Luego, con la llegada de Carmen, el señor Rivera, Paloma y otros comenzaron a persuadir a Carmen y Christian para que rompieran. Sin embargo, Carmen ya había tomado su crucial decisión, y sin importar cuánto insistieran, ella se negaba a dejar a Christian.

Después de un par de horas de continuos consejos, todos estaban exhaustos y, al final, no lograron persuadirla.

—Carmen, ¿por qué eres tan terca?

—Tenemos muchos jóvenes talentosos en el sur, con tu apariencia y condiciones, estoy seguro de que encontrarías a un novio mejor y más adecuado para ti que Christian.

Viendo que Carmen no cedía, el señor Rivera estaba cada vez más enojado.

—Abuelo, por favor, deja de intentar convencerme.

—De todos modos, Christian no es la persona que imaginas. Pasamos por muchas dificultades para estar juntos. No voy a dejarlo en este momento— Carmen declaró con firmeza.

El señor Rivera estaba furioso pero impotente.

—Papá, déjalo quieto. Carmen tiene derecho a tomar sus propias decisiones. Si ella quiere