—¡Maldita!

Christian cambió drásticamente su expresión facial y comprendió de inmediato lo que pasaba por la mente de Lucía. Luego, agitó sus mangas y rápidamente retiró su espíritu, pero lamentablemente, era demasiado tarde. Parte del poder residual del espíritu aún la golpeó sin piedad.

El pecho de Lucía fue alcanzado, su rostro palideció y una gota de sangre brotó de la comisura de su boca. Dio varios pasos hacia atrás antes de detenerse a duras penas.

Afortunadamente, Christian reaccionó a tiempo y retiró una gran parte de su espíritu, de lo contrario, su ataque habría sido mortal para Lucía.

—Lucía, ¿estás bien? No fue mi intención herirte—preguntó Christian con un rostro lleno de alarma, incapaz de mantener la calma como lo hizo antes.

Aunque Carmen era la mujer que más amaba en su corazón, él había estado con Lucía durante mucho tiempo y ella lo había ayudado en muchas ocasiones. Tenía ciertos sentimientos por Lucía, incluso la consideraba su confidente y amiga cercana.

Por el i