Una semana más tarde.Sophia se encuentra demasiado triste luego de la inseminación artificial, los roces con Alessandro son demasiado fuertes, no pierden la oportunidad para discutir, el cambio que hay en él es bastante notorio, ya ni siquiera la soporto y permanece distante. Se comporta con ella como normalmente lo haría con alguien que no le interesa, Sophia lo observa a distancia sin acercarse lo suficiente para evitar dolores de cabeza, Sophia se siente frustrada y rechazada al estar en el interior de la propiedad de Alessandro, así que decidió salir a cenar a un lujoso restaurante.El dinero ya no era impedimento para que ella pudiera adquirir lo que deseara, Alessandro le había facilitado fondos ilimitados y ella estaba disfrutando de aquel beneficio; en aquel lugar solo se podía ingresar con reservas anticipadas; Sophia había aprendido de Alessandro que con dinero todo se podía arreglar. Ofreció unos cuantos billetes al recepcionista y él la ubicó en una mesa justo al lado d
Alessandro luego de aquella cena se dispuso a acompañar a Charlotte hasta su apartamento, ella era endemoniadamente atractiva, aquel vestido resaltaba sus espléndidas curvas, el atrevido escote atraía la mirada de él sin previo aviso. Por supuesto Charlotte sabía muy bien tras de que iba, una relación de amigos a ella no le interesaba, conocía perfectamente los beneficios que iban a caer sobre ella si terminaba siendo la mujer con la que Alessandro encontraba desahogo y satisfacer sus necesidades.—Espero que mis indicaciones hayan quedado bastante claras, es un negocio demasiado importante y por ello lo he puesto en tus manos, espero que no me falles y si cumples al pie de la letra nuevamente podré recuperar la confianza en ti —habló Alessandro manteniendo las manos dentro de los bolsillos y su cuerpo erguido.Charlotte se derretía al observar su presencia masculina, aquellos labios que no mostraban ningún tipo de atracción hacia ella, aquella mirada necia que se debatía en un fuert
14 días después de la inseminación artificial.Sophia no ha sentido ningún cambio por parte de Alessandro, continúa siendo el mismo desgraciado que la ignora y la rechaza, solo que esta vez ella ya no se tiene que molestar en huir ante su presencia, disfruta estar tranquilamente comiendo helado en cualquier parte de la casa, ya que ha cumplido con su parte y no se siente presionada de tener intimidad. A pesar de sus calamidades las recomendaciones que recibió por parte de la doctora era que no se podía estresar ni exaltarse ante las preocupaciones, sin importar ella sentía gran aprecio por el bebé que habían puesto en su vientre y por ello escuchábamos música, veía telenovelas como si no tuviera un solo problema en su vida, en aquellos momentos lo único que le importaba era que su bebé naciera sano y fuerte. Cada vez que Alessandro se acercaba a Sophia la observaba con desprecio, ella sabía que lo hacía porque él estaba con aquella mujer, la mujer del baño, y sin importar lo que ell
La tensión en Sophia era demasiado alta, cruzó sus dedos mientras que deseaba con todas sus fuerzas estar embarazada, Alessandro no era el mejor hombre del mundo y ella lo sabía, pero al estar esperando un hijo suyo todo sería diferente, su venganza estaría a la vuelta de la esquina logrando obtenerla de la manera más fácil.—Antes de que abras el sobre necesitamos hablar —comentó la doctora, pero Alessandro arrebató el sobre de su mano y de inmediato lo abrió. —¡Resultado negativo! —exclamó Alessandro mostrando su molestia, al escuchar aquellas palabras Sophia borró de inmediato la sonrisa de su rostro y se levantó.—¿Pero cómo es posible? —preguntó Sophia completamente sorprendida—. Se suponía que me habías traído a lo mejor clínica de inseminación artificial, pero por lo visto está “doctora” lo único que sabe es fijarse en los esposos de sus pacientes —Comentó Sophia y la doctora simplemente inclinó la cabeza.—No sé como lo pueda solucionar, pero necesito ese bebé en su vientre l
