A la mañana siguiente, los rayos del sol se filtraban suavemente a través de las cortinas, iluminando el interior del departamento. El ambiente parecía más tranquilo en comparación con la noche anterior. Lena, por su parte, había pasado la noche reflexionando y llorando en su habitación, tratando de procesar la traición de Elijah y cómo eso afectaría su futuro como madre.

Al despertar, se levantó lentamente de la cama, sintiéndose emocionalmente agotada pero decidida a enfrentar los desafíos que se avecinaban. Salió de su habitación y encontró a Bethany en la cocina, preparando el desayuno.

Bethany miró a Lena con ternura en sus ojos y extendió un plato hacia ella.

— Buenos días, Lena. Necesitas comer algo, te vendrá bien.

Lena agradeció a su amiga y se sentó en la mesa, aún con la mirada perdida en sus pensamientos.

— Beth, no sé cómo voy a hacer esto. Me siento tan perdida y herida.

Bethany se acercó a ella y le tomó la mano con suavidad.

— Lo sé, Lena. Pero recuerda que no estás so