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4.- La fiesta (parte 1)

FAITH.

—Te quiero en casa antes de la 1AM, si no, vendré por ti más rápido que un rayo— sentencio papá mirándome fijamente, asentí. —Y no puedes volver a casa antes de las 12.

—¿Hablas enserio?, ¿No puedo llegar a mi casa más temprano?

—Te conozco, Faith, y la idea es que hoy convivas y sean una jovencita más.

—Nunca seré una jovencita más— hice una mueca.

—Pues esta noche si— me tendió un colgante, un colgante que conocía muy bien, lo tome. —Serás una joven adulta con los típicos problemas como hermanos menores revoltosos o padres estrictos, ¿de acuerdo?

—Bien— abrí la puerta.

—Y no quiero saber que llegaste borracha— la sonrisa de Roger apareció.

—Como mandes, capitán— le lancé un beso y cerré la puerta del auto.

Estaba frente a la enorme casa de Christian Blake, había varios autos estacionados delante de esta y la música se escucha claramente hacia afuera. Le di el ultimo vistazo a papá, quien ya había arrancado el motor del auto. Observe el colgante en mis manos, la runa de la estabilidad estaba tallada en dorado, este había sido un regalo de una tribu celta cuando nació Leandra, asumo que pensaron que ella seria la portadora, solo que la portadora nació tres años después. Me lo coloque rápidamente, escondiéndolo entre mi ropa.

—¡Faith!

Ese grito es de Jia, estaba segura.

—¡Dios mío! Si viniste, por un momento no lo creí— la chica me abrazo. —Pero me alegra, nos vamos a divertir.

—Y te ves preciosa— Mayra llego a nuestro lado.

La verdad no solía usar vestidos muy seguido, no porque no me gustaran o me sintiera incomoda, sino que cuando solía entrenar con Tobi, me lastimaba bastante, mi piel es pálida y morateable, y los sobrenaturales no somos de entrenar muy delicado. Gracias a los Dioses mis moretones ya no estaban.

—Vamos, es hora de divertirnos un poco— la rubia nos tomó del gancho a ambas y nos llevó dentro de la casa de los Blake.

El olor a alcohol y sustancias me pego fuertemente al entrar. Luces de colores y música pop electrónica inundaba la pista, muchos chicos estaban bailando, bueno si es que a eso se le podía llamar baile. Nos adentramos más en la fiesta llegando a una barra improvisada, Mayra tomo dos pequeños vasos fluorescentes, me tedio uno.

—¿Qué es esto?

—Vodka sour de cereza—canturreó la pelinegra bebiéndose el vasito de un solo trago. —Te gustara.

Tome el vaso e imite su acto, la garganta me ardió horrores, pero el sabor de las cerezas amortiguo el golpe.

—¿Y qué tal? — pregunto Jia con una sonrisa.

—Fuerte pero bueno.

Mis amigas rieron y bebieron otros vasitos. Después de un rato nos fuimos a la pista de baile y comenzamos a mover el cuerpo al ritmo de Calvin Harris. La verdad me la estaba pasando mejor de lo que creía, siempre quise venir a una fiesta, pero mis condiciones no me lo permitían, menos después del incidente a mis dieciséis.

No supe cuánto tiempo estuvimos en la pista de baile, pero después salimos al jardín trasero. Había algunos chicos dentro de la piscina, mientras otros seguían bailando y/o bebiendo a los alrededores de esta. Aquí afuera también había luces, solo que no eran tan fuertes como las de adentro, pero el olor a sustancias estaba mucho más presente.

—Hola chicas— dijo una voz detrás de nosotras. —Qué bueno que vinieron.

Ahí estaba Christian Blake junto a sus dos amigos, Marcus y Elliot, los tres chicos más codiciados de Melrose.

—Christian, excelente fiesta— contesto Jia viendo al chico.

—Gracias, la verdad no hacía falta diversión.

¿Es en serio?, hace dos días empezamos el bachillerato.

—Iré por un poco más de esto— Mayra levanto ligeramente su vaso rojo.

—Te acompaño— salto Marcus siguiendo a la pelinegra.

La verdad no es ningún secreto que Mayra Bennett es una rompecorazones, muchos chicos has estado detrás de ella, pero ella siempre dice: “Muchos pueden endulzarte el oído, pero pocos acelerar tu corazón”. Mayra es ruda, pero tiene corazón romántico, aunque eso no le impide divertirse cuando quiere, pues otra de sus frases es: “Cuando el amor llegue, lo cuidare, pero mientras espero, disfrutare”.

—Creo que ya lo perdimos— comento Elliot viendo a su amigo irse. —¿Quieren bailar chicas?

—Claro— respondió Jia yendo junto al chico a la pista de baile en el jardín.

Esas dos…

Acaban de dejarme sola.

—La verdad me sorprende verte en mi fiesta, Faith— la voz de Christian me saco de mis pensamientos.

