Pasó gran parte del tiempo con Marisa en su departamento, asegurándose de que se terminara de recuperar tanto física como emocionalmente, no le prestó demasiada atención a nada más. Eso hasta que recibió la desagradable llamada de su padre y jefe

— ¿Es que acaso crees que por el hecho de ser mi hijo tienes un trabajo asegurado en mi empresa?— como de costumbre le puso enfásis a ese odioso mi, acompañado de ese tono de suficiencia que tanto había y seguía aborreciendo

— Te llamé varias veces para explicarte el motivo de mi ausencia y en ninguna ocasión respondiste, así que te dejé dicho con tu secretaria lo que pretendía decirte directamente—

— Y esa incompetente me pasó el mensaje de un irresponsable, pero Jace, lo que sigues sin tener en cuenta es que tienes un jefe, no te mandas solo... ¿Te crees que permitiré que te ausentes de la oficina durante una semana entera por pasar tiempo con tu noviecita? ¿Acaso estoy tratando con un hombre serio o con el adolescente que tanto me fastidió