Capítulo 6
NICK

Han pasado dos años desde que esa mujer me humilló, desde que descubrí que me estafó millones.

¿Cómo pude ser tan ciego? Cuando Sandra me contó que Olivia tuvo algo que ver con lo que le ocurrió a mi madre hace tantos años, de cómo se conocieron, cómo Olivia “casualmente” la salvó de ser atropellada por un coche, al principio me negué a creerlo. Pensaba que mi mujer nunca sería capaz de algo así.

Entonces me mostró la grabación de su llamada telefónica, en la que Olivia lo había confesado todo: cómo había conseguido a su “gallina de los huevos de oro”, cómo iba a cambiar su vida y la de su abuela. Por si fuera poco, me robó mucho dinero. Sandra me había enseñado las pruebas.

Recuperé parte del dinero, pero sólo una pequeña parte. Pensar en ella todavía me llena de rabia. ¿Cómo pudo ser tan cruel? ¡Mi madre la quería!

“¡Nick!” Sandra me sacó de mis pensamientos. ”Es casi la hora de ir a buscar a tus padres. Estoy terminando con la cena. Estará lista para cuando vuelvas."

Si no hubiera sido por Sandra, no creo que lo habría soportado.

Mis padres han estado viajando por el mundo, y vuelven a casa hoy. Se van a decepcionar mucho cuando sepan lo que pasó con Olivia. Mi pobre madre confió en esa desgraciada.

La ira me invadió mientras agarraba las llaves.

"¡Nick!" La voz de Sandra me detuvo de nuevo. Me giré hacia ella.

"No pienses en ella", me dijo suavemente. "Sólo te hará enfadar. Hoy tus padres vuelven a casa. Centrémonos en celebrarlo, no pienses más en el pasado."

Le dediqué una sonrisa leve. ¿Qué habría sido de mí sin ella?

En el aeropuerto, vi primero a mi madre, seguida de mi padre y de los guardias que llevaban las maletas. Se le iluminó la cara cuando me vio. Corrió hacia mí y me abrazó con fuerza. Me reí y le devolví el abrazo, mientras mi papá sacudía la cabeza.

"¡Estás asfixiando a nuestro hijo, mujer!" le refunfuñó. Mi mamá lo miró por encima del hombro y él levantó las manos en señal de rendición. Al verlos, me invadió una oleada de tristeza. Había pensado que Olivia y yo tendríamos el mismo matrimonio que ellos. Supongo que no estaba destinado a ser así.

"¡Dios mío! ¡Qué delgado estás! ¿Olivia ya no te está dando de comer? ¿Dónde está?" me preguntó mamá, con la sonrisa ligeramente desvanecida.

Suspiré. Ahora no era el momento ni el lugar para contárselo. "Vamos a casa y te lo explicaré todo," le dije.

Se cruzaron una mirada y el rostro de mamá volvió a iluminarse. "¡No me digas que está en casa con un bebé! Siempre supe que me daría un nieto algún día."

Se me encogió el corazón. No tenía ni idea de que Olivia nunca había querido tener hijos, sólo quería mi dinero.

"Mamá, no es eso." Le abrí la puerta del coche.

Mi papá entró detrás de ella, con la cara fría.

Arranqué el coche y me fui. Mi mamá quería hacerme más preguntas por el camino, pero papá la convenció de que esperara hasta que llegáramos a casa. Menos mal. Hablar de Olivia no me era fácil, y no me apetecía nada tener esa conversación.

Una vez de vuelta, se lo conté todo: que Olivia había empujado a su mejor amiga por las escaleras, matando a su hijo, que me había robado dinero, que nunca estuvo enamorada de mí, que nunca quiso tener un hijo conmigo, que estuvo tomando anticonceptivos en secreto todo el tiempo, y que sólo había querido mi dinero.

"No es la persona que creías que era," le dije. "Olivia es una mujer muy cruel."

Mi mamá me miró como si hubiera cometido un crimen. "Nick, ¿estás loco?" me gritó, furiosa.

Me quedé mirándola, desconcertado. ¿No había oído lo que dije?

Mi mamá sacudió la cabeza, con una tristeza y decepción dibujadas en su rostro. Mi papá no me había dicho ni una palabra y se negaba a mirarme, pero sus ojos eran fríos como el hielo.

"¿Seguro que Sandra no ha distorsionado la verdad?" mi mamá me preguntó bruscamente. "¿Estás seguro de que no es ella la razón por la que piensas así?"

"Sandra es la que me mostró la verdad sobre Olivia," le insistí. "Todavía estaría bajo el control de Olivia si no fuera por ella. Deberías estarle agradecida."

Los ojos de mamá brillaron de ira. "¿Agradecida? ¿A una saboteadora como ella? Dios mío, ¿qué debe pensar su abuela de nosotros? Michael," dijo, dirigiéndose a mi padre, "ve a ver a la abuela de Olivia y discúlpate. Dile que no teníamos ni idea de lo que pasó y que sacaremos a Olivia de la cárcel."

Mi papá se levantó, dispuesto a ir, y yo me quedé de piedra. ¿Cómo podían seguir tan ciegos?

"Está muerta," le dije en voz baja. "Murió unos meses después de que detuvieran a Olivia."

La cara de mamá se arrugó y una lágrima resbaló por su mejilla. Quise consolarla, pero papá se me adelantó y la estrechó entre sus brazos.

"Eres un imbécil, Nick," me dijo, con voz dura. "No te crie para que fueras tan estúpido. Espero que no te arrepientas de todo lo que le hiciste."

Me senté allí, sintiéndome completamente perdido. ¿Por qué defendían a Olivia? ¿Por qué seguía teniendo tanta influencia sobre ellos?

"Voy a sacar a mi nuera de la cárcel," declaró mi padre. "Y Nick, si no les retiras tus acusaciones, no te dirigiré más la palabra."
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