—¿Por qué?

—Nunca te vi en una fiesta— sonrió. —Me siento honrado que vengas a la mía.

—Imagino que para todos es extraño ver a la rara en una fiesta— me cruce de brazos.

—Aun no entiendo por qué algunas chicas te tachan de rara, el resto de nosotros no te considera asi— la sinceridad en su voz me golpeo. —Eres diferente al resto, eso no es malo, de hecho, es genial, tiene ese algo que te hace resaltar del resto.

¡Vaya!, creo que es la primera vez que alguien me dice algo asi, alguien que no sea mi amigo o mi familia.

La mirada de del chico estaba sobre mí, me permití observarlo mejor. Christian Blake sin duda es un chico guapo y codiciado por muchos, pero lo llamaba más la atención es su aura, por lo menos para mí. Algunos médiums, al igual que en otras especies, nacen con regalos de los Dioses, en mi caso, nací con el don de ver el aura de las personas, y a través de estas conocer aún mas de ellos y sus intenciones.

Christian es un chico que prácticamente lo tiene todo, pero su aura no decía lo mismo, estaba débil y opaca, lo que significaba que, a pesar de tener dinero, ser popular y codiciado por el noventa por ciento de la población femenina de Melrose, se siente solo y vacío.

—Gracias— le sonreí, la verdad no tenía razones para ser desagradable con él. —Eres la primera persona que se anima a hablarme.

 —Aún recuerdo cuando tuve que hacer el trabajo de historia contigo hace dos años— rasco su nuca. —Evitabas a toda costa de hacer algún tipo de contacto conmigo, mientras yo intentaba sacarte una palabra.

—Digamos que sociabilizar no es lo mío— me encogí de hombros, —lamento si te hice sentir mal con mis acciones.

—La verdad me causabas curiosidad, hasta el día de hoy lo haces, Faith— miro la pista de baile y luego a mí. —¿te gustaría bailar?

Recordé las palabras de Leandra y mi padre, debo intentar tener una juventud normal.

Sonríe levemente. —Te aviso que soy un desastre.

El chico castaño sonrió y nos juntamos con Jia y Elliot. La verdad me la estaba pasando mejor de lo que alguna vez me imagine, estaba en una fiesta con mis mejores amigas y estaba bailando con él anfitrión de la fiesta, estaba igual que en una película de las que a Jia le gustan. Las canciones de Calvin Harris nos estaban colocando en un ambiente más divertido y fenomenal, papá y Leandra tenían razón.

En un momento divise a mi hermana, estaba en el balcón del segundo piso junto a un chico moreno, parecían hablar animadamente, de seguro él es su antiguo compañero de escuela. Leandra no siempre estudio en Melrose, durante dos años estudio en una prestigiosa escuela para sobrenaturales, para ver si lograba aprender más cosas, y tratar de encontrar una cura para mi condición, tristemente no consiguió respuesta, pero si gano amistades como ella.

—¿Cómo te la estás pasando, Faith? — pregunto Mayra, quien había llegado con nosotros haces algunos minutos.

—De maravilla.

Y en tanto dije esas palabras, paso.

El bosque, arboles destrozados, mamá y papá gritando, Tobías estaba agachado frente a mí, su frente sangraba, Leandra estaba a unos pasos de nosotros tirada en el suelo.

—Ahora es mi turno— logre verme a mí misma, y me aterro lo que vi.

Volví a la realidad, nadie pareció haber notado que me fui por un momento, Jia y Christian me miraron.

—Voy al baño— les dije y me alejé lo más rápido que pude de la pista de baile.

Una vez dentro de la casa, me apresure a subir las escaleras, estas casas solían tener muchos baños y la verdad desconfiaba de los baños del primer piso. Al llegar arriba busqué una de las puertas que estuviera más alejada, entre en una habitacion de huéspedes vacía y me encerré en ella.

Podía sentir el flujo de mi sangre y el palpitar de mi corazón en la garganta, la visión me había afectado más de lo que me había imaginado. Rebusque en los bolsillos internos de mi chaqueta de mezclilla mi celular, mire la hora <10:43 P.M>, con los dedos temblorosos busque el contacto de mi hermana y lo marque.

Por favor contesta, por favor contesta, por favor contesta.

—¿Faith?

—Te necesito.

—¿Dónde estás?

—Segundo piso, habitacion del fondo a la derecha.

—Voy para allá.

En menos de cinco minutos alguien toco enérgicamente la puerta, me acerque.

—Faith, soy yo.

Le quite el seguro y la abrí, camine hacia la cama.

—¿Qué ocurre? — pregunto la rubia.

—Vi algo— me giré para verla.

Leandra no estaba sola, junta a ella había un chico, el mismo chico que estaba con ella en el balcón. No estaba segura de compartir mis cosas con un desconocido, podrá sr amigo de mi hermana y toda la cosa, y su aura no es de una persona mala, pero tiene algo que me desconcierta un poco.

