El humor de Brendan era agrio, luego de darse cuenta que la información proporcionada por Dante era de hace dos meses. Justo como sospechó desde un principio—se lo había ocultado. Solo recordar su burla luego del Alfa reclamarse hacía que su sangre hirviera de enojo. Como si fuera una competencia, interceptó el dato y dejó que diera vueltas en círculos en su búsqueda—solo para decir que lo encontró primero. Los Alfas eran muy competitivos, por lo que entendía su comportamiento hasta cierto punto, pero en este caso—estaba furioso con su impertinencia. Además, algo le decía que lo había hecho para cobrarse el tiempo que Noah duró siendo su secretario, y lejos de él.Dejó su inconformidad de lado, y observó el lugar mientras esperaba a quien parecía ser el dueño, a que terminara de asistir un cliente.La tienda era pequeña y polvorienta, pero ciertamente era la misma que Jun observaba en aquella fotografía que le habían enviado.Tomó una de las revistas en un estante, donde hablaban de
El viaje a Italia transcurrió con tranquilidad. Sus hombres al parecer entendieron su humor y no se interpusieron en su camino para hablar de ninguna otra cosa. Jun tuvo la necesidad de darse un baño, y se cambió a las ropas que habían comprado en el camino. Se durmió en el avión por todo el trayecto, acurrucado en su asiento—el Alfa lo miró de forma peculiar, y recorrió su figura con intensos ojos. Concluyó que la diferencia que veía en el Omega era básicamente su cabello, el cual ahora estaba atado en una cola—dos mechones enmarcaban su rostro y debió admitir que el estilo le iba bien. También parecía haber aumentado un poco de peso, pero todavía se veía tonificado. Alguien aclaró su garganta a su lado, sacándolo de su análisis. "¿Qué pasa?" Gruñó, irritado. "Estaremos aterrizando pronto, señor." Expresó un Beta, nervioso, y ojeó al Omega. Sabía que se había vuelto la curiosidad de los miembros de Cosa Nostra, pero no le gusto cómo lo miraba. Brendan lo avistó con ojos afilados
Brendan entró al estudio y se encontró con los ansiosos ojos de dos Omegas. Los ignoró y se sentó de forma casual en un sofá.La verdad era que no entendía a qué se debía la extraña intervención de su familia.Su abuelo estaba sentado tranquilamente—bebiendo su café, mientras que Donatella se encontraba de pie y vibraba con intranquilidad."Entonces... lo encontraste." Habló Ambrose, rompiendo el silencio. "¿Junne... está bien?""¿Por qué? ¿Piensas que le haría daño?" Contestó en un tono audaz."Brendan." Su padre replicó, enviándole una advertencia. "La pregunta es válida después de todo lo que hiciste para encontrarlo.""Por supuesto." Se mofó el Alfa de forma sarcástica, ante su esperada intervención."El chico está bien. Dejen de discutir," Dijo Salvatore esta vez, indiferentemente—acostumbrado a sus discusiones.Brendan se acomodó elegantemente en su asiento, pero el movimiento lo hizo ver inquieto y llamó la atención de algunos en el lugar.La realidad era que no quería estar al
Jun vio salir al Alfa de la habitación con ansiedad. Su corazón latía fuera de control debido a lo intensa que había sido toda la situación. Colocó su cabeza entre sus manos y suspiró para liberar un poco la tensión. "¿Y ahora? ¿Qué hago?" Se paró de la cama y empezó a caminar en círculos a medida que su mente trabajaba. Sabía que era inútil mentirle al Alfa acerca del embarazo, ya que posteriormente sería muy evidente. Recordó como en medio de su ofuscación en el avión, pudo reaccionar a tiempo y evitó que lo desvistiera completamente. Se maldijo a sí mismo por su debilidad ante el Alfa, puesto que quien inició el contacto fue él y sabía que no sería la última vez si continuaban aumentando la cercanía. Brendan era como un imán, sus feromonas lo atraían como abejas a la miel—era inevitable. El Alfa era consciente de ello, no era coincidencia la gran cantidad que liberaba cuando se encontraba a su lado. Se detuvo de repente y miró a su alrededor. Observó su bolso al considerar alg
