Capítulo 15. Presentimiento
Canción: Tú luz – Carla Morrison.
*Meses antes*
Nara caminaba sin rumbo fijo, el moretón que tenía en el pecho le avisaba que seguía ahí, dolía. A pesar del calor que había en aquel mes de mayo, llevaba un cuello alto para ocultar también la forma de unos dedos en su cuello, huellas impregnadas en su piel de quien un par de días antes, la había sujetado con fuerza. Había salido ya del hospital, se había presentado a su trabajo, pero tras confundir dos órdenes de café y romper una taza para espresso, su jefe la mandó a descansar.
Sabía que su padre había tenido un accidente y que su novio no era un chico del todo amable, desde que un día la acompañó al café donde Nara trabajaba, supo que había algo mal en él la experiencia de su jefe por haber atendido aquella cafetería por más de quince años no eran una cosa de niños. Pero decidió no decir nada, g
Al fin me dejan publicar una nota de autora! Sean bienvenidxs a esta historia. A forma rápida, tienen las playlist disponibles en Spotify y YouTube (mandar mensaje) para mandarles la lista. Todo empezó como un fanfic dedicado a Rodrigo Herrera espeor que les guste y por favor no olviden seguirme aquí en Buenovela. Los quiero!
Capítulo 16. Inicio Rodrigo pidió la cuenta al mesero personal que habían enviado para ellos, sostenía su mano, la que quedaba más cercana a él. Había dejado de temblar y ahora se preocupaba por mantener la cordura. Durante el desayuno rieron a carcajadas, comieron hasta estar satisfechos y Rodrigo no dejaba de mimarla y cuidarla como si su vida dependiera de ello. Le acomodó el cabello, pidió su lujoso auto al ballet parking y decidió esperar a que lo trajeran mientras su querida Nara se tomaba la que sería su sexta taza de café, estaba deliciosa. —¿Quieres ir a la boutique? ¿O quieres hacer otra cosa?—. Nara limpió su boca con la servilleta de tela, mirándolo. ¿Qué más podrían hacer juntos? Ella aún llevaba un vestido—. Primero a dejar ese precioso vestido en un gancho y después veremos qué hacer juntos. —¿No tienes trabajo que hacer?—. Dijo ella sorprendida, era un hombre constante completamente concentrado en lo que debía hacer,
Capítulo 17. Pasado Manuel solía ser un encanto. Siempre había estado para Nara cuando lo necesitaba, misteriosa o mágicamente siempre aparecía ahí, junto a ella cuando más lo necesitaba. La mejor parte de todo era que al parecer el chico había quedado enganchado de la astucia y gratos comentarios de Nara, la había interceptado fuera de la escuela aquella noche y llevado a su casa. A partir de esa ocasión en que la vio con el suéter a medias, la bolsa a punto de resbalarse de su hombro, los 3 pesados y gruesos libros de matemática en el brazo, había estado apareciendo junto a ella. Todos los días, a toda hora mientras ella estaba en biblioteca, había escuchado de Manuel. Un chico con fama dividida entre los que creen que es un chico misterioso con los que no se fían de él, pero Nara siempre tenía la cabeza en su propia mente, en su propio espacio, quizá por eso no le sorprendía a nadie cuando ella se encogía de hombros al no saber nada sobre muchas
Capítulo 18. Público Canción: Catch me if you can – Walking on cars Era domingo por la mañana. Nara se había hecho ya su café de todos los días se encontraba ya a las 8:00 a.m. en la barra de su casa haciendo cuentas. Tenía un montoncito de billetes a un lado de ella: su depósito. Estaba feliz, se había atrasado en los pagos que estaba haciendo, pero se había ganado en este mes y parte del otro, estímulos en su trabajo. Tenía una caja de metal enfrente de ella: la caja de los martirios, le había puesto. En aquella caja llevaba los recibos de cada uno de los pagos, el recibo del depósito en diferentes lugares: tiendas de autoservicio, bancos todo en diferentes lados, ya que hacía depósitos en cuanto podía. En la tapa, que tenía diferentes figuras por la cobertura en 3D de la parte de frente, la chica había pegado papeles de colores y los iba llenando: En la primera columna el monstruoso monto a cubrir, en med
