Ante la presencia de Paolo, Alessandro estaba seguro que todo se iba a convertir en un completo caos, fuera de aquella competencia invisible, Paolo era un hombre que se encargaba de armar una guerra en cuestión de segundos debido a su astucia y manera sagaz de deshacerse de las personas que no le convenía para sus planes. —¿Paolo es tu primo verdad? —preguntó Sophia y él asintió levemente con su cabeza. Sin darle tiempo a Alessandro para que fuera a recibirlo Paolo hizo presencia, con quien se encontró de frente fue con Sophia, sin tomarse la molestia de disimular el escaneó el cuerpo de la esposa de su primo con la mirada, luego dibujó una sonrisa de medio lado, la cual no tenía nada de agrado.—No puedo decir que luces diferente —ante su comentario Sophia rodó los ojos—. Porque estás igual que la última vez que te vi, aún me pregunto de dónde carajos te sacó mi primo, gorda de feria —habló manteniendo aquel tono con el que él solía burlarse de las personas. —Lo mismo digo yo, sig
Sophia al notar que Alessandro no deseaba reaccionar, se cruzó de brazos y gruñó. —¿Así que aquí quedarán todas tus promesas? —aquella pregunta por parte de Sophia hizo que Alessandro reaccionara.«Mis promesas, eso quiere decir que aún está interesada en mí, pero lo que menos quiero es que se de cuenta la clase de persona que en realidad soy cuando pierdo el control, así que me tendré que deshacer de ella para atender a mi primo como se merece», pensó Alessandro al conectar la mirada con la de ella. —Necesito hablar con él a solas, por favor sal un momento, igual mi primo no se demorará con su visita —aseguró Alesandro causando que Paolo sonriera.—No asegures sobre lo que no sabes, me agrada estar de regreso en este lugar y no quiero irme tan pronto —comentó Paolo y luego guardó silencio. —Por favor sal de este lugar, necesito hablar con mi primo y espero que no sea interrumpido —Sophia levantó una de sus cejas y luego se dio vuelta saliendo molesta de allí.La presencia de Paolo
Luego de haber hablado con Alessandro, Paolo se retiró de la oficina de presidencia, al llegar a la recepción se encontró de frente con Sophia, ella no se tomó la molestia en evitarlo, simplemente le hizo una mala mirada. —Nos veremos pronto Sophia, te sugiero que mantengas los ojos bien abiertos porque Alessandro no es hombre de una sola mujer, y más si se trata de alguien como tú, ¿realmente crees que él está contigo porque ha encontrado algo en ti que le pueda gustar? »Alessandro se debe sentir extraño al estar al lado de una mujer... muy rellena de amor, ya que él estaba acostumbrado a tener las mujeres más sexys —Paolo pensó que con sus palabras iba a conseguir que Sophia se sintiera mal.—Para tu información estamos muy enamorados y dentro de poco tendremos a nuestro hijo, y cuando eso suceda te vamos a invitar para que te mueras de envidia —correspondió Sophia.—Mejor me retiro, tengo cosas más importantes que hacer como para perder el tiempo al ponerle cuidado al hipopótamo
En el interior de la prisión de máxima seguridad se encontraba Noah junto con su hermano James, habían pasado unas largas horas de castigo luego de que se enfrentaron en contra de una pandilla que manejaba los negocios en el interior de la prisión y ellos decidieron no hacer parte de ello. —Nuevamente me has llevado por el peor camino, los últimos trabajos no han salido nada bien, estúpidamente terminé aceptando regresar nuevamente a tu lado pensando que esta vez iba a ser diferente, pero ya me doy cuenta que tú no me traes buena suerte, siempre estás enredándome en tus asuntos de los cuales nunca salimos bien librados. »Tendremos que pasar varios años en este mugroso lugar, claro está si la pandilla que maneja este lugar nos deja con vida —reclamó James a su hermano lamentando lo que estaba viviendo. —Estás aquí por tu propia cuenta —respondió Noah mientras se encontraba recostado contra la reja llevando la mirada a su alrededor estando alerta ante un posible ataque—. Te encanta
