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Nacimiento y sus sentimientos.

Arely.

Al llegar al lugar que me había dado la agencia para mi estadía me acomode lo mejor que pude, a los días empecé a sentirme mal, fui al médico llevándome la gran sorpresa de mi vida, estaba en periodo de gestación, tenía dos meses de embarazo. 

Recordé perfectamente como fue que sucedió, ese día no me había tomado la pastilla y Ariel no había usado protección, según dijeron no pasaba nada no me percate y mucho menos me preocupe por que el periodo me vino pero no de forma abundante y el último mes estaba tan ocupada terminando los arreglos para la boda y terminado el trabajo pendiente para poder irme de luna de miel sin problemas ni preocupaciones. 

Ya ese ser que había comenzado a crecer dentro de mi estaba ahí y no podía hacer nada, además era producto del amor que sentía y siento aún por Ariel, no se si él siente lo mismo que yo. 

Mejor no pienso en él, ya estoy cansada de llorar por alguien que en solo tres días me cambio. 

Acarició mi vientre ya entre a al mes número ocho, el tiempo a pasado tan rápido pero aún así no se ha llevado lo que siento por Ariel, mi primer amor. 

—Arely deberías ya tomarte tus vacaciones de maternidad—. 

—Se lo he dicho millones de veces—. 

—Señor Piré buenos días—. 

—Ya veo los dos están confabulando para que me vaya, ya no quieren verme la cara es eso—. 

—Como que no queremos ver tu cara si tienes unos ojos preciosos Arely—. 

—Si es verdad pero yo no quiero que te caigas de esa silla o te resbale en el piso, me muero si algo le pasa a mi sobrino—.

—¿Y yo que?—. 

—Tu también, pero más me dolería mi sobrino—. Niego. 

—Dentro de unas semanas me tomo mis vacaciones no quiero dejar nada pendiente y sobre todo no quiero sobrecargar te de trabajo Yajaira—. 

—Eso si—. Yajaira y él señor Piré que no tiene nada de señor son las únicas personas que me han ayudado, Piré es el dueño de la empresa y es un amor de persona al igual que su esposa y sus hijas. 

Me sumerjo en mi trabajo las horas se pasan y sin darme cuenta ya es la hora de la salida. 

—Te espero esta noche en casa las niñas se mueren por verte—. 

—Ahí estaré—. Baje por el elevador y subí al auto. 

Al llegar al apartamento me despoje de mi ropa. Hablé con mi madre por una hora, me duche y fui con mi segunda familia, compartimos la cena y platicamos de temas tribales. 

—Arely donde esta el papá de tu bebé—. El pecho se me oprime de solo pensar en él y saber que mi hijo y yo hemos estado solos todo este tiempo, le dije mil veces a Valeria que le comunicará que estuviera la decencia de recibir mis llamadas, lo llame a su casa y nunca pude hablar con él, lo último que supe fue que cambio de número y que ya no lo molestara más, así que deje de insistir. 

—Mara nena no hagas esas preguntas—. Le dice Carol su madre. 

—Si le hace falta un papi a tu bebé papá puede ser su papi ¿verdad papá?—. 

—Gracias Jenny pero si dejas que tu papá sea el papá de mi bebé con quien te vas a quedar tu y Mara, además tu mami se enojaría mucho—. Le sonrió disimulando mi dolor de recordarlo. 

—No mejor no te presto a mi papito—. 

—De acuerdo nos vemos—. Depósito un beso en ellas. 

Las semanas transcurrieron tan rápido que ya estaba despidiendo me de mis amigos para ir a visitar a mi madre y hermana, las extraño tanto, desde que me mudé para acá no las he visitado por muchas razones sobre todo por él. 

Pero voy a ir por esta semana por que no podré viajar hasta que el bebé tenga unos cuantos meses. 

Me despido de mis amigos y subo al avión, solo serán unas dos horas sentadas. 

Al llegar a mi ciudad subo a un taxi que me lleve a la casa de mi madre. 

Al llegar toco la puerta y espero que me habrán, por ella sale mamá y me mira de arriba abajo. 

—¡Arely!—. Exclama como si no se creyera que este aquí. 

—Hola mami—. La abrazo como puedo ya que mi vientre no me deja. —Perdón por no venir antes mamá—. 

—No mi amor perdóname tu a mi—. 

—No mami no tengo que perdonarte nada—. 

—Pasa no nos quedemos aquí ¿como éstas, como as estado?—. 

—Bien mamá, supe salir adelante por este ser que tengo en mi vientre, él me necesita—. 

—¿Y el padre donde esta?—. 

—Su padre no importa ya—. 

—Arely, Ariel es el padre... 

—Mamá estoy aquí por que quería verte no quiero saber nada de Ariel ni de nadie más—. Después de eso mamá no toco el tema de Ariel. 

Al día siguiente la invite a comer, en el restaurante me encontré con Karina y Marcos unos amigos que teníamos en común Ariel y yo. 

—Arely wao que alegría volver a verte—. 

—Hola chicos a mi también me da gusto volver a verlos—. Me levanté y al hacerlo ellos me miraron petrificados. 

—¿Entonces fue verdad?—. 

—¿Verdad que?—. 

