Emma se imaginó que le esperaría lo peor dentro de la mansión, su cabeza no dejaba de pensar en todas las formas en que Dante iba a torturarla mientras ella estuviera convaleciente, después de todo, tenía motivos. El podía hacerle la vida imposible para cobrarle a ella lo mucho que se divirtió durante su incapacidad, o quizá para cobrar venganza de todo el daño que causaron las fotografías tomadas por Mathew. Incluso, Dante podía comportarse como un asno para reprenderla por haberse ido con Mathew y no haber llegado a casa la noche anterior.Por como ella veía las cosas, había mil motivos por los cuales Dante podía ser un patán, además de eso, ella no podía dejar de pensar en todas las formas en que conseguiría hacerla miserable. –Espero que sepas que el hecho de que esté convaleciente no te da el derecho de aprovecharte de mí – soltó a la defensiva, dejándose llevar por las voces en su cabeza, que a su vez eran incentivadas por toda la droga que había en su cuerpo, eso, sumado a la
Durante un par de segundos, Emma miró a su alrededor tratando de reconocer el sitio en el que estaba, ella se levantó de la cama y justo cuando iba a salir, vio a Dante que entraba en el cuarto.–¡Emma! ¿Qué pasó? ¿Por qué gritabas? – preguntó agitado.Ella no pudo responder, así que simplemente se echó a llorar mientras caía nuevamente en la cama.–¿Te duele algo? ¿Necesitas que llame al médico? – él se agachó hacia ella, y le acarició el rostro con genuina preocupación, Emma se veía afectada, sin embargo, al verla a los ojos, se dio cuenta de esa tristeza que no había sido capaz de notar antes.¿Cuánto tiempo llevaba aquella chica andando por ahí con los ojos tristes y el alma aparentemente rota? Se preguntó Dante, quien tuvo que tragar saliva para evitar lanzarse a sus brazos y abrazarla con fuerza, irónicamente, quería poder juntar aquellos pedazos de su corazón que él tambien había ayudado a romper.–Emma, dime que puedo hacer para que te sientas mejor – aquella fue la pregunta m
–¿Estás segura de que te sientes completamente bien para ir a trabajar? – preguntó Dante por la que era casi la décima vez.Habían pasado tres días desde que Emma regresó del hospital, y con los minuciosos cuidados que tuvieron Dante y el ama de llaves, la chica ya estaba perfecta, además el doctor le había dicho que podía continuar con su vida con normalidad.–Si, no te estoy mintiendo, te juro que estoy bien – ella rodó los ojos, pero al mismo tiempo soltó una risa de medio lado, ver a Dante tan preocupado por ella la enternecía realmente.Los últimos días, Dante se había comportado como un verdadero príncipe de cuento de hadas, se había encargado de cuidarla, de acompañarla durante las horas en que tambien estuvo mareada, Emma incluso descubrió al hombre yendo a revisarla a medianoche cuando ya se suponía que él debía estar dormido.–Recuerda que además de mí, tambien debes cuidarte ti mismo – le recordó ella.–Ya estoy mejor – mientras Emma metía sus pertenencias en el bolso, Dant
El director del desfile se quedó anonadado cuando se dio cuenta de lo bonito que le quedaba el vestido a Emma, parecía hecho justo a su medida.–Espérame aquí – le pidió emocionado a Emma, quien se miró al espejo en cuanto el hombre se fue.El vestido era precioso, estaba lleno de plumas y piedras preciosas bordadas a mano, parecía muy costoso y la hacía sentir como una princesa, la chica pasó la mano sobre los adornos y entonces suspiró. Hacía mucho tiempo que no se sentía tan bella como justo en ese momento, ella brillaba con aquel vestido.–¡Mírala! – le dijo a Susan. La mujer abrió los ojos con sorpresa y se llevó la mano al pecho al ver lo bonita que se veía Emma.–Te queda fantástico – la alagó mientras una idea se cruzaba por su cabeza.–Ahora veamos cómo le va en la pasarela – dijo el director.Susan asintió y salió de los camerinos, entre tanto rogaba al cielo para que Emma fuera capaz de manejar los tacones de 12 centímetros, aquella era la prueba final que necesitaba para
