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No dejo de pensar en el beso de ayer, Eva

- ¡Na na na na! ¡Na na na na! Hum hum hum hum! ¡Na na na na! "¿Sabes cuánto tiempo ha pasado desde que me desperté así lleno de energía, lleno de vigor y tarareando?" Créeme, ya ni me acuerdo. Dormir anoche no fue tan fácil como de costumbre, pero en el buen sentido. Todo el tiempo pensé en ese beso robado y solo Dios sabe lo vivo que me sentí por tan poco tiempo. Todo mi cuerpo se despertó. Estaba tembloroso, acalorado, acelerado y... asustado. Pero tengo que admitir que quería más. Oh Dios, ¿es pecado querer el beso de otro hombre cuando tengo un maldito documento firmado por mí diciendo que estoy casada con un monstruo? “No, Eva, no pienses en eso ahora. “Dejo lo que estoy haciendo y me ordeno. Dejo escapar un suspiro audible, sonrío de nuevo y termino de hacer mi cama. Sin embargo, agarro una de las almohadas y vuelvo a tararear, bailando con ella en medio de la habitación. - ¡Na na na na! ¡Na na na na! ¡Na na na na! Huuuuuuu! Me río como
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