Alessandro luego de darle unas cuantas órdenes a Daniele salió de la empresa acompañado de dos de sus hombres, su rostro era firme y su mirada vacía, regresar a su vida pasada era algo que le costaba trabajo luego de haber vivido algo único y diferente junto a Sophia.Subió a su auto con destino a la propiedad, siendo escoltado por dos de sus mejores hombres, allí iba a tomar los hombres suficientes para ir en búsqueda de Carlo, acabar con aquel desgraciado era cuestión de honor, Alessandro no podía permitir que su abuelo llegará a sufrir algún tipo de ataque, lo quería como si fuera su propio padre. Mientras que iba de camino en lo único que podía pensar era en Sophia, había cometido demasiados errores en el pasado y lamentaba haber actuado de aquella manera fría y arrogante contra ella, ahora la amaba de una manera tan fuerte que ya nada más le importaba. Mientras tanto, en el interior de la oficina de presidencia se encontraba una mujer envuelta en el llanto, a pesar de que Sophi
Una semana más tarde.El estado de salud de Alessandro es bastante delicado, Sophia ha estado pendiente, pero no le permiten el ingreso a la habitación donde él se encuentra.Los doctores le han recomendado a Sophia que trate de continuar con su rutina habitual ya que la recuperación de Alessandro no será nada fácil, Daniele ha puesto un hombre en el hospital para que cuiden de su jefe. Sophia vive un tremendo vacío ante la ausencia de Alessandro, para estar bien se ha aferrado a pensar que pronto estará de regreso el hombre que ama con todas sus fuerzas, a diario va a la empresa de su padre, los negocios continúan sin importar la tragedia que ella está viviendo y la congestión de trabajo es demasiado.Estando allí sentada en su silla saturada de trabajo de un momento a otro se detuvo, levantó la cabeza y fijó la mirada en el vacío mientras que un fragmento que había salido de la boca de Paolo irrumpió con tranquilidad.“Me agrada estar de regreso en este lugar”.Aquellas palabras pa
En la ausencia de Alessandro Sophia no sonreía con nadie, por supuesto lo único que buscaba era darle celos, pero ante la gravedad del asunto todo aquello había quedado en el olvido, trataba a los clientes de la empresa con respeto y distancia, la acumulación de trabajo había causado que ella tuviera que trabajar mucho más tiempo.Sophia se sentía agotada, pero sabía que no había tiempo para tomarse un receso la empresa la necesitaba ahora más que nunca; era un día frío y mientras que se tomaba una buena taza de café a diario revisaba los videos de las cámaras de vigilancia.Sophia se había propuesto rastrear minuciosamente días atrás de la muerte de sus padres, necesitaba cerciorarse si por algún lugar Paolo aparecía ingresando a la oficina de su padre. Recordaba las palabras que salieron de la boca de Paolo aquel día, y desde entonces con frecuencia llegaban a su cabeza, y más ahora que desconfiaba plenamente de él. —Tengo fuertes sospechas que Paolo ya estuvo aquí, y si lo llego
Luego de que Sophia hiciera aquella pregunta, Paolo se quedó estático junto al lado de la licorera, para romper el silencio dio unos largos sorbos a su vaso buscando la respuesta correcta, mientras que Sophia lo fulminaba con la mirada. —Nunca antes había estado en este lugar, nunca conocí a tu padre, ni creo que lo pueda llegar a conocer, según los rumores afirman que él perdió la vida tiempo atrás —respondió Paolo con tranquilidad mostrándose con expresiones falsas en su rostro. —¡Mientes!, estoy completamente segura que tú estuviste reunido con mi padre el día en el que él sufrió el accidente, tú no me agradas ni tampoco confío en ti —habló Sophia mostrando molestia.Paolo frunció el ceño y tensó la mandíbula, lanzó con fuerza el vaso que sostenía en la mano contra la pared, luego avanzó dando pasos cortantes en dirección de Sophia.—Tú tampoco me agradas, ¿cómo la ves? —con cada paso que Paolo daba la respiración de Sophia se agitaba, su mirada inspiraba terror, en medio de su m