—Roger, necesito que me expliques que está pasando— reclamó una joven viendo a su esposo.
Ella no comprendía lo que había pasado pero las palabras de la anciana mujer se repetían una y otra vez en su mente: “Tu, tu traerás al mundo a la portadora”. ¿Qué se supone que significaba eso?
—Lo lamento tanto, Lydia— el hombre le hizo frente a la chica, su mirada se había entristecido —. Fui un completo egoísta al ocultarte esto, pero tenía miedo a que me dejaras si lo sabias, y estoy tan perdidamente enamorado de ti que no quise perderte.
—También te amo, Roger, pero por favor, necesito saber que significa, porque la verdad no entiendo nada de lo que paso en la fiesta.
El hombre miró a su mujer.
Aun no podía creer que el día de su boda, su tía le había arruinado la fiesta con esas simples palabras. Sabía que, en algún momento, algún día, tendría que hablar con su esposa sobre su historia familiar, pero nunca creyó que sería el mismo día de su matrimonio.
—Solo prométeme que escuchar con calma, y que no te iras, por lo menos no esta noche.
La mujer lo miró sin entender, pero una mala sensación le recorrió la espina dorsal. Simplemente asintió para que su esposo le contara la verdad de su duda.
—Hace muchos siglos, los Lockwood llevaron a esta región junto a otras familias, con ayuda de una poderosa familia lograron establecerse en Melrose, para ofrecerle protección a estas tierras. Las guerras por territorios entre humanos y sobrenaturales no tardaron en aparecer, afectándonos a todos — el hombre miró al suelo, incapaz de mantener la vista en los ojos de su esposa —. Uno de mis ancestros se enamoró de un humado y mantuvo con él una relación en secreto, pero el destino les jugó una mala pasada, él murió en la guerra contra los sobrenaturales, cuando se negó a atacar. En su desesperación, ella rescató el cuerpo de su amado y con ayuda de su hermana hicieron un ritual.
—Lo sepultaron como a uno más de los nuestros— soltó la mujer castaña, el hombre negó.
—Hicieron un ritual de resurrección, un ritual prohibido para cualquier sobrenatural— la mujer ahogó un grito al escuchar las palabras de su esposo —. Los Dioses no se lo tomaron para nada bien, enfurecidos por ese acto de rebeldía hacia el orden natural que de la vida que siempre han respetado, así que permitieron que un Demonio lanzara una maldición sobre la sangre de los Lockwood, esta primeramente afectó a ambas hermanas, pero también afectaría a otro miembro de la descendencia familiar.
—¡Por todos los Dioses, Roger!
La mujer se sentó en una banca que estaba cerca de ella, procesando la información salida de la boca de su ahora esposo.
—Sé que es una información fuerte y nada fácil de digerir, y no te culparía si quieres dejarme, mi amor, estás en todo tu derecho de hacer— apretó los labios —, te prometo que aceptaré tu decisión, por más que me duela.
Lydia se llevó las manos al rostro, no sabía que decir, o que hacer, solo tenía una cosa clara en ese momento.
—No voy a dejarte, Roger, jamás podría hacerlo— esas palabras hicieron latir con fuerza el corazón del hechicero—. Te amo demasiado como para separarte de ti— se levantó de la banca y se acercó a él —, pero debes prometerme que no volverás a ocultarme nada, absolutamente nada.
—Te lo juro por lo más sagrado que tengo en esta vida, tú, Lydia Grey.
Se abrazaron con fuerza, tanta que parecia que las costillas se les romperían. Lydia apoyó la cabeza en el pecho de su esposo, escuchaba el latir de su acelerado corazón. Roger aún no creía lo que había pasado, la maravillosa mujer que había conocido hace años aún estaba a su lado, a pesar de haberle ocultado este gran secreto. Ella no se alejaría de él, pero sabía que debía explicarle más sobre la maldición que perseguía a su familia.
—Entonces, ¿lo que afirma tu tía es verdad?, que yo traeré al mundo al portador o portadora de la maldición.
—Tía Gina siempre ha estado loca, incluso para nuestro mundo, pero su intuición nunca ha fallado, temo que sea verdad lo que dice.
—Pues si llega a ser así, lo afrontaremos como una familia unida, lo o la amaremos de la misma forma.
—No lo dudes, amaría a cualquier criatura que fuera mitad tú y mitad yo.
Lydia se separó un poco de su esposo, sus ojos conectándose en una fusión de verde y café —. Solo tengo una pregunta más.
—Te responderé lo que quieras.
—¿En qué consiste la maldición de los Lockwood?
