarse de preocupación, un sentimiento en su corazón crecía. Fue entonces, cuando Connie recordó todo lo que sucedió en la mansión de la Noche Carmesí. Cómo su bebé tenía hambre, ella quiso darle de su magia, pero el pequeño dragón la rechazó con violencia, dejando que Connie la libere en descontrol y casi matándose. Connie recordó el dolor agónico y cómo su marido llegó y la ayudó a que el bebé se calme, sin embargo… ¡Aún tenía hambre!, y ahora no solo era el dragoncito en su interior, si no
—¿Quién…? —susurró Connie, sin embargo, en ese mismo momento, se percató que se trataba de Beta Korina—. ¡ESPERA! —gritó yendo tras ella. Cuando Korina escuchó la voz de Connie, comenzó a ir más rápido, el bebé en sus brazos llorando desconsolado. —¡Whaaa!~ —¡Cálmate, esto es por tu bien! —le gritó Korina, pero el cachorrito lloraba más alto ante el agitamiento de la hembra rubia que corría a gran velocidad, esquivando los árboles y saltando ramas, rocas y desniveles de la tierra. —¡¡KORINA, ES PELIGROSO!! —le gritó Connie y es que… ¡LOS BOSQUES DE LUNA PLATEADA ESTABAN REPLETOS DE TRAMPAS! Solo los mismos lobos de más alto rango e importancia en la manada tenían conocimiento de esas trampas y no cualquiera podía esquivarlas. Connie, al haber vivido toda su niñez en esa manada y por ser una niña muy rebelde, llegó a conocer absolutamente todas las ubicaciones y no era para menos, incluso su padre Rezef el ex-Alfa de Luna Plateada, solía dar paseos con ella de pequeña.
—¡¡MALDITO, QUÍTATE DE ENCIMA!! —gritó Ingrid, mientras forcejeaba con el enorme lobo oscuro que la encimaba. Bina, de inmediato se apresuró, avanzando a grandes zancadas llegó hasta donde la hechicera había empezado a trazar los símbolos anteriormente, en ese momento, la loba de un pelaje tan oscuro como la noche, comenzó a deshacerlos con sus patas. Bina tuvo una horrible sensación electrizante que la recorrió por completo, aullando, pero, no se detuvo hasta borrar todos los símbolos. —¡¡LOBA DESGRACIADA!! —gritó Ingrid al darse cuenta de lo que la loba de Blanca hizo. "¿Cómo pudo tocar mis símbolos sin que mi magia no la haya envuelto y lastimado?, es una loba novata en su primer transformación… ¿Son así? ¡No!" Pensaba confundida, la hechicera Ingrid, mientras los colmillos afilados de Alfa Connor se clavaban despiadadamente en su hombro derecho, y sus patas la prensaban de los brazos, manteniendo a la hechicera presionada contra la tierra boca arriba, su cuerpo comenzan
¡Connie comenzó a forcejear contra Beta Korina! —¡¡QUÍTATE!! —la Reina Alfa de la Noche Carmesí la empujaba, pero… ¡Estaba demasiado débil!, tan solo horas atrás su bebé la hizo perder una cantidad exorbitante de energía y magia casi llevándola al borde de la muerte. Aunque la ligera aura blanca la rodeó, era mínima y débil, apenas evitando que se desangre cuando Korina en un rápido movimiento le sacó la cuchilla. —¡¡NO LO ENTIENDEN!! —gritó esa hembra rubia—. ¡Ustedes nunca lo entenderían! —volvió a gritar entre lágrimas. ¡BUM! ¡EN ESE INSTANTE, THARA, LA LOBA DE TABITHA SE LE LANZÓ FEROZMENTE! —¡¡Aaaaayyyy!! ¡Déjame, quítate m@ldita perra! —le gritaba Beta Korina a la enorme loba de un brillante pelaje de tonalidad negra. ……………. ✧✧✧ Mientras eso sucedía. En el campo de batalla en la frontera de la manada "Luna Plateada". ✧✧✧ ¡Gael se quedó inmóvil al sentir el peligro y el dolor por el que Connie estaba atravesando! El Rey dragón, aún así… ¡Decidió ayudar y d