Dalia la abrazo de los hombros. “No digas eso, ya vez que Robert sigue mandándote mensajes, él está interesado en ti”.
Dania suspiro. “¿Cómo crees que va a aceptar a una mujer embarazada de otro?, él no merece una mujer con tantos problemas”.
Dalia la miró confundida. “¿Máximo no es un problema Dania?”.
“No lo digo por eso… cuando Eugenio…” Ella suspiro. “Cuando Eugenio abusó de mí, algo dentro de mí se rompió... soy una mujer rota, necesito sanar”. Ella lo decía con la mirada lejana.
“Quería buscar a Elías para que supiera del bebe, si era su hijo lo viera crecer, pero mi intención no era quedarme con él, yo no puedo estar con un hombre, los malos recuerdos me invaden y aunque el psicólogo dice que con el tiempo lo superare, creo que pasará muchos años”.
Jonny y Dalia se quedaron solos, salieron a la playa a caminar juntos. Ninguno hablaba solo disfrutaban de la noche fresca, Dalia lo miraba de reojo que estaba muy nervioso. “Quiero regresar a mi habitación”. Le expuso ella. Jonny la miró y la acompañó hasta la puerta. Ya era tarde y su familia dormía, el pasillo solo tenía algunas luces tenues y la luz de la luna entraba por el ventanal al final del gran pasillo. Dalia se detuvo en su puerta abriéndola. Jonny estaba a punto de irse, pero ella lo jalo hacia adentro de la habitación y cerró con llave. Dalia se arrojó a él pegándole en la puerta, lo besaba hambrienta, él cedió instantáneamente a sus besos la rodeo con sus brazos para profundizar el beso. Se detuvieron por
La miraba detenidamente, ella estaba cantando una de las canciones que él recordaba. Ella sintió que la observaban y levantó su cara encontrándose con Lázaro que la miraba. Se quitó los audífonos y nerviosa preguntó. “¿Qué hace aquí?”. Lázaro sonrió y se acercó. “Vine para saber por qué la mujer que me cuido por tanto tiempo me abandonó cuando desperté”. Ella se ruborizo. “Solo quise ayudar”. Lázaro se acercó poco a poco. “¿Por qué te alejaste? ¿Por qué no quedarte? Y hablar”. “Usted no me conoce, no sabe de mi existencia, soy una desconocida, ¿Qué quería que dijera? -Lo cuide todo este tiempo soy Angela y quiero ser tu amiga-”. “Eso es lo que debiste hacer, te vas después d
Dania lo negó. “No, fui a buscarlo, pero al parecer tiene una amante y dos hijas pequeñas… está rehaciendo su vida con ellas”. Robert frunció el ceño. “¿Estás, segura?”. “Si, yo misma lo vi con ellas y las noticias en internet… no han sido bloqueadas… además no pensaba tener una relación con él, solo quería verificar quien era el padre de mi hijo” Ella miró a Robert. “No pienso tener ninguna relación con nadie… lo que me pasó me dejó marcada y muy lastimada, estoy en terapia y he decidido ser madre soltera, es por eso que te pido que busques a alguien más a quien amar”. Él le sonrió. “No estoy de acuerdo”. Dania resoplo. “No hay futuro conmigo tengo tanto miedo a que me toquen y recuerdo constantemente todo lo que pase,
“Busco a Dania Montenegro dígale que Elías Valle está aquí”. El sirviente entró en la casa y después de un rato lo dejó pasar a la mansión, Robert entró y detrás Dania, quien lo miraba sobresaltada pensando -¿Que hacía aquí?-. “¿Qué haces aquí Elías?”. Ella le preguntó. “Necesito hablar contigo”. Dania observó a Robert. “Puede hablar en el despacho”. Dania le agradeció y camino hacia la habitación, Elías la siguió. Robert no los siguió, se acercó a su bar y se sirvió un trago que tomó enseguida, estaba nervioso por lo que pudiera pasar. En el despacho… “Siéntate Elías
