Enfrentar la pérdida de su abuela fue un golpe duro para Melanie, porque, cuando su madre murió, era muy pequeña para comprenderlo, pero ahora la realidad de saber que estaba sola en el mundo la había derrumbado por completo.
Axxel fue su apoyo en los últimos días, pero no podía poner en él todas sus esperanzas. Los dos solo eran par de jóvenes tratando de descubrirse así mismos.
En el cementerio solo la acompañaron Emma, Axx, Nick, algunas amigas de su abuela, y el reverendo Albert, quien dijo unas emotivas palabras en memoria de su abue, quien fue una fiel creyente y miembro de su iglesia.
Cientos de gardenias adornaban el féretro de madera color caoba que Mel escogió para ella dos días antes. Se acercó temerosa para darle el último adiós, con un sentido «te amo abue», antes que iniciaran el descenso del ataúd.
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Subieron al Mustang para ir a casa y Mel se seguía preguntando qué pasaría ahora. ¿Seguirían cómo antes? ¿La confesión significaba algo más? No lo sabía y solo quedaba una opción: hacer la pregunta.—¿Qué es exactamente lo que pasa entre nosotros, Axxel?—¿Qué crees que pasa entre nosotros, princesa? —contraatacó, dispuesto a jugar con su mente.—Axxel, no me devuelvas la pelota. —se quejó, cruzando los brazos sobre su pecho.—Ves, no es nada bonito esquivar una pregunta con otra ¿no? —sonrió.Ella se quedó callada el camino restante hasta su casa, porque no sería la primera en abrir la boca. Si él no sabía cómo llamar lo que sea que ellos estuvieran haciendo, ella mucho menos.Llegaron a su destino poco después y, apenas abri&o
Los dos se entregaron a la lujuria y fueron a parar al sofá. Mel se sentó a horcajadas sobre él y se quitó la franela de algodón por encima de la cabeza, dejando en su torso solo esa pequeña prenda que Axxel desabrochó sin perder un segundo. Dejó caer el brasier color crema al lado de la camiseta rosa y sus labios, que tantas veces habían soñado con besar aquellos protuberantes senos, no encontraron impedimento para hacerlo.Él seguía adorando aquellos senos con su boca mientras sus manos le acariciaban la espalda. La tocaba como si fuese una delicada rosa, con tanta suavidad y lentitud que se sentía como una agonía.—Eres perfecta, princesa. Nunca lo olvides. —le dijo mirándola a los ojos y siguió besándola mientras deslizaba las manos a sus pantalones de algodón para bajarlos con suavidad, turnando cada pierna para sacarlos d
La cena con la mamá de Axx no resultó para nada aterradora. Helen fue muy dulce y la comida era de otro mundo. Estar ahí le hizo pensar en su propia madre. Melanie no recordaba casi nada de ella, solo su aroma a jazmín y sus cálidos abrazos. La echaba tanto de menos y la necesitaba más que nunca.—¿Estás bien, princesa?¿Qué iba mal? No tenía idea, pero que ella estuviese sentada tan lejos de él no era habitual.—Bien. Me dio tristeza ver como tu madre lloraba por Hayley. ¿Por qué se fue así?«¡Ah! Es eso. Todo el asunto de mi madre la deprimió. Es que Helen tiende a ser melodramática». —La versión oficial es que obtuvo una beca para estudiar y mi versión es que alguien le rompió el corazón, pero son meras suposiciones.—¿Maison? —mu
—Abue, me haces mucha falta. Mi mundo ya no es lo mismo sin ti, eras mi vida entera desde que mamá murió y me dejaste sola. Te extraño mucho, mi viejita hermosa. No sé si sabías que William no era mi padre y confieso que es un enorme alivio, pensar que mi padre fuese un asesino me helaba la sangre. Pero mejor te contaré algo lindo, Axxel y yo somos novios y soy muy feliz con él. Me quiere y yo también lo quiero, tanto que me da miedo. Nunca he podido conservar la felicidad a mi lado por mucho tiempo y de verdad deseo que él sea la excepción.»Aquí te traje unas gardenias, esas que tanto te gustaban. Espero que dónde estés hayan miles de flores y puedas disfrutar de ellas. Te quiero mucho, Abue y nunca te olvidaré porque te llevo conmigo, justo aquí. —se tocó el pecho y dejó fluir un par de lágrimas antes de incorporarse del suelo.
