—¿Amanda acaso no me escuchas? —Carlos la llamó, pues tras hablar, ella no le respondió.Amanda tardó en reaccionar, apretando el celular con sus sudorosas manos.—Sí... Te escucho bien y discúlpame. Hablaré con Jorge, ya que Carlos de veras entiendo lo que dices. El sacrificio de un chivo expiatorio es necesario si de salvar a muchos estamos hablando...—No es para nada un sacrificio, protegeremos al cebo de forma razonable. Es un caso especial, y William ya no es solo un contrabandista cualquiera. Tanto Jorge como yo ya estamos retirados, y a veces tenemos que usar métodos digamos un poco no convencionales, de cualquier otra forma no tenemos ninguna otra opción...—Lo entiendo bien... hablaré con él.—Eres la única que verdaderamente puede convencerlo. Muchas gracias por tu ayuda.Amanda colgó y apoyada en la pared y sintiéndose sin fuerzas se deslizó lentamente hasta el suelo. No quería ser el cebo. No quería volver a pasar por algo tan macabro. Por eso incluso con la protección de
—¿Por qué carajos me apresuraste tanto? ¿Tienes alguna nueva idea?Javier estaba lleno de confusión, pero nunca se esperó que, al siguiente segundo, Jorge le lanzó un puño directo a la cara, dejándolo con la nariz escurriendo sangre y morada.—¿Qué coños estás haciendo?Carlos se asustó y rápidamente lo agarró para detenerlo. Javier, que estaba en el suelo, también estaba desconcertado:—Jorge, ¿te has vuelto loco?—¿Por qué le contaste todo a Amanda?—¿A mi cuñada? ¿Mi cuñada lo sabe entonces? ¿Cómo es eso posible? Yo no le he dicho nada. —Javier no lo sabía y comenzó a ponerse nervioso.—Si no fuiste tú, ¿entonces quién mierdas fue?—No culpes a Javier. Fue Amanda quien misma me llamó. Cuando salió el tema a relucir, lo mencioné de pasada, sugiriendo que te convenciera. ¿Entonces ya está ella de acuerdo? ¿Dónde está pues la víctima? ¿Ha explicado ya la situación? ¿Está entonces dispuesta a cooperar? —preguntó Carlos expectante.Al escucharlo, tanto Jorge como Javier se pusieron visib
Después de la conversación, Carlos y Javier se marcharon. Carlos la miraba con ojos de disculpa. Amanda sabía que apreciaban a Jorge como si fuese su propio hermano, y que, si hubieran sabido que la víctima era su esposa, nadie habría tomado una decisión así de precipitada. Todo había sido pura coincidencia, lo que demostraba que todo era parte del plan divino.Cuando se fueron, la casa se sumió en un silencio profundo, haciendo que la respiración de ambos se volviera difícil. Jorge la abrazó firmemente.—Sé que alguien tiene que sacrificarse, y yo ya estoy preparado para hacerlo en cualquier momento, pero no quiero que tú seas parte de eso.No podía imaginarse un día en el que Amanda le pasara algo por su culpa.—¿Qué pasa? ¿No me crees acaso capaz? —Amanda se giró, con una sonrisa cálida que iluminaba su rostro.Intentaba parecer despreocupada para consolar a Jorge, pero sus manos, que se cerraban en puños, la traicionaban, revelando su nerviosismo y miedo.—Jorge, todos estamos haci
Amanda estaba algo cansada y se sentó al borde de la piscina a dar pataditas en el agua. A sus espaldas, escuchó pasos. Alguien se acercaba.Su corazón se preguntaba si, ¿sería acaso William que, al verla sola, había decidido buscarla? Ahora, ella había pasado a ser la principal culpable de que varios de los secuaces de William estuviesen en prisión. Por eso para mantener él su credibilidad, tendría que sacarla del camino, aún si eso significaba correr riesgos a cuenta propia. Porque si no lo hacía, le sería difícil seguir siendo respetado. Los tipos con los que se codeaba eran malvados y retrecheros, pero en cuanto a lealtad concernían, esta era lo más importante de mantener. Solo respetaban a quien valoraba a los suyos propios, ya que ellos eran quienes estaban dispuestos a poner el pecho por su protección.Amanda bajó la voz y le preguntó:—Javier, ¿William se está acaso acercándose?—¡La cámara del jardín esta apagada, no podemos ver nada ahora mismo!Al escuchar esto, el corazón
