Luego de aquella noche caótica, Sophia se sentía feliz y agradecida con la compañía de Alessandro, la expresión en el rostro de Amelia al notar la presencia de Sophia fue lo que más disfruto, claro está que para ella lo que no podía salir de su cabeza fue la reacción por parte de Alessandro cuando Noah intentó ultrajarla frente a todos los invitados. Alessandro retiró su ropa y fue a la cama, mientras que Sophia se encontraba enfrentándose con unos cuantos sentimientos encontrados, detestaba a Alessandro, pero luego de haberlo visto en la forma en que la defendió todo para ella cambió.Sophia tomó en su mano el pijama e ingresó al baño, por primera vez se sintió bien al estar frente al espejo, se sentía en confianza con Alessandro y algo nuevo estaban naciendo en su interior, no sabía cómo explicarlo, ya que aquel sentimiento había emergido de la nada y sin su consentimiento.A solas dibujó una sonrisa traviesa en su rostro, retiró aquel vestido y colocó aquel pijama desplegado sobre
Alessandro quedó completamente sorprendido ante la acción de Sophia, no podía creer que aquella gorda que tenía congelado su motor de la pasión estuviera besando su boca, pero él no podía perder la oportunidad para conseguir su fin. Al fin y al cabo a él no le importaba si lo estaba haciendo por las aventuras que habían tenido, o porque le recordaba algún momento del pasado, Alessandro llevó sus brazos musculosos alrededor de su cuerpo, aquello era algo nuevo para Alessandro, pero su mente la mantuvo puesta en obtener la corona de su abuelo sin importar lo que tuviera que hacer. Alessandro llevó sus manos hasta sus enormes glúteos, ejerció leve presión y ella de inmediato soltó un suave gemido, Sophia cerró los ojos y besó con loca pasión a Alessandro, él se dejó llevar por el momento, el olor que emergió de ella era dulce como si estuviera abrazando una bolsa de golosinas.En su cuello no se sentía el mismo aroma de aquellas mujeres con las que había compartido la cama, su aroma er
Una semana más tarde.Luego de aquel momento en el que estuvieron próximos de tener intimidad, Sophia ha actuado de manera distante con Alessandro, trata de evitarlo a tiempo completo, si por algún motivo ella se dirige hacia algún lugar de la casa y él se encuentra allí de inmediato se regresa. Las noches se han convertido en una completa tortura, ella se ha empeñado en apagar las luces y se opone rotundamente cuando él intenta encenderlas, debido a su manera de actuar Alessandro ha optado por salir a hacer sus negocios para estar un poco lejos de la propiedad y darle tiempo a Sophia para que piense con claridad sobre su manera de actuar. A pesar de que él no es un hombre al cual le interesan los sentimientos de los demás personas, por más que quisiera con Sophia no quisiera demostrar la clase de hombre que es en realidad.A pesar de que en aquella noche no terminaron teniendo intimidad, Alessandro lo había disfrutado al máximo, no podía dejar de pensar en los sonidos y expresiones
Alessandro luego de haber escuchado aquellas palabras dio unos cuantos pasos atrás con la yema de sus dedos frotó de su frente, paciencia era algo que él no tenía ni lograba conseguir, pero con ella estaba a punto de llegar a su límite. —Muy bien entonces te escucho, ya me estoy cansando de esta situación y lo que más quiero es terminar de una buena vez, si fuera por mí claramente esta situación nunca se estaría dando, aunque no lo creas he sido bueno contigo, pero una mala decisión mandara todo al carajo, no te sientas afortunada de que tengas frente a ti a un hombre como yo pidiendo que te le des un hijo.»Pero soy capaz de hacer cualquier cosa únicamente para que mi primo no se quede con todo, maldita sea mi suerte, ya metí las patas no tendré de otra salida más que hacer que esta mierda funcione, durante mi vida nada me ha quedado grande y esta no será la primera ocasión, así que pon las cartas sobre la mesa y sé clara, porque no tendrás una segunda oportunidad para querer hacer
