El conjunto transparente era de color negro, extremadamente sexy y atractivo.

Y lo que me sorprendió aún más fue que debajo de ese conjunto, Paula no llevaba absolutamente nada.

No solo pude ver claramente los contornos de su pecho, sino que también pude distinguir sus pezones.

—Paula, ¿por qué te vistes así?

Paula, sonriendo traviesa, me preguntó: —¿No estoy tan sexy como para gustarte? Este conjunto lo compré especialmente para ti, ¿qué te parece? ¿Te atrae? ¿Te excita?

¡Tentación, pura tentación!

Con ese atuendo, era suficiente para eclipsar a cualquier actriz de esas películas para adultos.

Eso me hizo pensar que las mejores actrices se encuentran, sin duda, en la vida real.

Las películas son solo fantasías, algo que puedes ver, pero no tocar; por lo tanto, siempre les falta algo, algo de realidad.

—¡Paula, espera, ya voy ahora mismo!

Estaba tan emocionado que casi no podía controlarme. Quería correr y abrazar a esa sirena en mis brazos.

Me cambié de zapatos rápidamente y me dirigí