Sus manos sudaron mientras miraba la puerta de caoba. Algunos chicos de esa facultad se le quedaron viendo raros mientras estaba ahí, pero eso era lo que menos le importaba. La persona del otro lado lo tenía en sus manos sin ni siquiera salir del país, con una simple llamada al otro lado del mundo ya sus padres estaban en peligro.
Levantó su mano para tocar la puerta y ésta se abrió después de unos segundos. Owen miró hacia todos lados para y luego lo tomó por la cadera. Cerró la puerta con su mano libre y una sonrisa llegó hasta su rostro.
— Sabia que ibas a venir a buscarme — pegó la espalda del menor a la puerta — Fui de compras el día de hoy.
— ¿Por qué lo hiciste? — preguntó, sintiendo la desnudes del mayor, el cual sólo tenía un bóxer puesto — Mi familia no tiene nada que ver en mi vida.
— Era la única manera en la que podía tenerte — se alejó de él — Alguien me debía un favor y que mejor manera de cobrármelo contigo.
— Ni siquiera entiendo b
Owen se pasó la lengua por los labios al ver el mensaje que le habían enviado. Era la oportunidad perfecta para llevar a cabo su plan. El horario del menor estaba en un cajón, bien asegurado de que nadie lo encontrara. Junto con muchas fotografías de ellos cuando estaban juntos en Egipto.El usar a su madre para que fingiera lo sucedido fue lo mejor, porque sabía que no llamaría a Jean para preguntarle qué estaba pasando en realidad.— ¿En qué estás pensando, principito? —preguntó Ryle, tirando una pelota hacia el techo—. ¿Es tu supuesto novio?— No es supuesto, es mi novio — dijo, ceñudo — No hay razón para que digas eso.
Sus mejillas dolían tanto que un momento dejó de sentirlas. En uno de los golpes que le dio Owen. Era el colmo que lo trataba de esa manera, pero no podía hacer nada para quejarse. Era eso o que alguno de sus padres apareciera al día siguiente con una bala en la sien.Cuando Owen se cansó de darle golpes en sus mejillas, lo tomó del cabello e hizo que se quedara de manera recta en el piso. Pasó las yemas de sus dedos por el área afectada, y luego lo soltó para ir a la cama y buscar algo.Sus ojos temblaban al ver que se trataba de un flagrum. Esa cosa era dolorosa, aunque nunca la había sentido en su cuerpo, se veía extremadamente dolorosa. La pasó por sus hombros dándole la sensación de que en cualquier momento le llegaría el primer golpe a su cuerpo.<
Llegaron al hospital que Owen le había indicado. Sólo tuvo que decir su nombre y la mujer que estaba del otro lado le dijo a donde tenían que ir. El menor ni siquiera había tenido la oportunidad de poder decirle algo, no había hablado en todo el camino a ese lugar y Owen tampoco había tratado de tener una conversación con él.— Buenas tardes — saludó el híbrido, abriendo la puerta — Pensé que ya no iban a venir — se hizo a un lado para que pasaran.— Lo siento — se disculpó — Mi novio tenía una clase y no podíamos venir antes.— Entiendo — les hizo una seña para que se sentaran — ¿Han pensado en el método que usarás? — preguntó el doctor, mirando a Isaac. Semanas más tarde, Isaac estaba en uno de los asientos del campus de fútbol. En ese momento estaban iniciando la temporada y todos estaban eufóricos por ver al maravilloso equipo que no había perdido un campeonato desde hace meses.Owen le había ordenado que debiera de ir para darle buena suerte o más de la que ya tenía en su vida ahora que estaban juntos. Su noviazgo seguía siendo noticia desde hace un tiempo, por lo que no le pareció extraño que ahora fuera el centro de atención y que todos estuvieran al pendiente cada vez que fuera a su habitación a pasar la noche.Habían sido muy cuidadosos de no hacer ruido cuando Owen estaban con sus cosas de querer vestirlo, pero los castigos ya no estaban como antes ye so era la mejor parte de su vida. Pero, el deseo dCapítulo 10
— De esta manera me has abandonado — dijo Naiel, mientras se sentaba junto a él — No puedo creer que lo hagas.— Sabes cómo es esto — dejó su mochila en el pupitre — Hoy iré a la reunión de los seleccionados.— Te deseo toda la suerte del mundo, querido amigo — le dijo, de manera cariñosa — Sabes que cuentas conmigo para lo que desees.— Lo sé, tú por igual —le devolvió la sonrisa — Espero que todo esté bien contigo.— ¿Por qué lo dices?— Escuché una conversación entre mi novio y ese sujeto y sólo puedo decirte que tengas m
Sus manos se cerraron alrededor de la almohada que estaba debajo de su cuerpo. Owen parecía no querer salir de su cuerpo por cómo se estaba moviendo desde hace una hora o tal vez más. Era viernes por la noche y Owen parecía querer cogerlo cada vez que terminaba un partido.Todos en la universidad sabían de su relación porque éste le dejó bien en claro a todos que ese chico era suyo y que no podían ni siquiera mirarlo de manera morbosa o se la verían con él. Era la envida de los becados y de algunos chicos que estaban detrás de Owen desde hace un tiempo y no habían podido conseguir ni siquiera su número de teléfono.Lo sintió correrse y dejarse caer encima de su cuerpo en lo que el nudo bajaba. Esa la parte que nunca soportó, ese jodido nudo que le hacía pasar
— Yo… yo no… — ni siquiera sabía lo que iba a decirle — Yo no estaba viendo su trasero, señor.— ¿En qué momento dije que estabas viéndome el trasero? — Se cruzó de brazos mirándolo — Fuiste muy fácil de engañar, pequeño.— Es que yo… en verdad yo no…— Has dicho tantos yo que creo que es la primera palabra que tus padres te enseñaron a decir cuando naciste — rió, entre dientes — Eso me gusta — se pasó la lengua por los labios — Sígueme, te mostraré el lugar mientras nos ponemos de acuerdo con los horarios.— Sobre eso — sacó sus manos de sus bolsillos, siguiéndolo — Voy a la universidad de lunes a miér
Isaac se encerró en uno de los cubículos del baño y abrazó sus piernas mientras sollozaba. Todos los estudiantes de la universidad se dieron a la tarea de preguntarle porque estaba con alguien como Owen después de lo que hizo la noche pasada con ese chico en las gradas.Si tan sólo ellos supieran las verdaderas razones por las cuales estaba con él, las cosas serían muy diferentes. En cualquier momento mandaría la beca a la mierda si todos seguían hablando de él a sus espaldas. Su día fue de esa manera, terminando una clase y corriendo hacia el baño más cercano para ponerse a llorar como magdalena.Ni siquiera se había atrevido a responderle el mensaje al sujeto y mucho menos había sacado el teléfono que Owen le regaló.Último capítulo