Sophia dejó caer su cuerpo sobre la cama, el llanto la impregnaba, nuevamente recorría su cuerpo aquella extraña sensación que sentía el día que estaba al borde de lanzarse del puente, y no era para menos, cuando pensó que todo iba a mejorar, todo empeoró. El hecho de que aquel embarazo hubiese sido fallido fue su peor condena, Alessandro la culpaba, y ella sabía que no había poder humano que lo hiciera cambiar de idea, en lo poco que había conocido a su esposo sabía muy bien que podía llegar a ser tan cruel como él lo deseara. La única diferencia era que ahora Sophia sí deseaba vivir, y sentía temor de que Alessandro cumpliera con la palabra de acabar con su vida si ella no llegaba a cumplir con su parte.Había llegado la hora de enfrentar sus temores, aquella desgracia que tuvo que pasar a como diera lugar tendría que dejarla de un lado o si no terminaría siendo el bocadillo de los lagartos. —¡No tendré otra salida más que ceder! —Exclamó Sophia mientras que se limpiaba las lágri
Sophia luego de tomarse unos cuantos minutos una espléndida idea llegó a su cabeza, sin pensarlo dos veces se levantó a toda prisa de aquella silla yendo directo a su cuarto. Tomó dinero suficiente y salió con intenciones de salir de la propiedad, al llegar a la entrada principal los hombres a cargo de la seguridad de manera amable le brindaron sus servicios, pero ella se negó, les indicó que no tardaría y no había necesidad que la acompañaran. Sophia subió en uno de los autos y arrancó a toda prisa, se encontraba bastante nerviosa porque sabía que sus acciones al ser descubiertas traerían sobre ella terribles calamidades. Luego de conducir por unos cuantos minutos descubrió de manera accidental que la estaban siguiendo, decidió desviarse de camino únicamente para descubrir que sus sospechas fueran ciertas. Hizo una pequeña parada para comprar uno de sus postres preferidos, mientras que llevaba bocado a su boca, a través del rabillo del ojo logró observar el mismo auto que esperab
Alessandro sintió los aromas dulces en el interior de la habitación, al notar a Sophia tranquila y recostada sobre la cama comprendió que ella no le estaba mintiendo cuando dijo que iba a cumplir con su parte. Alessandro retiró su saco, zafó el nudo de su corbata para luego deshacerse de la camisa, la parte superior de su cuerpo quedó al descubierto, su cuerpo tatuado y musculoso quedó a la vista de Sophia, sin rodeos fue directo a ella.El aroma del perfume de Alessandro golpeó contra su olfato, aquel aroma de inmediato la llevó a aquel momento en el que hizo que su parte íntima le palpitara con fuerza y todo su cuerpo se estremeciera ante su contacto.—Te juro que me esforzaré para que lo disfrutes —comentó Alessandro en medio de susurros mientras que sin permiso alguno llevó su dedo pulgar sobre sus carnosos labios.Sophia no respondió una sola palabra tan solo asintió con su cabeza, ya había reconocido y aceptado que había llegado el momento de entregar su cuerpo y nada ni nadie
Sophia se levantó mucho más antes de lo que es lo solía hacer, luego de haber entregado su cuerpo a Alessandro se sentía diferente, se dirigió al baño y lavó su cuerpo, en su interior había sentimientos encontrados, colocó una bata sobre su cuerpo y salió de la habitación necesitaba tiempo para pensar. Atravesó aquel largo pasillo y fue directo al patio trasero, en aquel momento se cruzó con el hombre que la estaba siguiendo, conectando sus miradas él actuó de manera normal.—Ya estoy enterada que me ha estado siguiendo —aseguró Sophia y él no se tomó la molestia de negar—. Entiendo que ese es el trabajo que Alessandro le ha dado, pero le pido el favor de que no le siga pasando información de lo que hago —aquel hombre no le respondió, así que ella dio unos cuantos pasos y se acercó a él. »Así que no está dispuesto a hacerme ese favor, entiendo perfectamente, en ese caso, dadas las circunstancias le ordeno de manera directa que a partir de ahora deberá guardar silencio de lo que vea,