—Bien, muy bien— exclamó. —Chica, ¿sabes quién soy yo? ¡Soy un subordinado del Señor Galileo! Ustedes, una pequeña Vitalis Farmacéutica, ¿se atreven a enfrentarsen a mí? ¡Me parece que se han cansado de vivir!

Genaro estaba totalmente furioso. Debido a que la sucursal de Vitalis Farmacéutica solía ser una empresa farmacéutica propiedad de la familia Rivera y Carmen era la prima de la familia Rivera, muchas personas en el Sur creían erróneamente que Vitalis Farmacéutica era propiedad de la familia Rivera. Genaro tenía conocimiento de esto.

Dada su posición en el mundo criminal, ni siquiera la sucursal de Vitalis Farmacéutica, ni la familia Rivera, le importaban en absoluto. Pero ahora, Lucía, la modesta presidenta de una sucursal, se atrevía a presumir frente a él. Su ira era evidente y profunda.

—En mi opinión, tú eres el que está cansado de vivir—dijo Herminio fríamente mientras avanzaba con paso firme. —Genaro, te doy tres segundos para largarte de aquí. De lo contrario, enfrenta las