William sintió el dolor del mordisco y la miró con rabia, pero no se salió de sus cabales, ni mucho menos la golpeo. En cambio, con su otra mano, apretó con fuerza la mandíbula de Amanda como si quisiera lastimarla a cambio de la mordida. Amanda, siempre de carácter fuerte, decidió que, incluso si le dislocaban la mandíbula, mordería con más fuerza.Ambos parecían fieras rapaces enfrentándose. Pero en ese momento, Jorge llegó apresurado.—Amanda, por favor suéltalo.Amanda, que hasta hace un momento parecía una fiera encendida, se apagó de golpe. Lo dejo de morder y, sin siquiera ponerse los zapatos, corrió directo hacia Jorge.William miró su mano ensangrentada y esbozó una sonrisa.—Señor policía, la mujer que usted tanto cuida es algo atrevida.Sus palabras parecían tener un tono de broma y reproche. Amanda frunció el ceño, mirándolo con asco.Jorge entrecerró los ojos, notando que la mirada de William tenía un matiz invasivo, como si hubiera despertado un interés en su presa. Dio u
—Hmm...Jorge respiraba aceleradamente y estaba listo para quitarle la ropa, pero en ese mismo instante escuchó la vos ronca de Carlos en su oído.—Jorge, sé que tienes prisa en terminar, pero no hay afán. No queríamos interrumpir, pero... aunque parece esto solo entre tu y ella, en realidad aquí habrá cuatro involucrados.El cuerpo de Jorge se tensó. Qué coño de suerte la que tenía, ¿cómo pudo haberse olvidado de las otras dos personas afuera? Llevaba un auricular, y Amanda tenía una cámara oculta.Y ese par... lo habrían visto todo.—¿Por qué paraste? —Amanda le lanzo una mirada inocente y necesitada. Estaba esperando su ayuda.—Primero, debo solucionar unos asuntos.Jorge se quitó uno de los auriculares. Amanda, al ver eso, sintió un escalofrió al darse de cuenta del error que acababa de cometer.—¡Ahhh!Gritó en voz alta. ¡Aún llevaba la estúpida cámara consigo!Por eso, todo lo que habían hecho y dicho seguro había sido visto por Javier y Carlos. ¿Cómo podría darles la cara a ello
Amanda casi que perdió el control y estuvo a punto de darle una bofetada, pero logró contenerse. Lo que no esperaba era que Jorge estuviera a punto de golpear a William.Rápidamente, le agarró la mano de forma instintiva.—¡Jorge, no lo hagas!Se apresuró a detenerlo.El otro solo quería provocarlo, igual que ellos querían forzar a William a cometer un error. Ambos tenían el mismo objetivo: quien no pudiera controlar su ira sería el primero en caer.No podía permitir por nada del mudo que Jorge se precipitara en la trampa de William.—Ese tipo de truquillos tan bajos puedo manejarlos yo misma —las palabras de Amanda lo tranquilizaron.Con la excusa de ofrecerle una copa, Amanda pisó con fuerza el zapato de William con sus tacones, provocando que él frunciera el ceño de dolor. A lo que ella prosiguió a inclinarse ligeramente y derramar toda la bebida sobre él.—¡¡Carajo, lo siento! No fue intencional...Amanda se cubrió los labios, fingiendo estar apenada, mientras seguía presionando su
El sencillo baile terminó, pero había un programa especial más adelante.—Por favor, pónganse máscaras iguales, separaremos a los caballeros y a las damas. ¡Todos tendrán que encontrar a su pareja lo más rápido posible, formar un dúo, y veremos si pueden encontrar a su compañero de baile!Amanda pensó que el programa era bastante interesante; básicamente, aquellos que subían a bailar solían tener algo de ambigüedad entre ellos. Ese evento de confraternización se asemejaba más a un gran mercado de citas. Amanda se puso la máscara.Pronto, las luces del escenario se encendieron de nuevo, y la multitud comenzó a moverse.—Señorita, ¿puedo invitarla a bailar?Varios hombres, enmascarados se pararon frente a ella. Amanda sentía que ninguno de ellos era Jorge, ya que no le transmitían esa sensación de tranquilidad. Rápidamente todos encontraron pareja, pero Amanda no vio a Jorge por ningún lado.Justo en ese momento, sonó su celular.—Ve al jardín.Amanda fue inmediatamente al jardín