En el interior de la prisión de máxima seguridad se encontraba Noah junto con su hermano James, habían pasado unas largas horas de castigo luego de que se enfrentaron en contra de una pandilla que manejaba los negocios en el interior de la prisión y ellos decidieron no hacer parte de ello. —Nuevamente me has llevado por el peor camino, los últimos trabajos no han salido nada bien, estúpidamente terminé aceptando regresar nuevamente a tu lado pensando que esta vez iba a ser diferente, pero ya me doy cuenta que tú no me traes buena suerte, siempre estás enredándome en tus asuntos de los cuales nunca salimos bien librados. »Tendremos que pasar varios años en este mugroso lugar, claro está si la pandilla que maneja este lugar nos deja con vida —reclamó James a su hermano lamentando lo que estaba viviendo. —Estás aquí por tu propia cuenta —respondió Noah mientras se encontraba recostado contra la reja llevando la mirada a su alrededor estando alerta ante un posible ataque—. Te encanta
Alessandro luego de darle unas cuantas órdenes a Daniele salió de la empresa acompañado de dos de sus hombres, su rostro era firme y su mirada vacía, regresar a su vida pasada era algo que le costaba trabajo luego de haber vivido algo único y diferente junto a Sophia.Subió a su auto con destino a la propiedad, siendo escoltado por dos de sus mejores hombres, allí iba a tomar los hombres suficientes para ir en búsqueda de Carlo, acabar con aquel desgraciado era cuestión de honor, Alessandro no podía permitir que su abuelo llegará a sufrir algún tipo de ataque, lo quería como si fuera su propio padre. Mientras que iba de camino en lo único que podía pensar era en Sophia, había cometido demasiados errores en el pasado y lamentaba haber actuado de aquella manera fría y arrogante contra ella, ahora la amaba de una manera tan fuerte que ya nada más le importaba. Mientras tanto, en el interior de la oficina de presidencia se encontraba una mujer envuelta en el llanto, a pesar de que Sophi
Una semana más tarde.El estado de salud de Alessandro es bastante delicado, Sophia ha estado pendiente, pero no le permiten el ingreso a la habitación donde él se encuentra.Los doctores le han recomendado a Sophia que trate de continuar con su rutina habitual ya que la recuperación de Alessandro no será nada fácil, Daniele ha puesto un hombre en el hospital para que cuiden de su jefe. Sophia vive un tremendo vacío ante la ausencia de Alessandro, para estar bien se ha aferrado a pensar que pronto estará de regreso el hombre que ama con todas sus fuerzas, a diario va a la empresa de su padre, los negocios continúan sin importar la tragedia que ella está viviendo y la congestión de trabajo es demasiado.Estando allí sentada en su silla saturada de trabajo de un momento a otro se detuvo, levantó la cabeza y fijó la mirada en el vacío mientras que un fragmento que había salido de la boca de Paolo irrumpió con tranquilidad.“Me agrada estar de regreso en este lugar”.Aquellas palabras pa
En la ausencia de Alessandro Sophia no sonreía con nadie, por supuesto lo único que buscaba era darle celos, pero ante la gravedad del asunto todo aquello había quedado en el olvido, trataba a los clientes de la empresa con respeto y distancia, la acumulación de trabajo había causado que ella tuviera que trabajar mucho más tiempo.Sophia se sentía agotada, pero sabía que no había tiempo para tomarse un receso la empresa la necesitaba ahora más que nunca; era un día frío y mientras que se tomaba una buena taza de café a diario revisaba los videos de las cámaras de vigilancia.Sophia se había propuesto rastrear minuciosamente días atrás de la muerte de sus padres, necesitaba cerciorarse si por algún lugar Paolo aparecía ingresando a la oficina de su padre. Recordaba las palabras que salieron de la boca de Paolo aquel día, y desde entonces con frecuencia llegaban a su cabeza, y más ahora que desconfiaba plenamente de él. —Tengo fuertes sospechas que Paolo ya estuvo aquí, y si lo llego
