Entre una atmósfera tensa, Gael permanecía en silencio, observando a Connie, quien, con el corazón latiendo aceleradamente, intentaba asimilar la dura realidad de su situación. Aunque dentro de ella, una chispa de desafío comenzaba a brillar. "No quiero ser solo un contrato. Ni ser solo una incubadora…" "Sé que debería enfocarme en terminar esto rápido, de una m@ldita vez, olvidarme de Gael. Volver a mi manada, vengar la caída de la alianza… ¡Pero!" Los pensamientos de la loba la abrumaban, sentada desnuda sobre la cama, sus manos se aferraban con fuerza a las sábanas, su expresión tensa, su cabeza inclinada, sin querer hacer contacto visual con Gael… Por la presión que sentía de estarle fallando a su mate. POOOF~ ¡De repente, una luz blanca y pura de magia, iluminó la habitación! Connie levantó la mirada, pero ante la explosión de magia, no veía nada. Finalmente, cuando la luz se esfumó... ¡Connie quedó impactada! El Rey Gael, se transformó en un majestuoso dr
La luna brillaba sobre el amplio lago, llenándolo de una luz plateada. Las ondas del agua reflejaban el deseo de sus rostros, uno muy fuerte que había entre ellos, volviendo al ambiente casi electrizante. Connie se mordió el labio ligeramente, tratando de controlar la emoción que la invadía, su corazón latiendo aceleradamente por ese, su mate. «Me emociona más cuando lo veo bajo la luz de la luna, su cabellera blanca toma un color resplandeciente… Su aroma, ¡Ah!~ Esa que se ha vuelto nuestra favorita en el mundo…», hablaba internamente con su loba. Poco a poco, los ojos celestes de Connie fueron tomando un tono rojo carmesí. Él ya sabía que ese hecho sucedía cuando su loba interna se hacía sentir fuertemente, cuando esa Alfa, dejaba salir su lado mas salvaje, feroz, y descarado. Entre el agua y con el roce de sus cuerpos, él apartó unos mechones oscuros del cabello de esa hembra que caían sobre su rostro, haciéndolos lentamente hacia atrás, como una sutil caricia que come
—¡NO! —Connie se apartó bruscamente de Gael, su cuerpo temblaba y sus ojos estaban llenos de lágrimas. Un brillo blanco comenzaba a envolverla como un aura helada. Gael no prestó atención a su rechazo. Con un solo brazo sumergido bajo el agua cargándola, creó una pequeña esfera de magia, soplando suavemente sobre su mano libre. ¡Connie sacudió la cabeza con evidente rechazo! ¡No iba a aceptar tragarse eso! El miedo la invadía. Temía lo que la magia de Gael podría hacerle a ella que había sellado un peligroso contrato con ese ser anteriormente. Pero en un instante, él llevó la esfera a sus labios y la besó con fuerza, obligándola a tragarla. —¡COF~ COF~ COF! —Connie empezó a toser, desesperada. No se parecía en nada a lo que había imaginado. Sentía cómo el aura blanca a su alrededor se intensificaba. —¡AAAAHHH! —gritó Connie, un dolor agudo la atravesó. Era como si algo en su interior estuviera a punto de estallar, mientras las lágrimas se deslizaban por sus mejillas. Gael
✧✧✧ En la actualidad. ✧✧✧ El agua en el lago… ¡SE HABÍA CONGELADO! A pesar de que no nevaba y el cielo estaba lleno de estrellas, la noche era fresca, pero no helada. Sin embargo, todo el lago y sus alrededores se habían transformado en hielo. Connie yacía desnuda, tendida e inconsciente sobre la superficie helada del lago. Cuando la magia blanca a su alrededor comenzó a estabilizarse, Gael se acercó en un parpadeo a ella y la levantó en sus brazos. "Creí que sería simple…" Pensó mientras se dirigía a la orilla. Ambos, completamente desnudos, él comenzó a caminar con Connie entre sus brazos, sobre el terreno cubierto de escarcha, hasta que finalmente llegó al césped verde. Con cuidado, él recostó a Connie en el suelo, bajo la atenta mirada de la luna llena, que era la única testigo de lo que había sucedido entre ellos. Gael se inclinó hacia la hembra, acariciando su rostro con ternura. "Pensé que podría tomarte, usarte con la excusa del heredero y… Ah… Usar tu pod