Jun despertó la mañana siguiente, sintiéndose sumamente a gusto. La calidez que le dio la bienvenida al abrir los ojos, hizo que emitiera un suave suspiro—sintiéndose encantado.Sin embargo, su humor cambió a uno de alarma una vez notó la mano que cubría su protuberante estómago. No sabía en qué momento habían pasado a la íntima posición, pero se encontraba prácticamente debajo del fornido cuerpo de Brendan, totalmente acurrucado. Lo divisó de reojo y pudo ver que aún dormía.El Alfa lo abrazó con fuerza al sentirlo tratar de alejarse, y Jun sudó nerviosamente. La fuerza de sus brazos era imposible de liberar y se rindió. Optó por mover su mano delicadamente y se detuvo al sentirlo inclinarse."... ¿Qué estás haciendo?" Preguntó el hombre con humor."No quería despertarte." Dijo la primera excusa que llegó a su mente, la cual era parcialmente cierta."¿Dormiste bien?"Frunció levemente el ceño ante la pregunta, aún no entendía por qué se comportaba tan familiar. Era como si los meses
Los días pasaron con una continua tranquilidad, y extrañamente, su humor había mejorado. Al igual que sus malestares, los cuales se habían calmado de forma significativa y eso lo aliviaba a pesar de sus circunstancias."Recuerda que no puedes comer demasiado tiramisú, y si lo haces, asegúrate de que los ingredientes sean pasteurizados." Dijo su amigo en el teléfono, llamando su atención y sacándolo de sus pensamientos. El Omega se había pasado desde que inició la llamada, dándole consejos para una dieta adecuada, luego de Jun confesar sus antojos."Lo sé, solo comí una pequeña porción.""Bien." Kayden estuvo callado por breves momentos. "¿Qué hay del Alfa? ¿Te trata bien? No te ha hecho nada, ¿verdad?"Extrañamente, su amigo nunca volvió a tocar directamente el tema de su posible huida o de los planes que había mencionado, luego de que Brendan lo había encontrado—y se preguntaba por qué. Era como si no quisiera hablarlo por teléfono."No ha pasado nada malo. Solo... no me deja salir d
"Creo que estos serán perfectos." Exclamó Ambrose, a medida que seleccionaban los platos de la cena de esa noche. "En una hora empezaremos a preparar la comida." Y esta vez miró a Jun de reojo, lo cual le causó suspicacia. Donatella propuso el evento debido a que no se habían reunido desde hace meses, y al parecer la causa era la tensión que había en el lugar luego de que Jun huyera del Alfa. Incluso Aidan estaba en la mansión, y se alegró de poder interactuar con otra persona que le agradaba. Ya habían pasado más de dos semanas, y en el tiempo que llevaba allí, consideraba sus momentos más agradables cuando estaba junto a Ambrose y Noah. Jun se encontraba sentado en el desayunador a medida que escuchaba los mandatos y el movimiento a su alrededor. El Omega se encargaba de la organización, ya que Donatella estaba indispuesta—hecho que pudo notar sucedía con frecuencia, ya que aparentemente Ambrose se encargaba de prácticamente todo en el lugar. "Recuerda que a los gemelos no les gus
El auto se había alejado hace varios minutos. Brendan miró nuevamente su teléfono, pensando si debía llamarlo exigiéndole que regresara temprano o simplemente dejar que volviera junto a los demás cuando prefiriera. La verdad era que verlo tan triste le había molestado bastante, sus ojos llorosos y mejillas sonrojadas habían causado tumultuosos sentimientos. No me gusta verte llorar. Fueron palabras que estuvo a punto de enunciar, pero se contuvo. Recordó el beso que compartieron en el lugar y tocó suavemente sus labios—percibiendo aún su olor como si tuviera residencia en sus sentidos. Adoraba la intimidad que compartía con el Omega, y no podía esperar para tenerlo en su cama nuevamente y cojerlo cuantas veces quisiera—estaba hambriento. Sin embargo, el agradable pensamiento fue arruinado una vez entró a la mansión y se encontró con Donatella, y debido a la expresión en su rostro, evidentemente fue testigo del íntimo momento. "Estás cometiendo un error." Criticó en un frío tono de