Mi condición no es algo que se deba compartir con el mundo.

Leandra noto mi cambio. —Él es Kendrick, fue mi compañero en mis dos años en Silverstone. Es un hechicero.

—Es un placer conocerte— me dijo el chico con una sonrisa.

—Igual.

—¿Qué es lo que has visto, hermana?

—El bosque— la verdad no le diría lo que vi, primero no quería preocuparla, y segundo, su amigo Kendrick no debía saber nada. —Algo pasara, pero no sé cuándo.

—No sabía que tu hermana era una médium— comento el moreno viendo a la rubia— eso me recuerda a un amigo.

—Si, es la única que heredo ese don, mi abuela también lo era— Leandra sonrió. —Faith es la excepción en la familia Lockwood.

Y por más de una razón.

—Lamento haberles arruinado la fiesta— solté un tanto avergonzada.

—No es problema, linda, la verdad ansiaba conocer a parte de la familia de Leandra— comento Kendrick. —Solía hablar mucho de ustedes en la escuela.

—No imagino porque— sonreí, estire mi mano hacia él— Me llamo Faith, aunque creo que ya lo sabes.

—Kendrick Formann, integrante del aquelarre Lleuad— apretó mi mano.

Ojos blancos, chicos, una guerra en el bosque, un escudo. Aparte la mano de él.

—¿Te aceptaron en el aquelarre?

—Si, tengo una buena amiga dentro y me eligió como uno de los afortunados— sonrió, pareciera que está recordando algo.

—Creí que a los aquelarres de alto prestigio solo entraban brujos experimentados— comenté.

—Te sorprenderías si te contara toda la historia que tengo junto a mis amigos— Leandra lo miro confundida— el año que tuve que repetir materias, pasaron cosas alucinantes.

—¿Qué clase de cosas?

—No me creerían si les contara — sentencio.

Un celular sonó, Kendrick lo saco de su bolsillo.

—Han llegado unos amigos, ¿vienes o les dio privacidad?

Leandra me miro, suspire. —Te acompañamos, yo también debería volver con mis amigos.

Los tres salimos de la habitación y bajamos las escaleras, cerca de la puerta principal había tres chicos parados, lograba reconocer a uno de ellos, Bart Hayward, el hijo del agente Hayward y perteneciente a la familia de cazadores. Excelente.

—No pensé que te vería en Melrose, Ken— comento Bart al vernos. —Y menos acompañado de las chicas Lockwood.

—¿Qué te sorprende, cazador?, los hechiceros hablamos entre nosotros.

Como verán, la tensión entre sobrenaturales y cazadores precede generaciones.

—No me sorprende, hechicera, nosotros sabemos cómo funcionan ustedes— respondió el castaño.

—¡Hey!, la tensión aquí es horrible, es una fiesta, y tenemos asuntos que hablar, asi que calma— comenzó el moreno. —Disfrutemos un poco antes, ¿les parece?

Leandra y Bart se miraron para después asentir. ¡Vaya!, Kendrick lo había logrado.

—Yo iré con mis amigos— le avise a mi hermana, esta me tomo la mano.

—Llámame si tiene algún inconveniente.

Asentí y me alejé de ellos. llegue al patio y busque con la mirada a mis amigas, me acerque una vez que las vi.

—Tardaste siglos— comento Mayra.

—Casi todos los baños estaban ocupados, además esta casa es grande— le dije, Christian sonrió.

Seguimos bailando en grupo, la verdad aun no me creía que estaba bailando junto a algunos de los chicos más populares del instituto. Intente despejar mi mente de todo lo que había pasado en las últimas horas, no quería más drama sobrenatural por hoy, solo quería ser una más en la fiesta y ya.

—¡Segunda ronda de alcohol! — grito Marcus al ver que traían un barril de cerveza.

De pronto la vi, una gran sombra oculta entre los árboles parecía estar espiando y más bien vigilando a que alguno en la fiesta se dirigiera al bosque. ¿Sera esa la criatura que ataco a Tom y Tanya?, pues no pensaba quedarme con la duda.

Aproveche que todos estaban distraídos para caminar hacia el bosque, estaba demasiado oscuro y un ligero viento me movía el cabello. La sombra comenzó a moverse, alejándose del lugar, la seguí a paso veloz. Necesitaba saber que era.

Esta parecía no saber que estaba siendo seguida hasta que sin querer quebré una rama en el suelo. Antes de darme cuenta estaba contra un árbol y un chico esta de frente a mí, dejándome acorralada.

—Shh— susurro el chico colocando su mano sobre mi boca.

Lo mire alarmada.

—¿Qué haces aquí? —preguntó en voz baja.

Iba a responder, pero su mano no me lo permitía.

—Sigo a esa cosa, ¿Quién rayos eres tú? — respondí de la misma forma.

—En este momento, quien te está salvando el trasero.

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