FAITH“Ella es, ¿no?”, “dicen que está loca”, “escuché un rumor de que su familia la tuvo internada dos años”, esa y muchas cosas más son las que alcanzaba a escuchar mientras caminaba por el pasillo. Como odiaba venir a la escuela.Siempre era igual, la verdad ya no me sorprendía escuchar teorías sobre mí, tristemente ninguna de ellas era acertada, o por lo menos no del todo. La mayoría de los estudiantes de Melrose eran humanos, unos ciegos e ignorantes que desconocen en su totalidad que los sobrenaturales existimos y que convivimos con ellos día a día.—Estás muy callado hoy— comentó la chica a mi lado, la miré.—Estoy escuchando los nuevos rumores de mí, cada año son más interesantes— hice una mueca.—Agh, este instituto est&aac
FAITH.—Necesitamos que nos digan que fue lo que paso, cariño— mamá me miró fijamente a los ojos, como si intentara leer mi mente.Hace un par de horas había despertado, pero ninguno quiso presionarme a decir algo de lo ocurrida. Leandra me había subido un jugo de manzana y un pedazo de tarta mientras Tobías se sentaba a mi lado para hacerme reír con sus chistes. Papá y mamá no había dio mucho, con sus miradas era suficiente para saber que estaban más que preocupados por mí. Todos se habían quedado conmigo en la habitación, no sé si para hacerme compañía o para vigilarme, pero tenían una razón. Con el pasar de las horas llego el momento de contarles que había sucedido.—Vi un fantasma…en el instituto, quería que lo ayudara— mi voz salió rasposa y algo for
FAITH.—¿Faith?, ¿Faith?Lograba sentir la comodidad de mi cama a mis espaldas, una mano sostenía la mía mientras otra acariciaba mi cabello, lentamente abrí los ojos, acostumbrándome a la claridad de la habitacion.—Gracias a los Dioses ya despertaste, hermanita— Tobías se levantó de la silla junto a mi cama— No sabíamos que explicación darle a mamá.—¿Ya llego? —me incorpore.—Si, le dijimos que quisiste tomar una siesta, espero que se lo haya creído— Leandra se levantó de la cama. —¿Te sientes mejor?—Bastante, gracias a los dos, de verdad— estire mi mano libre hacia Leandra, la rubia la tomo. —Se que les pido mucho al hacer esto, pero gracias por no decirle a nuestros padres.—Eres nuestra hermana, Faith, y queremos lo
FAITH. —Te quiero en casa antes de la 1AM, si no, vendré por ti más rápido que un rayo— sentencio papá mirándome fijamente, asentí. —Y no puedes volver a casa antes de las 12. —¿Hablas enserio?, ¿No puedo llegar a mi casa más temprano? —Te conozco, Faith, y la idea es que hoy convivas y sean una jovencita más. —Nunca seré una jovencita más— hice una mueca. —Pues esta noche si— me tendió un colgante, un colgante que conocía muy bien, lo tome. —Serás una joven adulta con los típicos problemas como hermanos menores revoltosos o padres estrictos, ¿de acuerdo? —Bien— abrí la puerta. —Y no quiero saber que llegaste borracha— la sonrisa de Roger apareció. —Como mandes, capitán— le lancé un beso y cerré la puerta del auto. Estaba frente a la enorme casa de Christian Blake, había varios autos estacionados delante de esta y la música se escucha claramente hacia afuera. Le di el ultimo vistazo a p
FAITH. —¿No piensas decirme tu nombre? —Yo soy el que hace las preguntas, ¿Por qué sigues a esa cosa? —Necesito saber que es, es para ayudar. —¿Y planeas morir en el intento?, para ser sobrenatural, no eres muy lista. ¿Quién carajos se cree este chico?, él venia con Bart, asi que asumo que es un cazador. Su aura destilaba tenacidad y confianza en sí mismo, pero sobretodo mostraba que tenía buenas intenciones. Tristemente su forma de dirigirse a las personas, lo arruina. —¿Disculpa? —¿Y ahora también eres sorda? Mi cara enrojeció de rabia, estaba por contestarle cuando volvió a cubrirme la boca con su mano, note como sacaba un pequeño cuchillo de su espalda. —Quédate quieta y no hagas ruido— me susurro mientras observaba por el costado del árbol. Podía escuchar el soplido del viento y la música de la fiesta. La presencia de la sombra aun la sentía, pero lo que más perturb
FAITH.—¿Piensas hablar con él? — pregunto Jia apoyándose en los casilleros junto al mío.—No lo sé, me pongo nerviosa de solo pensarlo.—Te dio tu primer beso, pudo elegir a cualquier chica de la fiesta y te elegio a ti— movió las cejas rápidamente. —Eso debe significar algo, pelirroja.—Tal vez solo quiso hacerse el genial besando a la chica rara de Melrose— guarde mis cuadernos en mi bolso.—Primero, Christian no es asi, podrá ser popular y guapo, pero no es un idiota como otros— Jia enumero con sus dedos. —Segundo, eres fantástica, cualquier chico sería afortunado de tenerte como novia, y tercero, no eres rara, actúas diferente al resto, ¿y eso que?, eres mejor que muchas personas “normales”.—Gracias por el ánimo— le sonreí.
FAITH.Estar con tres cazadores y una chica inconsciente no es agradable, menos sabiendo que mi estabilidad en estos momentos está igual que una montaña rusa. Aun no puedo creer que caí, sucumbí, y lo peor, lo disfruté.Caminando por los pasillos hasta la zona vieja del instituto, el silencio nos había rodeado por completo, y la verdad lo agradecía. No tenía ánimos de hablar, ni tampoco de dar explicaciones (a pesar de que no se las daría, no a ellos).La mirada de Bart cayó sobre mí. —Faith, tu nariz.Me lleva la mano a esta, mire mis dedos. Estaba sangrando. Mis piernas perdieron su fuerza, haciéndome caer hacia el cazador arrogante, este me sujeto rápidamente.—¿Todo bien, niñita? — pregunto el rubio.—Creo… necesito ha Tobías, ¿Podrían ir a buscarlo?<
FAITH.Mire el reloj en mi muñeca mientras mi pie golpeaba contra el cemento de la calle, no sabía si era por los nervios o por la tardanza del chico. La verdad ahora, frente a la florería, había comenzado a dudar de todo esto.—Lindo vestido— comento alguien a mis espaldas.Me sorprendí de ver a ambos chicos.—Solicite a un cazador, no ha dos— comento mirándolos.—Me lastimas, niñita— Colin llevo una mano sobre su corazón, fingiendo dolor.—Mas protección es mejor, sobre todo para esta investigación— Bart se encogió de hombros.Suspire sonoramente. —Bien, empecemos con esto.Los tres entramos a la florería, amablemente le pedí a la señora que atendía el pedido que se había hecho ayer, la mujer tomo una caja blanca con listón rosado