Brittany
Escucho los gritos de mi hermana desde la habitación, llevo una mano a mi pecho que sigue latiendo cómo loco por el recuento que acabo de tener y caigo sobre la cama mientras observo a mis hijas sin mirarlas en realidad.Estaba tan asustada, tan preocupada de que él notara la similitud en sus ojos que incluso olvide por un segundo que a él lo último que le importa en este mundo soy yo, pero ni siquiera las miró, eso también me dolió, alivio un poco mi preocupación, pero de igual manera fue hiriente.
No he dormido con nadie más, no me he dado la oportunidad de seguir adelante porque mi maldito corazón estaba demasiado herido, pero creí seriamente que tendría la capacidad de evitar estos sentimientos si lo volvía a encontrar, ver cómo me trató con la misma frialdad que aquel día me hizo casi perder la compostura.
Por otro lado, mi hermana es un problema, pude ver qué es aún más m*****a que hace años y aunque ya no soy una niña tonta o sin ningún derecho de tocar a la preciosísima hija de la esposa del alfa, sigo sintiéndome un tanto preocupada.
— ¿Estás bien mami? — Judith se acerca a mí — no me gusta la mujer de pelo negro, mamá.
Paso una mano por su cabello rubio, los ojos tan similares a los de Brook me hacen sentir ahora todavía más dolida. Nunca he pensado que mis hijas son una carga, jamás las odié por ser fruto de un error y cada día agradezco no haber interrumpido el embarazo. Sin ellas mi vida sería simplemente una existencia vacía.
— ¡Mamita, mi oso no está!
La voz de Janeth viene desde la derecha donde dejaron nuestras maletas, me pongo en pie para acercarme a ella y me arrodillo a su lado frente a la maleta, reviso sus cosas tratando de encontrar al dichoso oso de peluche que tiene exactamente su edad.
— Probablemente, esté en la caja de los juguetes nena — beso si cabeza — iremos por él mañana, ¿Ok?
— Puedes dormir conmigo hoy Jan —Judith la abraza — ¡Podemos dormir con mamá las dos! ¿Verdad?
Sonrío mientras asiento, el dulce momento que estamos teniendo llena un poco mi corazón de confianza y me digo que solo serán dos años, puedo soportar dos años antes de marcharme con el dinero suficiente para no preocuparme por otro estúpido alfa con exceso de testosterona.La puerta de mi habitación se abre de la nada, alzo mis ojos hacia el hombre que acaba de entrar y doy una rápida mirada a mis hijas.
— Niñas, tomen una ducha— les pido — les llevaré la ropa, apenas terminen ¿Ok?
Mis niñas asienten, toman las toallas de otra de las maletas y agradezco a Brook por mantener silencio mientras ellas caminan hasta el baño, apenas la puerta se entrecierra me quedo de piedra, Brook en un abrir y cerrar de ojos me toma fuertemente del brazo.
— ¡Qué haces aquí! — prácticamente me gruñe— ¡Qué estás buscando!
Me suelto de su agarre con un tirón, trato de mantener la voz baja.
— Solo vine a tomar mi lugar, esto no tiene nada que ver contigo.
— Escúchame bien — se acerca una vez más — no voy a dejar que arruines mi vida, sigues siendo una persona no deseada en esta manada y si se te ocurre contarle a alguien que nosotros…
— ¡No tengo intención de hacer eso! —mi rabia patea el dolor lejos — no tengo ningún interés en romper tu feliz matrimonio — él nota la ironía en mi voz — solo quiero lo mejor para mis hijas, ni siquiera recuerdo lo que pasó ese día.
— ¿No lo recuerdas?
La forma en que gruñe esa pregunta me hace sentir extraña, trago grueso alzando la barbilla para mantener mi mentira.
— No, prefiero olvidar las cosas desagradables.
— ¿Desagradable? — gruñe acercándose más — desagradable fue despertar al lado de la hija bastarda de mi difunto suegro.
— Fue aún más desagradable para mí — niego — eres el trofeo de Ivette, tus padres te encadenaron al suelo para que solo pudieras follarla a ella.
— No soy el trofeo de nadie — me toma del brazo — mis padres estaban evitando que hiciera algo tan estúpido como dormir con la humana del pueblo vecino antes de unirme a una loba de buena familia y digna de ser madre de mis hijos.
— Pues no lo lograron.
Respondo, mi pecho sube y baja ante su cercanía. La respiración entrecortada en mis pulmones se llena de ese aroma masculino que solo he podido disfrutar una vez en toda mi vida.
— No arruines mi vida, Brittany, no vales la pena.
— ¿Si eso crees que haces aquí?
Pregunto sin poder evitarlo, el calor que rodea mi cuerpo es casi abrasador. Brook cierra fuertemente, sus ojos durante un momento, pero no me suelta, sus ojos se abren un momento después y una vez más me siento como aquella noche.
Sin salida, a merced de un hombre sexy y encantador que no puedo tener. Un hombre que puede ser mi perdición y la más clara muestra de que soy igual o peor que mi madre.