–Una de las modelos, la más importante de hecho, tuvo un accidente y ya no puede hacer parte del espectáculo, esta mañana en que llegué a la oficina, Susan estaba como loca por lo difícil que sería encontrar un reemplazo.Dante frunció los ojos, no entendiendo a donde quería llegar su esposa con aquella historia.–Cuando llegamos al lugar de trabajo, es decir la locación del evento, el director de la coreografía me pidió que llenara el espacio de la modelo ausente, solo se trataba de algo del ensayo, una cosa del momento – le restó importancia, aunque la verdad era, que solo estaba buscado hacer tiempo, no quería hacerle la pregunta a Dante porque tenía miedo de su respuesta, así que prefirió seguir dando vueltas al asunto.–¿Y qué pasó, Emma? – el hombre la instó a que siguiera hablando.–Yo me probé el vestido, y no vas a creerme, pero ¡Es una cosa espectacular! Me ajusta a la perfección, pareciera hecho a mi medida, solo faltaría hacerle algunos arreglos y ya quedaría listo para… –
Dante apretó la cintura de Emma y ella soltó un jadeo en medio del beso que se estaban dando, Emma rasguñó ligeramente la piel del cuello de Dante y el miembro del hombre se levantó en respuesta a todo lo que sentía por Emma, eso sin mencionar todas las cosas que deseaba hacerle ahí mismo. Había pasado muchas noches fantaseando con que Emma lo dejara tocar su cuerpo nuevamente y ya que ella lo había permitido, él no pensaba desaprovechar la oportunidad.Mientras se besaban y se acariciaban por encima de la ropa, Emma y Dante trastabillaron a lo largo de la cocina.¡Paff!El pimentero que estaba puesto sobre la isla se cayó al suelo y se rompió en miles de pedazos, por supuesto, tanto Emma como Dante estaban demasiado ocupados como para detenerse por algo tan insignificante como aquello, era tanto lo que sentían que ninguno de los estaba dispuesto a esperar hasta llegar a la habitación para desvestirse.Bajo la mirada caliente y excitada de Dante, Emma comenzó a desabotonar su camisa d
–No es ella, déjala en paz – dijo Mathew, tratando de evitar que su exnovia agrediera a Emma.Emma simplemente se quedó en silencio, viendo a Mathew y después a la mujer en repetidas ocasiones, no estaba muy segura si debía correr en la dirección contraria, mentirle a aquella mujer o simplemente permanecer allí, tal cual a como lo estaba haciendo. –Creo que no hemos tenido el placer de presentarnos – Emma soltó una risa nerviosa – mi nombre es Emma…–Tienes que irte de aquí, este es un espacio exclusivo, ¿Cómo fue que lograste entrar? – el fotógrafo estaba frustrado, su ropa mojada estaba comenzando a sentirse pegajosa y no le gustaba la imagen que estaban dejando ante el resto de los empleados, que no pudieron disimular su interés en la pelea.–Tú tienes razón, todavía no nos han presentado – ella extendió la mano a Emma, quien se decidió a estrecharla con amabilidad.En cuanto la mujer agarró la mano de Emma, la haló al suelo, haciéndola caer al piso rustico de la mina de sal.–¡¿
Con lágrimas en los ojos y el corazón roto, Emma fue hasta el baño, una vez dentro, dejó que las lágrimas recorrieran sus mejillas, estaba lastimada y quería llorar todo lo que fuera necesario para sacar eso del cuerpo y alma, aunque la verdad, dudaba mucho que fuera a olvidarlo con facilidad.Mientras se miraba en el espejo, ella no podía dejar de pensar en cómo era posible que un hombre hablara tan mal de ella después de haber pasado días tan maravillosos, ciertamente no tenía sentido y era algo que Emma no podría explicar. Aunque entre más lo pensaba, más se daba cuenta de que probablemente los sentimientos y lo bien que Dante la hizo sentir solo se trató de una ilusión, alimentada por todo el amor que ella sentía por él.Parecía que nuevamente ella se pintaba en la cabeza a un Dante que en realidad no existía.–Bajaste la guardia, Emma, ese fue tu mayor problema – se dijo a sí misma, mirándose en el espejo.La chica tenía un sentimiento de vacío en el pecho, y le dolía, casi como