Capítulo 19. Reconocimiento Rodrigo tenía una pila de papeles por autorizar a un lado, mientras tecleaba en su computadora, su puerta se abrió. —Arturo, tengo muchas cosas que hacer, te lo dije, podemos comer luego—. Dijo frotándose la frente, uno de los cálculos de la empresa había salido mal, se acomodó la corbata sin mirar a quien pasaba a su oficina. —Hoy quise venir a comer, podemos invitar a Nara. Deja eso compadre, hay muchas cosas que pueden esperar—. Menciona Arturo sentándose frente a él, había manejado una hora para venir a ver a su amigo, sabía que quería hablar del periódico—. ¿Por qué ocultaste a Nara de los periódicos? Sí sé que lo de la vida privada y fuera de chismes, pero… ¿Se lo comentaste? —No. Pero créeme, Nara no desea que la lastimen con críticas o que ya no pueda salir de su casa sin recibir miles de flashes directo a los ojos. Se lo comentaré por la tarde que la lleve a casa, tiene tanto trabajo como
Capítulo 20. Anochecer —¿Segura que puedes hacerlo?—. Nara baja hacia el carro de Rodrigo, de la mano de Rodrigo. Llevaba él su bolso y una carpeta que ella había decidido llevar a casa para trabajar más, se esmeraba mucho, Rodrigo supuso que su primer sueldo con todos esos estímulos había tenido su resultado y la admiraba tanto que a veces bajaba a su oficina sólo para verla trabajar ella podía pasar horas con calculadora en mano y tecleando que no lo vería, no hasta que acabara sus deberes—. Si no puedes lo entiendo, busco a otra persona Naris. Era una amiga suya, no escuchaba su conversación puesto que con el control estaba poniendo en marcha su auto, sin ruido alguno, amaba su automóvil híbrido, tan silencioso y elegante perfecto para el trabajo y usaba otra clase de autos para sus viajes o para los eventos a los que iba. —Claro que puedo, sólo aviso a casa ¿Vale?—. Dice ella sentándose en el asiento del copiloto, estiró la mano para recibir su bolso y su carpeta, trabajaría has
Capítulo 21. Hogareña PARTE III Canción: Alive – Arrows to Athens. Rodrigo estaba más emocionado que nunca, Nara había dicho a su familia que iría a cuidar la casa desde esa semana, no como en realidad habían dicho, todo con el pretexto de pasar los siguientes cuatro días con su novio en su departamento. Esta vez no tendría que ir a su casa a dejarla, sino a su departamento. La chica había llegado con una maleta bastante grande para ser ella, había notado que su chica cargaba bastantes cosas en sus bolsos y eso incluía libros también, la había dejado debajo de su escritorio. Nara admiraba el narciso blanco que estaba en su florero, vaya que se estaba esforzando con las flores, se preguntó si había pedido una lista de flores para llevarle y si era así, cuánto le costaba llevar todas esas únicas flores hasta su oficina. El señor canoso (apodo que por siempre recordaría y que mencionaba en vez de un nom
Capítulo 22. Hogareña Parte IICanción: Stuck with me – The Neighbourhood*Flashback*El auto iba a una velocidad impresionante, pese a que Nara no quería ir de campamento con su novio y los demás, había accedido, porque claro ¿Cuándo le había podido decir que no?—Vas muy rápido—. Dijo ella aferrándose a la puerta de copiloto. La música era muy estruendosa, posiblemente no la había escuchado. Lo que podría ser una agradable vista al bosque con sus frondosos árboles y un atardecer ligeramente rosado, se veían opacados y tomaba ese color rosado como de peligro—. Vas muy rápido.Repitió, ya se sentía algo angustiada por las vueltas y curvas. Sus padres desde luego ya no apoyaban esa relación, pero no decían nada, ¿C&
Capítulo 23. Hogareña PARTE 3/3 Canción: Afterglow – Sleeping Wolf Rodrigo la había levantado. Nara no se había dado cuenta, pero se había aferrado a su novio como si fuera un oso de peluche. Rodrigo veía su reloj amenazándolo con empezar a sonar para que se levantaran los dos y fueran a trabajar, último día. Después podrían irse juntos a cuidar esa casa, ambos llevando sus respectivos deberes, ah que bueno era sentirse como si fueras a tener vacaciones. —Nara…—. La llamó despacio, escuchaba la ligera respiración de su novia. Había tenido una pesadilla en la que comenzó a quejarse apenas emitiendo sonidos. Rodrigo recordaba esas noches en vela, cuando recién comenzaba a funcionar Genética, tantos pendientes, la incertidumbre de saber si lo iba a lograr o no… Todo agitándose en su cabeza por las noches. No sabía qué hacer entre más pesado se ponía el camino únicamente avanzaba pues sabía que el camino y