Abigail Creo que Matilda me odia, de hecho, estoy segura, esta semana se ha dedicado a complicarme la vida. Tania dice que se debe a las visitas que me hace Kenneth en el horario del almuerzo, incluso ayer me trajo a la oficina un chocolate. No hemos podido salir entre semana, él me invitó un día, pero estaba tan agotada que me fue imposible aceptar, a veces siento vergüenza porque cuando miro nuestro historial de respuestas a citas mi respuesta predominante ha sido un no. Matilda me da cada día más trabajo, supongo que es para mantenerme ocupada, incluso hoy sábado me ha pedido que venga a la oficina, la cual está desértica ya que no es un sábado laborable. Pablo me dijo que si me arriesgaba a salir con su conquista cosas como estas iban a suceder. Esa mujer tiene un serio problema y debe aprender a aceptar un no, las cosas no se pueden forzar y menos cuando dependen de otra persona, pero creo que eso ella jamás lo entenderá. —Hasta que al fin llegas —me dice la bruja endemoniada,
Entiendo a la hermana de Kenneth, si una extraña apareciera para robarme la atención, mi comportamiento no sería el más educado, pero estar en mi posición tampoco es fácil a nadie le gusta ser rechazado y menos por la familia del chico que me gusta, vale lo acabo de admitir, Kenneth me encanta sin embargo no creo estar lista aun para dar un paso más, él me observa como si me analizara lo que provoca que tenga movimientos torpes ya que no sé qué hacer o decir.—Abi voy a contarte esto solo porque no quiero que haya un mal entendido entre nosotros porque realmente me gustas, y yo puedo ver que estás muy lejos de ser como la persona que se refirió mi hermana —. Se pasa una mano por el pelo y se acomoda a mi lado, me mira a los ojos —Cuando vivía en Inglaterra tuve un trabajo que era espectacular, yo estaba empezando en este mundo y al conseguir un puesto en una de las mejores empresas de Londres me volví un poco loco. Poco a poco fui ascendiendo de puesto, participé en muchos eventos, obt
Mi día favorito de la semana es el domingo porque puedo holgazanear y consentirme, tengo una empleada que vine a limpiar la casa entre semana de las labores del hogar esa no es ni de lejos mi favorita, gracias a Marta no tengo tanto trabajo en la casa. Me desperté a las once y me hice un fabuloso almuerzo, sí, me salté el desayuno, pero un día no hace daño.Luego decidí disfrutar de una ducha relajante y de fondo escucho las canciones de Camila, un grupo que amo. Cuando acabo salgo del baño envuelta en una toalla y continúo tarareando la música que se reproduce desde mi celular, me pongo un vestido de flores rojas y unas sandalias negras con tiritas, en mi cabello me hago un semi recogido. Observo mi reflejo en el espejo y tengo que confesar que me encanta, opto por usar solo un poco de maquillaje pata cubrir mis ojeras y resaltar mis largas pestañas, me doy un color mate en los labios y me hecho mi perfume favorito, me es imposible no poder suspirar al sentir un olor que amo tanto.Úl
En un inicio me mira sorprendido, pero a medida que me acerco una sonrisa se va haciendo más evidente en su rostro. Siento más nerviosismo del normal a la hora de acercarme, esto es algo así como la caminata de la muerte. —Ayer estabas hermosa —dice mientras toma un mechón de mi cabello y juega con él, es evidente que estoy nerviosa y seguro lo nota —pero hoy —se detiene, su letanía al hablar me enloquece aún más —pareces una diosa —Dios, porque este hombre me hace esto, casi muero de un infarto. Me toma por la cintura y me arrastra hasta estar bien pegada a él. Ambos miramos nuestros labios, lentamente se acerca y me da un beso suave y húmedo, es delicioso tener contacto con sus labios, siento que estoy en el mismo cielo.—Gracias —digo mientras me alejo un poco de él.—Tenía ganas de verte, vine a ver si querías cenar conmigo o no se ir al cine, lo que tú quieras, solo me apetecía estar un rato a tu lado.—Bueno en el camino hice un pedido bastante grande de comida japonesa debe est
