40. Libre contigo

La mañana siguiente aproveche la mañana para ir a ver a Dream. Tenía que decidir algo y encargarme. Carlos insistía en que había sido algo intencionado, pero no tenía algo verídico a lo que pudiera agarrarme. El comandante de Dream estaba fuera de mis oficinas porque para bien o mal, no debía detener el crucero a mitad de la ruta cuando los motores estaban en perfecto estado, mucho menos hacerlo sin la supervisión de ningún otro. Aunque también tenía que pensar lo que iba a hacer con el ingeniero mecánico, él tuvo que estar de acuerdo en pagar los motores. Era un tema complicado que poco a poco se iba aclarando, pero ahora me enfocaría en mi crucero.

Llegue a la parte del puerto donde estaban mis cruceros, como cosa rara estaban los siete en filas. Me encantaba verlos, llenarme de orgullo cada vez que los tenia de frente, tan imponentes y hermosos.

Gaia era un crucero infantil lleno de colores y actividades que mi hija había elegido. La mayoría del diseño lo habíamos ideado juntas. He
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