Viajaron tomados de la mano hasta la playa y le dedicó su canción favorita desde que la vio por primera vez: Por esta noche. Ella sonrió a más no poder mientras disfrutaba de aquel gesto romántico.—¡Axxel Darwin Wilson, no pienso subirme en esa cosa!—¡Eh! ¿Eso me gano por sacarte a pasear? —Se quejó, fingiendo que estaba enojado por haber dicho su segundo nombre, ese que tanto odiaba.—Le tengo pánico, terror a la profundidad, Axxel. No iré y punto.Pero no fue un punto y final sino un punto y coma porque logró convencerla de que subiese a la moto de agua.La pequeña rubia gritó como una desquiciada a medida que se alejaban de la costa y se sujetó con fuerza del torso de su novio, imitando a un pulpo adherido a su presa.Cuando estuvieron lejos, él viró la moto de tal forma que cayeron al agu
El diez de febrero los dejaba a escasos días de la partida de Axxel y los dos estaban ansiosos por tener que decirse adiós. ¿Qué pasaría con su relación? ¿Lo esperaría el tiempo suficiente? ¿La seguiría queriendo al volver? Cada uno se hacía miles de preguntas sin una respuesta cierta. Solo tenían una cosa segura: cinco días más.«¿Por qué tuvo que pasar esto? ¿Qué voy hacer? ¿Cómo se lo digo?», se preguntaba Melanie, dando vueltas en la sala de su casa. La vida le cambiaría para siempre y no tenía idea de cómo lo tomaría él.«Axxel me quiere y lo haremos juntos», se repitió varias veces para tratar de calmarse, pero no resultaba, estaba temblando y no podía parar de llorar. ¡Era un completo desastre!El sonido del Mustang
«¡Mierda! ¡Mierda! ¡Mierda! ¿Qué hice?»Despertar desnudo entre las piernas de Emma era lo menos que se imaginaba Axxel que pasaría alguna vez.«¿Estaba tan borracho para olvidar la noche anterior? ¿Qué pasará si Melanie se entera? No lo puede saber, tengo que encontrarla y rogarle que me perdone. Mi maldita vida no tiene sentido sin ella.»Se levantó de la cama con sigilo para recoger la ropa que estaba tirada por todas partes y miró hacia la cama donde Emma seguía dormida«Necesito salir de aquí. No puedo creer que le hice esto a Mel. Que los dos se lo hicimos.»—¡Eh! Buenos días. —dijo Emma con voz ronca. No parecía arrepentida de lo que había sucedido.—Lo siento. Debí estar muy borracho. Lo siento. —se disculpó
AxxelCinco años antesHan pasado cinco años desde la última vez que vi a Mel y no hay un maldito día que no la extrañe. La busco en cada melena dorada, en el aroma de la primavera… la busco en mis sueños, pero no la encuentro. Sigue doliendo como el infierno.El quince de febrero salí de Miami como había planeado, pero sin un beso de despedida de mi princesa, sin una caricia suya… sin ver su hermosa sonrisa en el pórtico de su casa. Me maldije de nuevo por ello.Quería ser un Marine como mi padre, pero eso me mantendría muy lejos de Florida y seguía esperando que ella regresara un día, así que me incliné por mi segunda opción, la que me mantendría más cerca de casa, la Guardia Costera.El entrenamiento fue corto y lo primero que hice al volver fue ir a casa