Emma no sabía que debía hacer, sabía que la visita de Dante podía generarle demasiados problemas, en primer lugar, porque él jamás debió haberse enterado que ella estaba ahí, y en segundo lugar, porque sabía que las monjas no dudarían en contarle a su hermano y entonces se formaría la tercera guerra mundial. Emma no deseaba eso en lo absoluto, las cosas ya estaban lo suficientemente tensas entre Ezra y Dante como para añadir más leña al fuego ardiendo.–¿Planeas hacer una zanja en la habitación? – Rebeca rodó los ojos al ver como Emma caminaba de izquierda a derecha. –¡Dante no puede aparecerse aquí! Mi hermano me matará si se entera que he estado en contacto con él – la chica estaba al borde de las lágrimas, completamente desesperada.–No me digas que siempre eres tan dramática, por favor – bufó Rebeca, poniéndose en pie – no todo es el fin del mundo, Emma. Vamos, yo te ayudaré a salir de estás – Rebeca se puso la parte superior del hábito, tomó la linterna que mantenía oculta deba
–¿Qué vienes a buscar a esta casa, Dante? – Valeria se hizo un nudo en la cintura y entonces bajo las escaleras.Dante la vio mover las caderas de derecha a izquierda, Valeria seguía siendo igual de sensual que siempre, era hermosa, casi parecía una diosa encarnada dirigiéndose hacia él.–Tengo que hablar con el imbécil de Ezra – gruñó, con los puños apretados, sabiendo que ese cuerpo hermoso que se contoneaba ya no era suyo, ya no lo podía tocar porque ella decidió serle infiel y joderle la vida con la persona que siempre fue su mejor amigo.–¿Sobre qué tienen que hablar?–¿Ahora eres su secretaria personal? – Dante se burló de la mujer – ¿Tan bajo te has rebajado, Valeria? – él fingió lastima por ella, a pesar de que sentía completamente lo contrario, y si tuviera que sentir lastima por alguien, seria por sí mismo, que seguía enamorado de una mujer que al parecer jamás lo había amado. –No soy su secretaria, pero pronto seré su esposa y uno de mis deberes como tal es atenderlo, eso
Ezra salió de la casa completamente furioso, no podía entender porque su hermana insistía en desobedecerlo, por otra forma no comprendía la estupidez de las monjas del convento. Se suponía que la había internado allí porque tendría toda la seguridad necesaria, porque la aislarían del mundo y el único contacto que tendría era con las compañeras y el mismo Ezra, pero tal parecía que estaba completamente equivocado, y eso solo le dejaba una opción al hombre, sacar a su hermana de allí y encontrar algún otro sitio más recóndito en el que pudiera esconderla de la verdad y de los hombres, sobre todo, de uno en particular… Dante.–¡Ezra! No puedes irte así como si estuvieras loco – le gritó Valeria, pero ya era demasiado tarde, el hombre acababa de meterse en su auto y estaba pisando el acelerador de su lujoso deportivo negro, iba tan deprisa y tan furioso que no se dio cuenta que su mayor enemigo, Dante, aún estaba dentro de su auto en el estacionamiento de la mansión – ¡¿Por qué nadie me e
–¡Ezra! Pero ¿Por qué no? Él no es una mala persona – las lágrimas salían de los ojos de Emma y surcaban su carita que se encontraba roja de tanto llorar. No sabía a donde la estaba llevando su hermano y aunque jamás creyó decir aquello, deseaba volver al convento, seguramente eso era mejor que cual fuera el lugar al que la estaba llevando Ezra.–¡Te dije que no! – le gritó furioso, tratando de agudizar la vista para poder conducir.Acababa de comenzar a caer un aguacero torrencial que le impedía ver con claridad a través del cristal del auto.–¡Maldita lluvia! – Ezra le dio un golpe al volante y entonces aceleró, por algún motivo creyó que era una buena idea acelerar para llegar más rápido a casa y decidir qué demonios iba a hacer con Emma – ¿Por qué me haces las cosas tan difíciles, Emma? Solo te pedí una cosa, ¡Una puta cosa! Que me obedecieras, ¿Era muy difícil?Emma esnifó y se agarró con fuerza del asiento, Ezra iba tan rápido que su espalda se pegaba contra el cuero del auto.–