— Te lo advierto una última vez — su voz oscura envía un escalofrío a mi columna vertebral — No le digas a nadie lo que sucedió, no te acerques a mí no arruines mi vida.
Sé que debo decirle que no me interesa nada de eso, que no tengo ninguna intención de romper el obviamente forzado matrimonio que tiene con Ivette o que tengo la tonta intención de manchar el orgullo de su familia con mi existencia, pero él está demasiado cerca de mí.Sus labios están a centímetros de los míos y su aliento golpea directamente sobre ellos. No me puedo mover, no soy capaz de hacerlo, así que simplemente lo miro.
— ¡Mamá, ya terminamos!
La voz de mi hija me devuelve a la realidad, me aparto de él mitigando el dolor que eso provoca y señalo la puerta de mi habitación.
— No voy a meterme en tu vida, así que has lo mismo — advierto — no te quiero cerca de mi familia Brook, al igual que tú prefieres que nuestro error permanezca en el olvido, así que hagamos aquí y ahora este trato — le digo — convivamos cómo lo que somos, eres el marido de mi hermana y mi alfa, nada más.
— Espero que sepas cumplir esas palabras.
— Espero que puedas hacer lo mismo.
Respondo antes de darle la espalda para buscar algo de ropa para mis hijas, escucho la puerta de la habitación, cerrarse un momento después y mis piernas ceden mientras los temblores recorren mi cuerpo. La puerta del baño se abre, mis pequeñas corren hasta donde estoy, cubiertas hasta la cabeza con las toallas de colores magenta y me abrazan.
— No le tengas miedo al señor mamá — pide Janeth — nosotras te cuidamos — Judith asiente — lo morderemos si te hace algo mamá.
Mi pecho se remueve ante mis dos niñas, las abrazo contra mi cuerpo recordándome que es por ellas que estoy aquí y me juro una vez más soportar todo por hacerles a ellas la vida más fácil y esten mas seguras lejos de ese alfa maldito que me amenazó
Brook —Cómo puedes permitir que esa mujer viva en tu casa, eso es imperdonable que pensaran los miembros de la manada — mi madre camina de un lado a otro de la habitación — tienes que sacarla de tu casa, además venir con un par de bastardas, es el colmo del descaro ¡esa mujer es simplemente inaceptable! Hago un puño mis manos mientras veo a mi madre despotricar sobre una mujer que está sin que pueda negarlo aferrada bajo mi piel. Mi padre que no ha dicho una sola palabra desde que llegué se pone en pie para encender uno de esos desagradables puros que fuma. —El alfa de la manada, mi hijo, no puede permitir que una simple humana, producto de una relación ilícita del antiguo alfa viva bajo su techo, debe expulsarla de la manada. —No tengo la forma — les digo — fue una voluntad del antiguo alfa, si la echo de aquí cualquiera en esta manada puede intentar ser el alfa — los miro — todos los que podrían intentarlo son mis amigos y no pienso matar a nadie, no por seguir siendo el alfa. —
Brittany La puerta de mi habitación se abre de golpe, dejo las cosas de mi hija sobre la cama y aunque sabía que este momento llegaría nunca pensé que sería tan pronto.La mujer con un vestido negro que casi roza el suelo, incrustado en diminutos adornos dorados, es la viva imagen de la opulencia. Su rostro sigue siendo igual de frívolo. La mirada de rabia que me envía sigue siendo como hace años, pero esta vez no solo voy a esconderme. —Necesita tocar la puerta antes de entrar — le digo — señora… Ella avanza hasta mí para tomarme del brazo, la esquivo tratando de impedir que lo haga y sus dientes se muestran. Me señala con un dedo un momento después, la furia sigue aumentando en su rostro mientras trato de mantenerme firme. —Esta es mi casa y puedo entrar a donde quiera sin tocar la puerta. —Esta también es mi casa ahora — le digo — esta es mi habitación y tú no puedes entrar, ni siquiera debería estar aquí. —Tú eres la que no deberías estar aquí — me grita — esta es una casa de
Brook —Qué haces hablando con esa m*****a zorra. La voz de Ivette viene acompañada de un fuerte portazo. Miro la mano con la que estuve sujetando a Brittany por un momento más y es entonces cuando me doy cuenta de que necesito aclararlo todo. —¡Te estoy hablando m*****a sea! — grita mi esposa tomándome del brazo — te advertí que te mantuvieras lejos de… —Déjame en paz Ivette, métete en tus asuntos, m*****a sea y no tienes derecho a prohibirme nada. —¡Tengo todo el derecho, soy tu mujer! La miro cabreado, odio que diga algo como eso siempre que quiere alguna cosa, yo no pedí esto, no deseaba que fuera mi esposa y definitivamente le he dejado bien claro que esta relación es todo menos verdadera. —–Eres mi mujer porque así lo arreglaron nuestros padres, tenemos un acuerdo y estas cruzando la linea. —¿Cruzando la linea?, ¡Cruzando la ninea! — se indigna — dejas que esa zorra regrese, la dejas tomar una habitación junto a la nuestra y ahora te encuentro hablándole, no me estoy pasan
