Todo estaba preparado para el viaje de Adam, en tan sólo dos días debería partir hacia Nueva York para encargarse de supervisar los preparativos para la inauguración de su nuevo hotel. Tal como Alexandra le había dicho, en la residencia de los Parker le tenían preparada una pequeña reunión de despedida. Cada integrante de la casa puso de su parte para ayudar con la organización, la tía Jennifer se había lucido en preparar postres y comidas deliciosas para amenizar el evento. Muy temprano, aprovechando que Adam tenía que ir a la oficina, Alexandra partió a la mansión acompañada de la pequeña Isabella, la cual estaba encantada ayudando a prepararlo todo para la fiesta de su papá.– A ver mi corazón, quiero que me ayudes a decorar estas galletas – Le dijo la tía Jennifer.–Sí, yo quiero decorarlas todas– Dijo la niña completamente emocionada.– Sólo que debes tener un poco de cuidado porque aún están calientes, y si no te fijas bien, podrías quemarte – Indicó.– No te preocupes tía, yo y
Todos estaban bastante animados en la fiesta, la comida de la tía Jennifer había causado sensación, pues Adam jamás había recibido tantas atenciones, se sentía como en casa, cobijado bajo la salas de una verdadera familia.– Señora Jennifer, déjeme felicitarla, ya veo que todos tenían razón, qué comida más deliciosa, muchas gracias por prepararla – Dijo Adam.– Lo hice con mucho cariño, hijo, y me alegra que te guste – Contestó ella– Nosotros estamos felices con ella, es como si fuera la mamá de todos – Comentó el inspector.– Eso veo, ¿Y cómo fue que tú los conociste, James? – Preguntó a Adam provocando el asombro de los presentes.– Yo se los presenté, y a partir de ese momento simpatizamos, luego ayudó al señor Parker con un problema muy fuerte que tuvo y fue así como se volvió parte de esta familia – Intervino Diana salvando la situación.– En efecto, una vez que llegas aquí, te vuelves parte de ellos, y por supuesto ya no quiere salir, esta familia a pesar de no compartir lazos
Antes de qué Diana se fuera rumbo a las empresas Cooper, Alexandra llegó , la había intrigado mucho la llamada de la joven enfermera, sabía qué Diana sin duda habría descubierto un gran hallazgo, pero a la vez se sentía aterrada puesto que ese hallazgo sería algo que perjudicaría a la empresa a la que tanto cariño le tenía.– Qué bueno que pudiste venir a Alexandra, necesitas revisar estos documentos, aquí está la prueba fehaciente de qué Mark y Verónica están haciendo un mal uso de la compañía de tu padre – Le explico Diana.Ella tomó en sus manos los documentos y comenzó a leerlos minuciosamente, y tal como Diana le había dicho, había un enorme faltante de dinero, lo cual estaba empezando a perjudicar seriamente las finanzas de la empresa, desequilibrándola por completo, con la necesidad de buscar una estrategia que pudiera sacarla del agujero en el que esos desalmados habían metido a la compañía que por tantos años le costó construir a su familia.– Son unos desgraciados, ¿Cómo pud
Había llegado el momento de la despedida, y en el ambiente se sentía una profunda nostalgia, pues sería un mes completo en el que debían estar separados, y eso los entristecía profundamente. Por los parlantes del aeropuerto se escuchó el llamado hacia la sala de abordar, donde Adam tomaría su vuelo rumbo a Nueva York. Antes de irse, tomó a su hija en brazos y le dio un gran beso en la mejilla, a pesar de qué la niña amaba a su papá, no le resultaba extraño separarse de él, puesto qué en repetidas ocasiones estas cosas pasaban y la pequeña ya estaba acostumbrada.– Te prometo que te llamaré todas las noches princesa, te quedas con Mariana, quiero que la obedezcas en todo, se buena, mi niña –.– No sé si podré separarme de ti, cada momento que pase te extrañaré – Susurró.– Estaremos en contacto, mi amor, trata de concentrarte, porque sé que vas a triunfar como siempre, cuídate sí – Le pidió ella.Se unieron en un largo beso que no querían que terminara jamás, el alma del uno y del otro