—Que engañaste a Ariel y encima estás esperando un hijo de tu amante—. 

—Karina por favor—. 

—Debiste quedarte donde estabas—. Sentí un punzada en el vientre. 

—Estas bien Arely—. Negué. 

—Creo que mejor nos vamos mamá—. Al dar el paso sentí un fuerte dolor que me hizo doblar. 

Por esta razón no quería regresar, sabía que cuando me vieran me iban a juzgar sin saber cuál era la verdad y ya no importaba. 

—Lo mejor será llevarte al hospital hija ya entraste en labor—. 

—Déjame ayudarte Arely—. 

—¿Ya pero aún no es tiempo aún faltan cuatro semanas para que nazca?—. Estaba feliz por que al fin conocería a mi hijo, pero por otra estaba triste por que su padre no estaría con nosotros, además que ni siquiera sabía de su existencia. 

Marcos me ayudó me subió a su auto y me llevo al hospital más cercano, al llegar las enfermeras me preguntaron si el padre iba entrar, les dije que mi hijo no tenía padre.

Pase mi labor de parto al lado de mi madre, horas después de pujar como burra al fin conocí a mi hijo, él nació la misma fecha que su padre y yo nos hicimos novios. Era un hermoso varoncito al cual llame Josiah Nathaniel. 

Un millón de emociones arremetieron contra mi corazón, estaba feliz que al fin mi hijo había nacido, ya no estaría sola por buen tiempo, la felicidad no cabía en mi pecho. 

A los días ya me encontraba en la casa de mi madre, le había dicho a Piré y a las niñas que ya había nacido el príncipe, Yajaira no se lo podía creer estaba feliz y enojada por que ella quería estar a la hora del parto pero ya ni modo. 

Vendrían el fin de semana y me iría con ellos si el médico me autorizaba la salida después de todo que era un día en auto, iba viajar de un estado a otro, de mi hermana no sabia nada desde que había llegado y no la había visto tampoco. 

—Mamá desde que llegué no he visto a Valeria ¿donde esta ella?—. 

—Valeria esta con su novio ella casi vive con él—. 

—Oh wao eso es genial quisiera conocerlo por que no los invitas a cenar para conocerlos—. 

—No creo que sea buena idea hija ellos deben estar muy ocupados—. 

—Solo será una cena mamá no se van a quedar toda la noche—. 

—Le diré haber si pueden venir esta noche—. Asentí. 

Quería verla tenía meses que no sabía de ella... 

Ariel.

Todo había ido de mala en peor, ya no tenía a mi novia a mi lado me sentía solo, usado, habían pasado varios meses en ese tiempo no supe más de Arely y Valeria tampoco la mencionaba, Valeria se convirtió en una gran amiga hasta que un día llego y dijo que quería hablar conmigo.

—Por favor Ariel necesito decirte algo—. 

—Dime que sucede Vale eres mi amiga y puedes decirme lo que desees—. 

—Ese es el problema Ariel que yo no quiero ser tu amiga—. Me quedé en choc y no quería que dijera lo que sospeche desde que Marcos me lo insinuó. —Estoy enamorada de ti Ariel desde hace unos meses empezó a crecer este sentimiento se que esta mal por que eres el ex de mi hermana y no me gusta este sentimiento que siento aquí—. Golpeó su pecho. —Pero quiero intentarlo contigo intentemo lo—.

—Lo siento Vale pero no puedo corresponder a tus sentimientos—. 

—Por que sigues enamorado de Arely después de todo lo que te hizo, aún sigues albergando sentimiento por ella—. Si la seguía amando, no podía sacarla de mi mente ni de mi corazón. —Dame la oportunidad y verás que la saco de tu corazón, ella no merece que la ames, nunca lo mereció—. 

—No puedo Vale no puedo lo siento—. Ella salió del apartamento echando humo. 

A los meses me volvió hablar de sus sentimientos era tan persistente que al final termine cediendo a iniciar una relación con la hermana de mi ex. 

A los meses nos comprometimos ella lo quería todo rápido era tan diferente a Arely en todo los aspectos, de repente empezó a quedarse en mi apartamento hasta que de pronto ya la tenía viviendo en el apartamento. 

—Debemos poner fecha para nuestro matrimonio amor ya no puedo espera mas—. 

—Te parece dentro de seis meses—. No me sentía preparado para ir de nuevo a una iglesia vestido de novio. 

—Me parece bien amor yo me encargaré de todo—. 

Aún me llevaba bien con su madre hasta que le dimos la noticia de que nos casaríamos pronto, ella se opuso pero después acepto. 

Los meses pasaron y ya solo faltaba tres mese. 

—A que no adivinas a quien vimos ayer—. Comentó Karina. 

—No lo sé dime—. 

—Karina no sigas es obvio que Ariel no le importa nada de eso—. 

—Dejense de rodeos y hablen de una buena vez—. 

—A tu ex y no solo eso esta embarazada o bueno estaba por que ya dio a luz—. Esa noticia me alegro el corazón pero a la vez me lo volvió a romper, ella le había dado un hijo a su amante. 

—¡Karina por favor!—. Me levanté era ahora o nunca ella tenía que darme la cara esta vez tenia que responder mis preguntas... 

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