Aquella noche fue la más larga y vacía que tuvo que pasar Sophia, se sentía atemorizada ante las acciones que fuera a tomar Alessandro en su contra, a cada instante giraba su cuerpo y fijaba la mirada al otro costado de la cama en búsqueda de su esposo, pero aquella noche Alessandro decidió pasarla en el estudio.Aquel cambio repentino por parte de Sophia fue un golpe bastante bajo, jamás llegó a imaginar que ella le fuera a salir con ese tipo de jugada maestra, o quizá lo que más le dolía era su ego, durante toda su vida nadie se había rehusado a tener intimidad con él, las mujeres caían redondas ante de su físico, poder o por el dinero.Pero la manera en la que ella se expresaba al contemplar tener intimidad con él le dejaba claro que lo detestaba con todas sus fuerzas, Alessandro bebió sin control alguno al haber sido rechazado por una mujer, a pesar de que para él lo único importante era que le diera aquel hijo, no podía dejar de preguntarse si sus encantos de galán habían termina
Una semana más tarde.Sophia se encuentra demasiado triste luego de la inseminación artificial, los roces con Alessandro son demasiado fuertes, no pierden la oportunidad para discutir, el cambio que hay en él es bastante notorio, ya ni siquiera la soporto y permanece distante. Se comporta con ella como normalmente lo haría con alguien que no le interesa, Sophia lo observa a distancia sin acercarse lo suficiente para evitar dolores de cabeza, Sophia se siente frustrada y rechazada al estar en el interior de la propiedad de Alessandro, así que decidió salir a cenar a un lujoso restaurante.El dinero ya no era impedimento para que ella pudiera adquirir lo que deseara, Alessandro le había facilitado fondos ilimitados y ella estaba disfrutando de aquel beneficio; en aquel lugar solo se podía ingresar con reservas anticipadas; Sophia había aprendido de Alessandro que con dinero todo se podía arreglar. Ofreció unos cuantos billetes al recepcionista y él la ubicó en una mesa justo al lado d
“Nueva York”Sophia se encontraba en la oficina trabajando como siempre lo solía hacer, hasta que una llamada que le comunicó la asistente interrumpió sus labores.—Hola —respondió ella mientras recostó la espalda en la silla.—Soy el detective Oliver Davis, ¿me estoy comunicando con la familia Adams? —Sophia arrugó sus cejas ya que no lograba comprender cuál era el motivo de aquella llamada. —Así es, ¿en qué le puedo ayudar? —preguntó ella al instante. —Lamento darle esa terrible noticia, pero el señor y la señora Adams han perdido la vida en un terrible accidente. Luego de escuchar aquellas palabras el rostro de Sophia cambió repentinamente, ella sentía que el aire se agotaba y respirar le costaba. Esas palabras se repetían una y otra vez en su cabeza.—¿Qué?, pero... ¿qué ha dicho? —preguntó ella con sorpresa mientras se levantó de la silla—. Es imposible y difícil de creer, hace unos pocos minutos ellos estuvieron conmigo —aseguró Sophia con sus ojos húmedos. —No le miento, en
“Palermo - Italia”En el interior de la propiedad de la familia Morelli todos se encontraban agitados, ya que en el lugar se iba a llevar a cabo una reunión bastante importante y muy decisiva que afectaría el futuro de todos, en aquella familia tan poderosa se encontraba al frente Vittorio Morelli, un hombre de 67 años quien estaba próximo de perder la vida debido a su vejez.—Darío, Darío... —llamó con poca fuerza Vittorio a su abogado y hombre de confianza. —Sí señor, lo escucho estoy aquí a su lado —respondió Darío y se levantó de inmediato de aquel cómodo sofá donde acompañaba de manera fiel a su jefe. —Ayuda a levantarme de esta cama, quiero que cuando ellos lleguen me encuentren en la sala y no vean el deterioro de mi estado de salud —Darío asintió y de inmediato llamó a otros cuantos hombres para que se hicieran cargo de la orden del jefe. Unos cuantos minutos más tarde en la puerta principal se encontraban autos de lujo, del interior descendieron varios hombres, quien se en