Luego de que Sophia hiciera aquella pregunta, Paolo se quedó estático junto al lado de la licorera, para romper el silencio dio unos largos sorbos a su vaso buscando la respuesta correcta, mientras que Sophia lo fulminaba con la mirada. —Nunca antes había estado en este lugar, nunca conocí a tu padre, ni creo que lo pueda llegar a conocer, según los rumores afirman que él perdió la vida tiempo atrás —respondió Paolo con tranquilidad mostrándose con expresiones falsas en su rostro. —¡Mientes!, estoy completamente segura que tú estuviste reunido con mi padre el día en el que él sufrió el accidente, tú no me agradas ni tampoco confío en ti —habló Sophia mostrando molestia.Paolo frunció el ceño y tensó la mandíbula, lanzó con fuerza el vaso que sostenía en la mano contra la pared, luego avanzó dando pasos cortantes en dirección de Sophia.—Tú tampoco me agradas, ¿cómo la ves? —con cada paso que Paolo daba la respiración de Sophia se agitaba, su mirada inspiraba terror, en medio de su m
Mientras que Sophia apuntaba directo a la cabeza de Paolo, él simplemente mostraba tranquilidad.—El exceso de grasa que hay en tu cuerpo ha afectado tu cerebro —comentó Paolo—. Baja ya la maldita pistola, porque no lograrás conseguir nada, si acabas con mi vida estarás desatando la furia del abuelo, tu vida tendría un cronómetro con tiempo limitado de tu existencia, y todo será tan cruel que tendrás que morir de la peor manera por haberte metido con la familia más poderosa. —Ya no le tengo miedo a la muerte, Alessandro es todo lo que me queda y si él muere ya no tendría por quien vivir, y aunque te esfuerces en demostrar que no tienes miedo, en tu interior sabes que tienes más que perder de lo que presumes —habló Sophia mientras que su mano temblaba. —Baja la maldita pistola o me veré obligado a acabar con tu vida —aseguró Paolo. —Eso no sucederá, una vez que intentes levantar tu mano abriré fuego en tu contra, he prometido vengar la muerte de mis padres y la hora ha llegado —por
Sophia en compañía de Daniele y otros cuántos hombres se dirigieron al hospital, al llegar allí ella descendió del auto y fue a toda prisa hacia el interior, las enfermeras de inmediato la reconocieron y la acompañaron hasta la habitación donde se encontraba Alessandro. Al llegar a la puerta conectaron sus miradas, él le brindó una sonrisa y de inmediato Sophia se acercó a la cama, con el mayor de los cuidados lo abrazó, unas cuantas lágrimas rodaron por sus mejillas mientras que con sus manos acarició su rostro.—¡Creí que te iba a perder! —exclamó ella rompiendo en llanto—. Ante el simple hecho de contemplar que tendría que estar sola era una tortura, los médicos quedaron sorprendidos porque sobreviviste luego de aquel impacto, después de tanta desgracia el hecho de que estés con vida es un regalo. —¡Sophia!, mi vida, mi amor —habló Alessandro en voz baja—. No quiero estar lejos de ti, aunque no me des el hijo que necesito quiero estar a tu lado por el resto de mi vida, tu compañí
Un mes más tarde.Sophia como pudo logró convencer a Alessandro para que guardara reposo y así hacer que se recuperara satisfactoriamente, sus heridas fueron bastante graves, pero él actuaba como si no sintiera dolor.Luego de que le dieron de alta, él salió del hospital sintiéndose un hombre nuevo, a pesar de las cicatrices que quedaron en su cuerpo se sentía afortunado al tener a su lado una esposa como Sophia, el hecho de estar de regreso a casa Alessandro se sentía como un pequeño destapando los regalos de Navidad.—Eres el amor de mi vida, no podría estar más feliz de lo que lo estoy ahora, definitivamente me siento diferente, siento deseos de renunciar a mi vida pasada y poder estar a tu lado como un hombre normal sin la responsabilidad que he tenido que cargar por largos años sobre mis hombros—comentó Alessandro mientras que acariciaba la mano de Sophia.—Si lo llegaras a hacer sería la mujer más feliz del mundo, te tendría solo para mí, compartiremos el lugar más amoroso del m