“Oye Dalia, mañana iré a firmar el contrato para mi nuevo programa en VIKCOMPANY, seré productora y conductora, se que me dirás que no, pero me gustaría que trabajes en este proyecto, ¿Cantarías conmigo?”.
“¿Yo?”. Dalia se extrañó, sabía tocar la guitarra y el piano, pero solo era por diversión, nunca se le ocurrió ser cantante ni mucho menos conductora de un programa.
“Vamos Dalia, se que te da pena, pero es una gran oportunidad para ti, deja ya de tener miedo”.
“En verdad no es eso, no recuerdo mucho de música, ¿Recuerdas que perdí la memoria?”. Dalia le dijo sarcásticamente mientras apuntaba su cabeza con un dedo.
Azucena abrió mucho los ojos y asintió. “Perdón, pero necesito tu ayuda”. Ella se acercó a Dalia y la miró con cara triste y las manos unidas rogando.
Jonny sonrió muy feliz al escuchar eso. “¿Cómo va todo en la empresa, Daniel y el abuelo ¿Cómo están?”. “Todo bien Daniel ha ejercido su carrera muy bien en la compañía y el abuelo sigue en sus terapias y al parecer salió con la señora que conoció”. “Eso es genial, debes investigar quien es la señora y de qué familia viene y me lo cuentas todo”. Jonny se río. “Está bien lo haré”. “Mi hermana Dalia ¿Cómo está?, ¿salieron a algún lugar?”. Jonny suspiro. “Tengo mucho trabajo estos días y no he podido llevarla”. Jonny me prometiste sacarla a conocer, ella se aburrirá en la mansión”. Lo
Dalia lo observaba detenidamente. “¿Te aburres conmigo?”. “No, no, como crees, no es eso. Contigo… es un sentimiento de paz que me gusta disfrutar, tu forma de hablar, tu voz me hace sentirme tranquilo, me recuerdas un poco a mi madre, tu personalidad es muy parecida a ella”. Mientras hablaba Jonny miraba a lo lejos el paisaje. “Me gustaría conocerla”. Jonny sonrió y la observó a la cara. “Ella ya no está, murió de cáncer”. “Lo siento mucho”. Dalia tomó su mano para consolarlo. Jonny puso su otra mano encima de la de ella dándole un apretón. “No te preocupes ya han pasado años de eso, estoy bien ahora”. Se quedaron en silencio durante un rato mirándose uno al otro, sin decir
Daniel no estaba en casa, el abuelo y los demás sirvientes ya estaban en sus habitaciones. “Bueno, olvidemos eso último... dime que la pasaste bien”. Jonny le sonrió. “Lo pase muy bien Jonny gracias”. Ella le devolvió la sonrisa. “Ve a descansar, mañana iremos a otro lugar”. Jonny le informo. “Pero ¿Tienes que trabajar?”. Dalia le preguntó. “No te preocupes, tengo poco trabajo estos días y decidí descansar del ajetreo del trabajo, aprovechemos estos días para salir a otros lugares ¿Te parece bien?”. “Pero yo no quiero interferir en tus planes ni quitarte tu tiempo”. “Si no vas conmigo me quedaré en mi habitación encerrado, es me
Elías la abrazó y le sonrió diciendo. “Mi esposa está en lo correcto”. Salieron de la oficina hacia el ascensor, Dalia del brazo de Elías muy sonrientes y Salvador platicaba con Azucena. Valery se quedó parada llena de coraje.-Esto no se quedará así- pensó. Elías y Salvador llevaron a las chicas a un restaurante muy elegante, pidieron los mejores platos y una botella de vino que estuvo delicioso, Elías notaba la diferencia en Dalia, definitivamente no era la misma, la antigua siempre tenía pena de hablar y no se familiarizaba con los demás tan fácilmente, esta nueva Dalia sabía mucho de mundo y sus conversaciones eran entretenidas y animadas a veces sospechaba que era otra Dalia, pero sabía que eso era imposible, ¿Cómo podría haber dos Dalias? Salvador también tenía
Al día siguiente Dalia despertó se dio cuenta que abrazada de Elías quien seguía durmiendo sin camisa, se levantó lentamente para no despertarlo y camino al baño para lavarse, cuando salió Elías se levantaba de la cama. “¿Cómo amaneciste?”. Le preguntó él poniéndose las sandalias y la playera. “¡auch!, Tengo resaca”. Se tocó la cabeza y masajeo las sienes. “¿Y tú?”. “No bebí tanto como tú”. Dijo sonriendo. “hasta hablabas en tercera persona”. “¿Tercera persona?”. Dalia frunció el ceño y después una mirada de asombro. ¿Que… ¿Qué fue lo que dije?”. Camino hacia la ventana para esconder su rostro asustado. “Dijiste… Dalia no dijo que tenías unos ojos tan hermosos”. El, la observaba para examinar qué hacía mientras se lo decía. Dalia se detuvo y quedó en shock por un momento, se giró para verlo. “¿Hice… algo más?”. Claro que Dalia recordaba lo que hizo ayer, beso al esposo de su hermana a su cuñado y casi un poco más que eso, esto no estaba dentro de sus planes y sabía que Dalia amab
“Dalia nunca me haría eso”. Magdalena estaba asustada y a punto de llorar. “Magdalena cuando ella sepa que la cuidaste cuando era niña solo para que se encariñara contigo y no la culparas cuando fuera mayor, ¿Crees que ella te perdonara?”. “Pero yo no la cuide por eso… yo solo… pensé… que si le daba el amor… que le faltaba de su madre… ella… me…” Magdalena lloraba. Teresa la interrumpió. “Entiende que el daño está hecho y tendrás que pagarlo, así que lo mejor es que cierres la boca”. Ella salió de la casa, Magdalena regresó con los invitados, la fiesta ya no fue lo mismo, terminaron y todos se despidieron de Magdalena. …………………………………………………… En USA…
Dalia se sentó cerca del escritorio, Román le ofreció algo de beber y aceptó un jugo. “Dime Dalia, como quieres trabajar en el bar”. Román tomó un sorbo de su vaso. “No tengo ninguna experiencia en el escenario, las veces que ayude a mi padre siempre era tras de bambalinas… tengo miedo, pero si quiero intentarlo”. Dalia hablaba tranquilamente con Román. Román sonrió. “Tengo algunas ideas que te pueden servir, qué tal si planificamos todo para la noche del viernes”. “Me parece bien”. Dalia asintió alegre. “Bien, hablemos de…” Le contó sobre lo que pensaba a ella le gusto el plan de Román. Solo había que prepararse para el viernes, ese día Jonny tenía presentación en el bar, pero Dalia lo haría primero
“Iré a ver algo en el escenario y veré por qué tarda Dalia, tranquilo”. Jonny solo asintió y se quedó en su asiento. Román entró tras bambalinas viendo a Dalia muy nerviosa. “¿Qué pasa?, no te puedes arrepentir, no tengo otro cantante”. Él tomó de los hombros para que lo viera a la cara. “Creo que no puedo, estoy muy asustada, esta no soy yo”. Se apuntaba a ella misma. “Dalia ¿Estas… segura que quieres seguir siendo esa chica frágil y sumisa?”. “No… pero...” “Pero nada, además llevas el antifaz, nadie te conoce aquí y los bailarines ayudarán a entretener al público, tú solo canta”. Ella respiró hondo y asintió. Román la animó y