Diana se sentía acorralada, Mark estaba muy cerca de ella, tenía una actitud provocadora, había sacado sus armas de seducción que seguramente no dudaría en utilizar para tener la comiendo de su mano, no obstante, para Diana su sola presencia era suficiente para sentir una profunda repulsión, con tan sólo recordar el daño que le había hecho a su querida amiga, le hervía la sangre y sentía ganas de sacarle los ojos, pero debía controlarse, era necesario si quería que su plan surtiera el efecto deseado. Por fortuna, el teléfono móvil de Mark sonó en forma oportuna, y aún cuando puso una cara de disgusto cuando vio de quién se trataba, se alejó de Diana y contestó la llamada.– Verónica, me agrada escucharte. – Mintió.– Pues no lo parece, tardaste en contestar, y ni siquiera te dignaste a enviarme un solo mensaje de texto para preguntarme cómo estamos tu hijo y yo, así que no vengas con tus acostumbrados cuentos, porque ya no te creo nada – Contestó fingiendo una molestia que por supuest
Henry se quedó pensativo tratando de descifrar el extraño comportamiento de Verónica, estaba seguro que detrás de ese rostro angelical se escondía una mujer totalmente distinta a lo que pretendía aparentar.Le había quedado claro que Verónica era capaz de todo con tal de conseguir lo que quería, y claro que no se creyó que solo quisiera deshacerse de Mark por amor a él, sino porque pensaba que Henry tenía un mejor estatus económico, y por supuesto que resultaba mucho más conveniente a sus intereses.No pensaba quedarse con la duda, así que decidió llamar a su amigo José Riviera, el cual era infalible cuando de investigaciones se trataba.Tengo una encomienda para ti, necesito que averigües que turbio secreto pudiera estar escondiendo nuestro nuevo prospecto – Le pidió.Cuenta con eso, las familias adineradas siempre tienen algo que ocultar – Contestó.- Seguro tiene que ver con sus padres, o tal vez algún hermano -.- A juzgar por lo que te dijo en su delirio, es probable que tu amorc
En el aire se sentía esa pasión que se desbordaba entre los dos, estaban tan cerca que sólo bastaba un instante para cruzar la barrera que tanto deseaban transitar. Ninguno quería decir nada para no romper la hermosa atmósfera que se estaba gestando, podían sentirse las respiraciones que se entrecortaban producto del intenso momento. Diana estaba allí, con el corazón desbocado y las pulsaciones al límite, y James, la miraba obnubilado pero sin saber qué hacer, en ese momento de nada le servía su astucia y su gran valentía, se había enfrentado a los peores delincuentes y había tenido en sus manos los casos más complicados, siempre tuvo el temple necesario para afrontarlo todo, no obstante, el amor era mucho más intimidante y abrumador que lo anteriormente expuesto. Estuvo apunto de abrir la boca, pero en ese momento se escuchó la voz de Edmund quién les anunciaba que tanto él como Alexandra se encontraban en la sala. El encanto se rompió, fue como si una pesada roca hubiese caído sobre
Para Natasha aquél encuentro había llegado como caído del cielo, él era el candidato ideal que ella tanto necesitaba para seguir conservando su estatus y el nivel al que siempre había estado acostumbrada, no le faltaba nada, pues siempre tenía buenos contratos, pero el momento de retirarse había llegado, y consideraba que sería mucho mejor si pudiera hacerlo casándose con un millonario que le resolviera la vida, era una mujer frívola después de todo, que se podía esperar de alguien a quien sólo le interesan los lujos, la vanidad, y la imagen. Lo miraba como hechizada, y no dejaba de insinuarle su interés, en el pasado no habría necesitado mucho para despertar sus instintos, pero en el presente, Alexandra ocupaba sus pensamientos y no tenía ojos para ninguna mujer que no fuera ella.– Sería bueno salir por ahí para ponernos al día querido, hace tanto tiempo que no nos vemos qué resultaría interesante poder hacer algo juntos – Propuso.Adam no quería ser descortés, pero tampoco tenía la
