Kailey
Estoy de pie mirando el gran espejo que está frente a mí, estoy sorprendida por la imagen que me muestra, una Kailey con vida.
El color en mis mejillas, la sonrisa que se está formando en mis labios, el cabello suelto y ese semblante que hace mucho no miraba, ha regresado. Estoy realmente viva, puedo sentir, puedo escuchar como mi corazón late de emoción, ¿Acaso esto es posible? Dos años ausentes y ahora…miro a otra Kailey Parker frente a mí.
Morgana nos espera para desayunar antes de marcharnos al aeropuerto, ya tenía mi maleta lista, la dejé en la cama y salí hacia el restaurante, tenía mis pantalones ajustados, unas sandalias altas y una blusa color gris con escote V, sujeto mi cabello en una coleta alta. Justo cuando el elevador se detiene en mi piso las pue
Matthew Ha pasado un mes desde el viaje a Las Vegas, un maldito mes que no puedo dejar de pensar en Kailey, la mujer del tatuaje de ATRAPASueños, la bailarina apasionada. Muy bien lo dijo William: “No digas que de ésta agua no beberás” Aun no entiendo por qué no siento culpa por lo sucedido, ¿Será por qué lo deseaba tanto? ¿Por qué el momento fue genuino? he intentado buscar una respuesta a esto, ¿Cómo puedes pensar tanto en una mujer que no es tu prometida, Matt? ¿Dónde quedaba el hombre que la fidelidad era un punto muy importante en una relación? ¡Por Dios, me voy a casar en cinco meses con Ireny! ¿Qué es lo que me pasa? —Calma, Matt. —me dije a mi mismo e intento borr
William — ¿Hablaste con el tipo?—Taylor pregunta ansioso mientras yo tecleo rápido en mi portátil. Repaso una y otra vez lo que hemos hecho Taylor y yo. Sé que no es la manera pero de algún modo tenemos que salvar a nuestro amigo de casarse con Ireny Salvatore. Me detengo y me dejo caer en el respaldo de mi silla, me giro hacia Tay que está sentado en el sofá que ha llegado de Italia ésta mañana. Puedo notar su ansiedad, da un trago a su bebida y luego me mira. — ¿Sabes que no bastará si le confieso «aquello» no?—afirmo. —Esperemos que llegue el investigador privado, ha dicho que tiene pruebas, solo necesitamos armar el plan. —Es
Kailey Estoy acostada en el interior del gran armario que compartí con Max, estoy hecha un ovillo sobre la alfombra. Lo que ha pasado hace un mes en el baño de un hotel de Las Vegas me persigue de noche, las pesadillas han cesado desde entonces y son reemplazadas por los sueños húmedos, a media noche me despierta con los restos de un orgasmo. ¿Cómo es eso posible? Me reincorporo y después se escucha mi móvil, miro la pantalla y es el número de Morgana. — ¿Si?—lo primero que digo al contestar. — ¿Estás lista? Llevo las cajas. —Si. Bueno, creo que estoy lista. Sé que no podré hacerlo sin tu ayuda…—el nudo atraviesa mi garganta. &m
Matthew Es viernes por la noche y hace días me he cruzado con Kailey, estoy sorprendido, el destino se empeña en cruzarnos, pero recuerdo en el momento ese que Ireny estaba con mi madre y no sé qué me pasó, quise tirar todo por la borda y perseguir a Kailey, sé que suena tonto, pero algo está empezando a rebelarse dentro de mí, lo que si estoy empezando era a dudar en si quería seguir con la boda, inclusive con mi relación con Ireny. Estoy hastiado de sus berrinches de niña rica y la forma en que trata a las personas a mí alrededor. Después es cuando me pregunto ¿Por qué no veía eso antes? No lo sé. Esta noche cada quien saldrá por su cuenta, Ireny dice que tiene una cena muy importante con un agente del modelaje que viene del extranjero, así que,
Kailey Morgana sigue hablando por teléfono a las afueras del bar, se nota la vena en medio de su frente donde se refleja que está preocupada. Doy un último trago a mi cerveza, me levanto, camino hasta ella y espero a una distancia prudente. Ella se gira hacia mí al mismo tiempo que termina la llamada. —Discúlpame, Kailey—me toma del brazo para entrar de nuevo al bar, pero la detengo de un tirón. — ¿Qué pasa? ¿Has discutido con William?—ella niega, pero puedo notar la chispa de preocupación. — ¿Qué pasa?—insisto. Ella mira a nuestro alrededor luego se concentra en mí. —Me ha contado William que están buscando a su amigo, a Matt. 
Matthew Estoy desde aquí observando a Kailey arrastrar su maleta detrás de William y de Morgana. Taylor intenta ayudarle con la maleta pero ella se niega al mismo tiempo que mira a su alrededor. ¿Acaso será que me está buscando? William los dirige hasta mí, cuando aparezco frente a ellos, se acerca mi amigo y me da un fuerte abrazo, después Taylor, Morgana extiende su mano para saludar y algunas palabras de «Tenías preocupados a tus amigos» solo sonrío y digo algo parecido a unas disculpas. Antes de llegar al aeropuerto, he pasado a casa de mis padres a dejar mis cosas con la promesa de hablar a mi regreso este fin de semana y una nota a Ireny donde le digo que luego que se calmen las cosas hablaremos con calma, pero que necesitamos el tiempo. ¿Por qué
KaileyDos años antes. Todo lo siento en cámara lenta, mi rosa blanca cae poco a poco sobre la superficie del ataúd donde Maximiliano yace sin vida ataviado con su elegante traje. Las gotas de lluvia se hacen presentes, es como si el cielo llorara su partida, me abrazo a mí misma recordando que tengo que ser fuerte, puede ser un mal sueño del cual despertaría en cualquier minuto solo quedará como una maldita pesadilla. Cierro los ojos con fuerza dejando que las lágrimas se mezclen con las gotas de lluvia que caen sobre mi rostro; Katherine, la madre de Maximiliano no ha podido llorar su pérdida, permanece como un roble a mi lado, su delicado y frágil brazo es entrelazado con el mío, es como si en ese momento ambas fuésemos una sola, un ancla. Bajo mi mirada hacia la mujer y
KaileyDos años después… «Bip, bip, bip» La alarma suena, segundos después la melodiosa voz de Adele inunda la habitación con One and only, mi respiración es inestable, el amargo sabor del miedo sigue aún en mi boca, mi frente tiene una pequeña capa perlada de sudor, mis pestañas se agitan una y otra vez intentando regresarme por completo a la realidad. Esa pesadilla aún me sigue, cuando menos lo pienso ahí está, acechando entre las sombras, esperando a que me distraiga para atacarme, me llevo la mano al pecho y puedo sentir como el corazón me palpita a gran velocidad. — ¡Mierda! La primera palabra de mi mañana y las imágenes de mi pesadilla s