Brittany Después de subir a mi habitación e intentar calmarme me doy cuenta de que la casa está demasiado limpia como para no haber estado atendida en años. Me recuerdo averiguar más sobre eso en los próximos días y le pido a mis hijas subir al auto para ir a visitar al único amigo que alguna vez tuve en esta ciudad. Paso silenciosamente alrededor del vecindario más apartado de la ciudad. En las manadas existen jerarquías, en realidad es una costumbre arcaica que al menos en donde solía vivir no se llevaba al pie de la letra, pero en Midnight village es distinto. Las familias fundadoras de este lugar heredaron sus rangos de generación en generación y esa es la razón de que mi hermana y Brook sean una pareja. Existen cuatro familias fundadoras, los Browns, los Ehrlich, los Anderson y la de mi padre los Kends. La primera perra alfa se casó con la hija de los Browns. La primera jerarquía nació y mientras los años pasaban cada descendiente pertenecía a una u otra familia. No importa si
BrookMiro la hora en mi teléfono antes de revisar los demás papeles, escucho los tacones de Ivette incluso antes de que la puerta se abra. El fastidio más absoluto me llena cuando mi esposa camina casi desnuda hasta mi escritorio.No alzo la vista de los documentos, no me interesa lo que malditamente haga, ella no me interesa y menos después de besar a Brittany. Niego para mis adentros cuando pienso en la emoción que eso causa. Es una locura, un problema que no estoy dispuesto a cargar sobre mi espalda. La mano de Ivette se coloca sobre mi pierna, llevo la vista hasta ella y mis dientes se extienden con furia.—Brook, creo que deberíamos hablar nosotros…—Qué demonios estás haciendo Ivette — alejo su mano de mí —¿Qué haces en mi oficina?Ella luce molesta por un segundo, luego se cruza de brazos y me mira con esa falsa dulzura que podría engañar a cualquiera menos a mí. Se inclina un poco más sobre mi escritorio logrando que su molesto perfume se clave en mis fosas nasales.—–Creo qu
BrittanyEstoy muy molesta, estoy tan molesta que ni siquiera me doy cuenta de que he asustado a mis hijas. Corro hasta ellas abrazándolas sintiéndome culpable. Paso una mano por sus cabellos antes de besarlas.—No me gusta aquí mamá — susurra Judith aferrándose a mis brazos — ese hombre es malo, todos aquí son malos.Odio esto, odio la impotencia que causa en mí no poder hacer nada y sobre todo me fastidia que no pueda hacer mucho más para solucionarlo. El día que me fui de aquí juré que jamás volvería. En el momento que descubrí que estaba embarazada, cuando asumí la responsabilidad por ellas, me juré que jamás las dejaría sentirse así. Trabajé prácticamente hasta el día del parto. Ahorré cada centavo hasta ese día y aunque tuve que aplazar mi universidad por dos años lo conseguí.Las cuidé, las protegí todo lo que pude e incluso soporte a ese estúpido sujeto que no dejaba de acosarme solo para mantenerla lejos de esta podredumbre, de este pueblo, de prejuiciosos y arcaicas normas q
BrookMiro a la mujer que camina lejos de mí con una mezcla de furia, rabia y dolor que ni siquiera puedo controlar. Mis intentos dicen que corra tras ella, mis deseos suplican que la bese una vez más y le exija alejarse de cualquier otro lobo en este lugar, pero sentido común, mi deber con mi familia me mantienen clavado en medio del bosque resistiendo el dolor que me hace tensar los dientes.Pensé que ella no lo sabía, creí que no podía sentir que era mi luna, pero al parecer es consciente de ello y ahora me está haciendo a mí saberlo también. Estoy seguro de que sabe cómo voy a sentirme ahora. Pateo algunas de las hojas secas sobre el suelo mientras el aroma de su sangre llena mi nariz. Gruño sintiendo mis dientes extenderse con la necesidad inminente de morderla y caigo de rodillas en el suelo.Mis garras se clavan en la tierra bajo las hojas secas cuando sujeto el puñado donde la sangre de Brittany mantiene su olor demasiado fuerte. Ella fue inteligente, estaba lejos de casa, cor
BrittanySonrío a mis hijas que juegan a lo lejos en el parque para niños del café infantil donde Cris y yo estamos. Hoy por la mañana fue por mí para llevarme hasta donde dejé mi auto para llevarlo a un mecánico y descubrí que tiene un niño pequeño con él.Al principio me sentí un poco extraña, pero él no dijo una sola palabra, así que tampoco lo hice, así que después de remolcar mi coche. Me sugirió venir a este salón para niños en lo que esperábamos por la reparación. Así que aquí estamos sentados en una de las mesas coloridas mientras ellos juegan en el patio interior donde hay todo tipo de cosas para niños lobos. —¿Cuándo vas a preguntar?Dice a Cris llamando mi atención hasta su rostro, carraspeo con una sonrisa incómoda. —No quiero ser entrometida, no necesitas darme una explicación o algo. —Está bien — me sonríe encantador — no es una gran historia, Josh no es mi hijo, es de mi hermana —sonríe algo melancólico — murió hace unos meses, por eso nos mudamos aquí otra vez… —¿O