Estoy algo nerviosa, es el primer día que vengo a trabajar desde que soy oficialmente la novia de Kenneth y también de que me hice un cambio de look, aún no hemos hablado sobre cómo serán las cosas en la oficina, no tuvimos tiempo, estábamos tan metidos en nuestra noche de pasión y locura que olvidamos todo alrededor. Pienso en cuando Matilda se entere, seguro entrará en histeria, me siento malvada porque me dan ganas de reír al imaginar su cara. Entro con una amplia sonrisa a la oficina y saludo a todos a mí alrededor, llevo bastante tiempo aquí por lo que conozco a la mayoría del personal, algunos me notan en el cambio y me dicen lo guapa que estoy. Veo a Tania en la oficina de Pablo como cada mañana, es tan lindo verlos juntos. Ahora podremos tener esa salida en pareja que ella y Alexa tanto anhelan. Aún no le he contado a nadie sobre la noticia que me tiene tan feliz, como dije no he tenido tiempo.—Pero ¡qué guapa estás! —dice Tania casi eufórica.—Gracias, tú no te quedas atrás
Mi teléfono vibra sin parar, es un número que no conozco y aunque en los últimos días no he recibido ninguna amenaza, siempre que este anuncia una llamada me congelo del miedo a que vuelva a suceder, como he hecho hasta ahora la rechazo y sigo diseñando la publicidad de una de las páginas de la revista, al instante recibo un mensaje.Número desconocido: Hola Abigail, soy Zennet te estaba llamando para que supieras que mi hermano me dio tú número, disculpa si estás ocupada y te interrumpí.Siento vergüenza por haber sido tan paranoica, pero es algo que no puedo controlar, de manera inconsciente relaciono todo a mí alrededor con alguien queriendo hacerme daño. Pero sé que, a pesar de tener muchos motivos para estar así, de alguna forma lo estoy llevando a un punto más extremista. No quiero que Zennet piense que la evito o que soy una maleducada por lo que rápidamente le respondo.Abigail: Siento no poder responder ahora, estoy en el trabajo. ¿Hablamos más tarde?Sé que está mal mentir, p
KennethEn mi vida he conocido muchas ratas, pero no cabe duda de que una de las peores personas en mi vida es sin duda Matilda, cada cosa que hace provoca que recuerde a Rebecca, un monstruo que no supe parar en su momento, pero esta vez no ocurrirá lo mismo. Siento tristeza al ver cómo se degrada para conseguir mi atención, quizás no me recuerde, pero cuando éramos niños solíamos jugar juntos, ya que nuestros padres eran buenos amigos. No quiero ver cómo termina como la loca de mi antigua jefa, por eso he puesto todo mi empeño para conseguir que se detenga con esta obsesión que tiene conmigo. De pequeño recuerdo que era igual, todo lo que quería lo conseguía como fuera, estoy seguro que ni siquiera le gusto, pero algo dentro de ella la obliga a competir para demostrar que es mejor, ser el nuevo no siempre es bueno, porque las hienas están pendientes de cualquier error para apoderarse de su víctima, soy consciente de que si la eligiera al poco tiempo me daría una patada para luego des
AbigailDecir que la llamada de Zennet no me sorprendió sería mentir, se escuchaba exaltada y bastante preocupada, no sé qué sucede, pero pude sentir su necesidad de ayuda hasta en su tono. Conduzco lo más rápido que me es posible para acudir a su llamado, estaciono bastante mal, pero en este instante es lo que menos me preocupa y bajo del auto, busco el número de la casa y termino frente a un edificio antiguo pero muy bonito, toco el timbre y espero a que alguien conteste.—¿Sí? —dice una voz que no reconozco.—Soy Abigail…—Si claro, ahora te abro, por favor sube rápido, esto se está saliendo de control —me dice una voz que me interrumpe y en habla casi en un susurro.—Okey —respondo algo confundida, la puerta se abre.Subo las escaleras hasta el tercer piso, en el solo hay tres puertas una de ellas está abierta y escucho una voz que reconozco al momento, Zennet habla desesperada, gritando y llorando, corro y me adentro en apartamento porque es normal que este preocupada y no tengo i