Los primeros rayos del amanecer, iluminaban el vasto cielo, la brisa matutina acarició el rostro de la hembra. Connie abrió sus ojos, parpadeando lentamente, volvió a ver el lugar donde estaba. ¡Se sorprendió cuando miró frente a ella!, todo el lago y sus alrededores que habían sido congelados con una explosión más de su magia, habían vuelto a la normalidad. Ella se encontró cubierta con una capucha blanca, de inmediato reconoció la magia de su mate en ella. Intentó levantarse de un brinco, pero le fue imposible, sus piernas dolían mucho, recordó la intensa noche y madrugada con ese Rey dragón. "¿Dónde estará Gael?" Cruzó ese pensamiento, mientras sus hermosos y grandes ojos celestes lo buscaban por doquier. Hasta que finalmente lo vio emerger del agua. La loba contuvo el aliento. Viendo a ese ser que le pertenecía a ella. La silueta masculina de él, la estremeció, provocando que su corazón latiera aceleradamente, percibió su magia, su aroma, toda su esencia. Sus af
—Plan… —murmuró para sí mismo, Alfa Hazram— Un plan en el que no estuve de acuerdo —volvió a ver a Ingrid. —El cachorro en su vientre es sin dudas hijo de ese macho Alfa de Garra Dorada —explicaba la hechicera—. Luna plateada, es una manada cuidadosa, la atacamos dos veces y en ambas ocasiones usted fracaso mi Alfa, un ataque directo y uno sorpresa no funcionaron, ¿qué prosigue para hacer caer a la cabeza de la alianza?, hacerlos caer desde dentro. Alguien infiltrada, la hembra Beta lo hara. ¿Quién sospecharía de una loba que está preñada, y tendrá al sobrino del Alfa de Luna Plateada? —Es igual. Te has precipitado Ingrid, y si las cosas no salen como esperas, tendremos serios problemas —exhaló con frustración ese macho. …………… ✧✧✧ En el territorio de la manada "Luna Plateada". ✧✧✧ —¡No confío en esa loba! —Tabitha golpeó con las palmas de sus manos el escritorio en la oficina de Alfa Connor. Connor, frunció el ceño levantando su mirada para ver a su futura suegra, él
En el jardín trasero del palacio del Clan Frostwind. Las flores brillaban bajo el sol de la mañana, pero había una sensación de tensión, como si algo estuviera por estallar. El Rey Gael, con su presencia imponente, tenía su mirada fría clavada en esa loba de Noche Carmesí. Alfa Connie se levantó del suelo, con las piernas temblorosas y el corazón latiendo con fuerza. Cada vez que lo miraba, se inundaba de emociones, pero él se mantenía distante, y muy estricto esa mañana. —No puedo concentrarme con tu magia aplastándome —dijo Connie, tratando de recuperar la compostura mientras se secaba las lágrimas. Esa presión era insoportable, pero lo que más la hería era su propio orgullo de loba Alfa al fallar una y otra vez. El Rey dragón se levantó de su banca y se acercó con pasos firmes. La distancia entre ellos se redujo, y Connie sintió un escalofrío recorrer todo su cuerpo. —No es mi intención lastimarte, pequeña loba —dijo él en un susurro que, a pesar de ser frío, tení
Connie observaba, asombrada, el enorme agujero rocoso en el suelo, a solo dos metros de distancia. Era un abismo que se extendía varios metros a su alrededor. En medio de aquel bosque colosal, donde los árboles gigantes la rodeaban, las raíces gruesas y nudosas se alzaban del suelo. Los troncos, cubiertos de musgo se veían imponentes, y sus copas frondosas eran tan densas que apenas dejaban filtrar la luz. Era un ambiente fresco, casi frío, lleno de humedad. El sonido de las ramas chocando por el viento provocaban un sonido escalofriante. —¿Dices… que salte? —preguntó, tragando en seco, llena de nerviosismo. —Por supuesto. No podemos continuar tus prácticas si no lo haces. Aquí afuera puedes causar un desastre; este bosque es sagrado para el Clan Frostwind. Connie miró a su alrededor, sintiendo cómo el miedo se mezclaba con la curiosidad. "No lo había pensado, pero… ¿es un bosque tan colosal porque es territorio de dragones?" Pensó en las majestuosas criaturas que habitaban e