En ese momento, mientras todos estaban conmocionados, muchos envidiaban en secreto la buena suerte de Christian. Especialmente algunos empleados masculinos, Carmen siempre había sido la diosa en sus corazones, y ahora que estaba con Christian, podían imaginar cómo se sentían.

En la oficina del presidente, Carmen ordenó a varios guardias que colocaran un nuevo escritorio, situando el de Christian junto al suyo para facilitar el trabajo conjunto.

—Christian, recién has asumido el cargo de presidente de la compañía, y puede haber muchas tareas y negocios que aún no entiendes—dijo Carmen.

—Por ahora, trabajaré contigo en la oficina y te enseñaré más cuando tengamos tiempo. Después de que te familiarices con todo, me mudaré a otra oficina.

—Sí, estoy totalmente de acuerdo—respondió Christian emocionado. Recordó que cuando ingresó por primera vez a Grupo Artístico, su mayor deseo era trabajar todos los días junto a Carmen y estar cerca de ella. Ahora, después de tantas pruebas y tribulacion