Henry había encontrado el arma que le abriría todas las puertas, ese secreto le aseguraría un gran futuro dentro de la familia Cooper, en cuanto su amigo le había confirmado las sospechas que había tenido acerca de la verdadera esencia de Verónica, Empezó a maquinarlo todo para ver de qué manera presionar las cosas para deshacerse de Mark y poder contraer matrimonio con la mujer que se convertiría en una mina de oro para el.– Ahora tienes que encontrar a Alexandra Cooper amigo, si lo logras tendremos el arma definitiva en nuestras manos –.– No sabemos si esté viva, después de aquél incendio, lo más probable es que haya muerto, y que por alguna razón Verónica lo esté ocultando – Explicó.– Entonces debemos encontrar todo lo que nos lleve a descubrir el secreto por completo, necesitamos tener el control absoluto, de esa manera, Verónica hará lo que yo quiera y podré disponer a mi antojo de esa cuantiosa fortuna – Señaló.– Sabes que para esas cosas soy infalible, Henry, pero por ahora
Ese día se había convertido en una verdadera pesadilla para Alexandra, no había parado de recibir malas noticias; pues desde que James le había dicho que Charles y Margaret saldrían libre ella no hacía más que darle vueltas a la cabeza para encontrar una solución para por fin terminar con ese terrible tormento. sentía que el único capaz de calmar esa incertidumbre era Adam, por lo que decidió llamarlo. sólo se oía como el teléfono sonaba, pero no tuvo ninguna respuesta así qué terminó por darse por vencida. Las lágrimas empezaron a salir a borbotones, no podía evitar sentir una gran soledad, el mundo se le estaba cayendo encima y se sentía sumamente desprotegida; por una parte, esos dos seres tan repulsivos estaban libres, y por el momento no existía nada que pudieran hacer para cambiarlo; James que había dicho que él se encargaría del caso, pero a cómo estaban las cosas, ya no le quedaban muchas esperanzas. Necesitaba tranquilizarse, así que respiro profundo y trato de concentrarse,
Adam tocó la puerta insistentemente pero Alexandra no contestó, entonces decidió entrar; seguro ella estaría durmiendo debido al malestar que sentía y era por eso que no se dio cuenta de que la estaban llamando.Mariana, amor ¿Estás bien? – Preguntó Adam preocupado.La buscó por toda la habitación pero ella no estaba y una serie de sentimientos encontrados lo embargaron.Regresó a la sala, se veía bastante contrariado, lo único que deseaba era salir corriendo a buscarla, no quería que pasara más tiempo sin poder aclarar las cosas.- Gerald, Stella, regreso en un rato - Les dijo.- ¿A dónde vas, papi? – Preguntó la niña.- Voy a buscar a Mariana mi amor, regreso en un rato -.Adam se despidió de su hija y se fue a casa de Edmund, era el único lugar al cual ella iría, después de todo allí estaba su hermana, y aún cuando posiblemente Diana estuviese en el trabajo ella la esperaría para contarle como se sentía.El tráfico estaba insufrible y Adam comenzaba a perder la paciencia, anhelaba
Todos en la casa estaban desesperados, Alexandra había desaparecido y lo peor es que no tenían ni la menor idea de dónde buscarla. Adam estaba empezando a perder la cordura, caminaba por todo el estudio tratando de pensar en cuál pudiera ser el paradero de su novia.–Debo ir a buscar a Diana, tal vez ella pueda darme un indicio de dónde encontrar a Mariana – Dijo de repente.Edmund y Jennifer se miraron, sabían que no podían decirle dónde estaba, pues eso sería como delatar a Alexandra, no sabían qué hacer, pues estaban seguros de qué el insistiría hasta obtener una respuesta.– No te precipites, Adam, estoy seguro que ella regresará en cualquier momento, no debemos perder la cabeza, en estos casos es mejor pensar con la cabeza fría – Sugirió.Adam emitió un suspiro profundo, pues no entendía porque todos estaban tan tranquilos cuando él se moría de la desesperación.– Si no vuelve dentro de un rato, entonces le avisaré a James, él sabrá qué hacer – Propuso Jennifer.– ¿Y por que no l