Diana se sentía acorralada, Mark estaba muy cerca de ella, tenía una actitud provocadora, había sacado sus armas de seducción que seguramente no dudaría en utilizar para tener la comiendo de su mano, no obstante, para Diana su sola presencia era suficiente para sentir una profunda repulsión, con tan sólo recordar el daño que le había hecho a su querida amiga, le hervía la sangre y sentía ganas de sacarle los ojos, pero debía controlarse, era necesario si quería que su plan surtiera el efecto deseado. Por fortuna, el teléfono móvil de Mark sonó en forma oportuna, y aún cuando puso una cara de disgusto cuando vio de quién se trataba, se alejó de Diana y contestó la llamada.– Verónica, me agrada escucharte. – Mintió.– Pues no lo parece, tardaste en contestar, y ni siquiera te dignaste a enviarme un solo mensaje de texto para preguntarme cómo estamos tu hijo y yo, así que no vengas con tus acostumbrados cuentos, porque ya no te creo nada – Contestó fingiendo una molestia que por supuest
Henry se quedó pensativo tratando de descifrar el extraño comportamiento de Verónica, estaba seguro que detrás de ese rostro angelical se escondía una mujer totalmente distinta a lo que pretendía aparentar.Le había quedado claro que Verónica era capaz de todo con tal de conseguir lo que quería, y claro que no se creyó que solo quisiera deshacerse de Mark por amor a él, sino porque pensaba que Henry tenía un mejor estatus económico, y por supuesto que resultaba mucho más conveniente a sus intereses.No pensaba quedarse con la duda, así que decidió llamar a su amigo José Riviera, el cual era infalible cuando de investigaciones se trataba.Tengo una encomienda para ti, necesito que averigües que turbio secreto pudiera estar escondiendo nuestro nuevo prospecto – Le pidió.Cuenta con eso, las familias adineradas siempre tienen algo que ocultar – Contestó.- Seguro tiene que ver con sus padres, o tal vez algún hermano -.- A juzgar por lo que te dijo en su delirio, es probable que tu amorc
En el aire se sentía esa pasión que se desbordaba entre los dos, estaban tan cerca que sólo bastaba un instante para cruzar la barrera que tanto deseaban transitar. Ninguno quería decir nada para no romper la hermosa atmósfera que se estaba gestando, podían sentirse las respiraciones que se entrecortaban producto del intenso momento. Diana estaba allí, con el corazón desbocado y las pulsaciones al límite, y James, la miraba obnubilado pero sin saber qué hacer, en ese momento de nada le servía su astucia y su gran valentía, se había enfrentado a los peores delincuentes y había tenido en sus manos los casos más complicados, siempre tuvo el temple necesario para afrontarlo todo, no obstante, el amor era mucho más intimidante y abrumador que lo anteriormente expuesto. Estuvo apunto de abrir la boca, pero en ese momento se escuchó la voz de Edmund quién les anunciaba que tanto él como Alexandra se encontraban en la sala. El encanto se rompió, fue como si una pesada roca hubiese caído sobre
Para Natasha aquél encuentro había llegado como caído del cielo, él era el candidato ideal que ella tanto necesitaba para seguir conservando su estatus y el nivel al que siempre había estado acostumbrada, no le faltaba nada, pues siempre tenía buenos contratos, pero el momento de retirarse había llegado, y consideraba que sería mucho mejor si pudiera hacerlo casándose con un millonario que le resolviera la vida, era una mujer frívola después de todo, que se podía esperar de alguien a quien sólo le interesan los lujos, la vanidad, y la imagen. Lo miraba como hechizada, y no dejaba de insinuarle su interés, en el pasado no habría necesitado mucho para despertar sus instintos, pero en el presente, Alexandra ocupaba sus pensamientos y no tenía ojos para ninguna mujer que no fuera ella.– Sería bueno salir por ahí para ponernos al día querido, hace tanto tiempo que no nos vemos qué resultaría interesante poder hacer algo juntos – Propuso.Adam no quería ser descortés, pero tampoco tenía la