Capitulo598
Alodia entró y miró alrededor de ella, pero no vio a nadie.

—Qué raro, ¿dónde anda la gente metida?

Justo cuando se preparaba para marcharse, de repente notó que las cortinas se movieron un par de veces.

De inmediato se dio cuenta: había alguien escondido detrás de las cortinas.

¿Quién sería?

¿Sería que finalmente su querida hija había abierto los ojos y había escondido a un hombre aquí?

Alodia, curiosa, se acercó con discreción. Estaba lista para darle una sorpresa.

Se acercó con mucha precaución a las cortinas, se agachó y vio un par de zapatos de hombre.

Alodia estaba aún más segura de que su hija estaba escondiendo a un hombre aquí.

Decidió que tenía que ver con sus propios ojos cómo era ese hombre que su hija había logrado esconder.

Con rapidez, tiró de las cortinas.

En ese preciso momento, yo, escondido detrás de las cortinas, no tenía ni idea de lo que ocurría afuera.

Al no escuchar ningún ruido durante un rato, pensé que esa mujer se había marchado.

De repente, las cortinas se
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