Elías entró a la habitación y vio la escena, Bianca se había hecho su amiga, era una buena mujer, mientras limpiaba las lágrimas de las niñas ella les sonreía, giró para ver a Elías y ella le sonrió. “Bianca se levantó y cargó a Violeta en sus brazos para llevárse a él. “Esta es una de esas cosas bellas que debes disfrutar, ella te ama”. Él sonrió y cargo a su hija, Bianca asintió con su cabeza, días después el problema seguía, perdían patrocinadores, los abogados le pedían aclarar el asunto, Elías aceptó y realizó una rueda de prensa. “Buenas tardes a todos, estamos aquí reunidos para aclarar el asunto que ahí en internet, en primer lugar, la señorita Valery Diaz ha estado hostigándome durante mucho tiempo, me drogo y realizó las fotos además de ser la principal sospechosa de difamarme en televisión e internet ya mis abogados están trabajando en las acciones pertinentes. En segundo lugar, la señora Bianca es amiga mía desde hace muchos años, pero nos distanciamos por cosas persona
Dania lo observó negando con la cabeza, al parecer era el más feliz de todos los presentes. Saludo a todos y beso la frente de Dania, para casi arrebatarle al pequeño Max. “Hola, campeón, mamá está cansada, debemos dejarla dormir un poco, yo te cuidare”. Dania lo miraba con el ceño fruncido, todos en la sala notaron el ambiente tenso, Dania estaba a punto de explotar, así que decidieron salir por unos minutos. Robert paseaba al pequeño bebe por la habitación hablando con él como si lo entendiera. Al fin solo quedaban ellos en la habitación. Dania trató de calmarse y respiró profundo. “No tienes que hacer esto Rob, te lo dije criaré a mi hijo sola”. Robert sin mirarla y juguetear con él bebe le dijo. “Lo siento, pero no pienso irme, me quedaré para ti y para este pequeño el tiempo que sea necesario”. Ella negó con la cabeza, estaba tan cansada del parto que sin darse cuenta se quedó profundamente dormida. Despertó tiempo después al oír el llanto del pequeño Max. Robert seguía en
Robert le colocó la argolla a Dania uniéndolo con el de compromiso que hace algunos meses atrás le había entregado Robert, era hermoso su diseño era único tenía un gran diamante azul en el centro y alrededor piedras blancas incrustadas, al unirse la argolla y el anillo de compromiso formaban las iniciales de Robert y Dania. Ella miró a su madre y le sonrió agradeciendo, Amelia le devolvió la sonrisa, eran piezas con diseños de Amelia que Robert le pidió. Al terminar la ceremonia todos fueron a la mansión de Robert, estaba totalmente decorada, flores y adornos por todos lados cubrían las paredes y el jardín del lugar, en las mesas redondas los invitados comían aperitivos y platicaban amenamente, Dania y Robert saludaban a los invitados mientras Robert llevaba a Max en brazos, ahora el niño ya registrado como Maximo Anderson Montenegro.
Era un día soleado en California, los gritos efusivos de la gente llenaban el auditorio en donde se realizaba una ceremonia de graduación, Daniel un joven de tez clara y ojos claros subía los escalones para exponer el discurso por ser el mejor de su generación. Al terminar la ceremonia Daniel hablaba con su hermana Dania, ella le informaba sobre la condición de su abuelo que estaba hospitalizado. “Gracias hermana, pronto estaré con ustedes, papá regresará también para la exposición, estaremos juntos de nuevo”. Él sonreía mientras hablaba. “Adiós”. Tras guardar su teléfono dos chicas se acercaron sonriéndole nerviosas. “Daniel”. Una de ellas de tez clara y bello rostro que llevaba la toga lo llamó. “¡Felicitaciones! te graduaste con honores, tu familia debe estar orgu