—¿Tío, necesitas algo más? — Carmen se volvió, preguntando con cierta perplejidad. Germán le lanzó una mirada que le pedía calma, luego se dirigió a el señor Rivera y dijo: —¡Papá, cálmate por favor!

—Christian me salvó la vida la última vez y, además, en la celebración ayudó indirectamente a evitar que el tío Segundo y su familia se apoderaran de la herencia. Ya sea que Carmen decida dejarlo o no, debemos recordar su bondad. En cualquier caso, ahora necesita que la familia Rivera lo ayude a promocionar sus medicinas. Ya sea por afecto o por otra razón, debemos ayudarlo— explicó Germán.

El señor Rivera se quedó sin palabras, aparentemente desconcertado. —Viejo, Germán tiene razón— Paloma lo afirmó. —Christian nos ha hecho un favor. No importa cuán cuestionable sea su comportamiento, no debemos devolverle mal por bien.

—Bien— el señor Rivera dudó por un momento, pero finalmente recuperó su total compostura. Christian necesitaba la ayuda de la familia Rivera en este momento, e ignorarlo