Dante sacó su celular para llamar al número de emergencias o a alguien que lo pudiera ayudar, sin embargo, donde se encontraba la señal era muy débil y su celular no funcionaba correctamente. Completamente frustrado, Dante tiró el celular al suelo, viendo la forma en la que el aparato se hacía añicos.Enseguida, se armó de valor e intentó mover el cuerpo de Emma, tenía miedo porque sabía que no era prudente moverla, podía causarle un daño aún mayor si llegaba a hacer un movimiento indebido, pero tampoco podía quedarse ahí de brazos cruzados, así que, con todo el cuidado, la cargó en sus brazos y la llevó hasta el auto. –Vamos, Emma, espérame un poco más – le dijo, cuando la depositó en el asiento trasero de su auto.Emma se encontraba en peor condición que su hermano, de su cabeza salía sangre y no se veía nada bien, y aunque Ezra también estaba malherido, por lo menos soltaba sonidos de queja, cosa que no hacia Emma, quien estaba completamente inconsciente.Dante miró a Ezra que se
–Estoy segura de que pronto vas a poder dejar de usar ese molesto bastón – dijo Valeria, dando ánimos a Ezra que estaba haciendo su terapia de rehabilitación.Había pasado casi un mes y medio desde el accidente de Emma y Ezra, el hombre, por el contrario a su hermana, recibió la cirugía poco después de que avisaran a sus familiares, después de una cirugía exitosa, estuvo tomando reposo y en ese momento se encontraba en la fase de la rehabilitación muscular.–De hecho, no es muy probable que eso suceda – dijo el médico, con un gesto triste – la cirugía acortó algunos de los ligamentos del señor Astley. –No tengo problemas con el bastón – intervino Ezra gruñendo y mintiendo, la verdad es que le jodia demasiado sentirse como un maldito lisiado, y tener que usar el bastón para andar de un lado a otro lo desesperaba.–Vamos poco a poco – le dijo el doctor, pero Ezra estaba haciendo todo rápidamente porque no veía la hora de poder salir de aquel infierno, tenía asuntos que poner en orden,
En cuanto llegaron a la mansión, Ezra acorraló a Valeria contra la pared, dejándola sorprendida por aquel arrebato, Ezra no parecía querer estar cerca de ella a menudo. –Ha pasado demasiado tiempo desde que estuvimos juntos – le susurró al oído, juntándose al cuerpo de la chica que reaccionó enseguida.Valeria se aclaró la garganta – tuviste una cirugía hace poco, es obvio que no estuviéramos juntos.–Con una pierna me es suficiente para todo lo que quiero hacerte.Ezra movió a Valeria hasta darle la vuelta, de modo que el pecho y el rostro de la chica quedaron pegados contras la pared y su culo se juntó al miembro del hombre, quien dejó el bastón a un lado a pesar del dolor y metió la mano derecha dentro de los pantalones oscuros que ella estaba usando.–Tenemos que hablar, Valeria – murmuró, metiendo sus dedos por debajo de la delicada tela de las bragas.–¿Sobre qué? – respondió ella jadeando, cerrando los ojos y mordiéndose la boca.Había pasado tiempo desde que él no la tocaba
Rebeca abrió los ojos con sorpresa cuando vio a Emma entrando por la habitación, desde aquella última noche en que su hermano la sacó de ahí, la chica no había tenido noticias de Emma, y la verdad era que, aunque Rebeca no era una persona de muchos amigos y prefería estar asilada la mayor parte del tiempo, Emma le generó buena impresión, y a decir verdad, había estado un poco preocupada, a pesar de que ella jamás fuera a decir aquellas palabras en voz alta.–¡Todavía vives! – dijo, con una sonrisa escondida detrás de su característico sarcasmo. Emma no tenía recuerdos de ella, así que frunció el ceño y se acercó con desconfianza.–¿Te conozco? – titubeó.Enseguida, la monja, que estaba consciente de la situación de Emma, se adentró en la habitación para explicar a su compañera lo que sucedía.–Señorita Wilson – se dirigió a Rebeca – su compañera sufrió un accidente de tránsito meses atrás, eso le provocó la perdida parcial de su memoria, ella no recuerda nada de lo que pasó mientras