POV. AmandaLa sensación que me genera el estar disgustada con Javier no es buena. Me hace pensar en la sola posibilidad de que algo le pase, como ya ocurrió una vez y que nos encontremos alejados y duele. Uno de los grandes defectos de mi persona es el orgullo, que muchas veces pensó que es sin razón de ser, un orgullo bastante pendejo. Este hombre frente a mi ha hecho tanto por nosotros, por la pareja que somos y yo he tenido la osadía de dudar de sus sentimientos hacia mi en ya un par de ocasiones y eso es tan pendejo, como el orgullo que me evita pedirle perdón por mi estupidez.Me debato internamente por unos segundos, en los cuales pasan por mi mente las imágenes de todo lo hermoso que hemos vivido, los recuerdos de toda la felicidad que me ha dado y de todo lo que ha tenido que pasar para que estemos hoy aquí.—Perdóname por ser tan tonta, —no comparto tu decisión de ocultarme las cosas, pero una cosa tengo muy clara y eso es que me quieres, tanto como yo a ti.Una sonrisa se d
El día del primer aniversario luctuoso de mi abuelo ha llegado y nos preparamos para salir. Se seguro que vestiríamos todos de blanco y no de negro, así que preparo a mis niños y luego yo me coloco un vestido de manta que me da a poco mas arriba de la rodilla, es de manga corta y Julián viste un pantalon de lino a juego con una camisa de manga corta.Me toma la mano antes de salir y me recuerda una vez más que me ama y que pase lo que pase, estará a mi lado.Es él quien conduce y al cabo de un rato, estamos a las afueras de la iglesia en espera de que lleguen los demás, que no demoran demasiado y van llegando, mirando con curiosidad a quien está parado a mi lado y tiene de la mano a Emilio. Mis tíos saludan con cortesía y no hacen preguntas, se muerden la lengua y sonríen débilmente al desconocido frente a ellos.—Tranquila —me susurra al oído y con su mano libre me da ligeras palmaditas como para infundirme ánimo y tiene tal poder sobre mi que lo consigue y me calmo como por arte de
POV. Javier—¿Te arrepientes de que hayamos venido? —le pregunto cuando veo que Emilio ya se ha dormido y sé que no escuchará lo que sea que hablemos. Me preocupa lo que surgirá en su mente al saber que esta vez, no utilizará el apoyo de su familia.—No —me dice sin dudarlo ni un solo segundo—¿Qué te hace pensar que voy a regir mi vida por la opinión que los demás tienen sobre ella?—Es tu familia —argumento y ella niega.—Tú y mis hijos son mi familia.—Nuestros hijos —le reclamo —no tienes idea lo mal que se siente que intentes eliminarme de la vida de Emilio. No lleva mi sangre, pero es mi hijo por elección.—Perdón, no es mi intención —se disculpa y es sincera —me da un poco de pena o no sé.—¿Peña, por qué? Cuando iniciamos esta relación yo sabía ya de Emilio, me encariñé con él y él a su vez, conmigo. Lo acepto como parte de tu vida y lo quiero de la misma manera que quiero a Aurora oa Regina. Para mi no existe diferencia alguna entre ellos, no la hagas tú.Sé que entiende lo qu
POV. AmandaSiento su rostro colarse en el espacio que hay entre mi cuello y mi rostro. Aspiro el olor de su cabello y lo inhalo con fuerza.—Te he despertado —me dice algo adormilado aún y yo le afirmo con la cabeza.—Y no sabes la felicidad que me da que lo hagas.Me giro para quedar de frente a él y me acurruco en su pecho.Siento sus manos acariciarme de manera suave y dulce y me encanta sentirlo. Tantas mañanas despertando sin él fueron una pesadilla y no quiero pensar que sea un sueño todo esto. No quiero perder más el tiempo en tantas dudas, ni en discusiones sin sentido. Lo único que quiero es poder despertar así cada día de mi vida, sentir su cuerpo piel a piel con el mío y que esto no termine nunca.—Casémonos —le pido de repente y él no deja de abrazarme y solo le escucho decir "ajá" muy bajito —en serio, vamos a casarnos ya seguir adelante con nuestra vida, juntos.Se separa un poco de mi y busca mirarme a los ojos, su gesto es serio y eso me inquieta un poco.—¿Estás segu
POV. JavierMe arde la mejilla del severo golpe que me ha dado, vaya que tiene la manita pesada. Y aunque estoy molesto por ello, me enferma más la sola posibilidad de que Amanda tenga algún tipo de sentimiento por ese imbécil que tanto daño le hizo y que lo sigue haciendo, en complicidad con la persona que más debería protegerla.—...es solo que, moriría de vergüenza cuando Emilio sepa que yo, su madre, él metido preso a su padre. ¡Bonito ejemplo de familia sería ese!Comprendo su argumento, aunque en este momento poco me importa. No me interesa cuán culpable pueda sentirse, no me importa si a ese estúpido se lo lleva el diablo. Me importa solamente que Amanda me diga al oído que él no significa nada para ella, y que soy yo quien ocupa toda su mente, su corazón y su cuerpo.Doy dos pasos hacia ella y mi interior se regocija al ver que no se aleja, permanece firme ante mi y ha vuelto la mujer altiva que me atrajo en el instante en el que la vi por vez primera.La tomo del brazo y cami
Una vez más, corroboro que Amanda domina cada uno de mis sentimientos y mi completa voluntad. Luego de decir que iremos a donde ella elija, sonríe todo el día, anda cantando por ahí, está simplemente feliz.Pero todo cambió la tarde del jueves, cuando tocó el timbre.—Yo voy —dijo y bajó a prisa y descalza por las escaleras. La escuché discutir y me pareció reconocer la voz de Eugenia, fui abajo y lo constaté.—¿Qué pasa? —Pregunté y Amanda volteó rápido a mirarme, pude ver en su mejilla la furia de Eugenia y me apresuré a llegar a su lado.—No te permito a ti, ni a nadie que vengan a romper la paz de mi hogar ni a lastimar a mi mujer ¿de acuerdo? —Le externé con gesto duro y Amanda solo me tomó de la mano y me dio un ligero apretón para decirme que todo estaba bien—Esta mujer no me dejó pasar a verte, te tiene encerrado y te ha alejado de mi —dijo Eugenia llorando y admito que sintió pena en mis adentros, sus palabras llevaban el dolor plasmado y era ese el momento de decir la verda
—Mandy, mi vida —la tomé en mis brazos y paré un taxi que pasaba. No sabía cómo actuar, en momentos ejercía presión en la herida y luego pensaba que no estaba bien. Avanzar era dificilísimo, el chofer se metía por donde podía y Amanda estaba inconsciente.Un miedo en forma de frío me recorrió por toda la columna y quise llorar, pero debía ser fuerte para ella. Casi veinte minutos después llegamos al hospital y la atendieron de inmediato, entró a quirófano y aproveché para llamar a Vera ya su padre y contarles lo sucedido. Pero la llamada que me urgía hacer era a Eugenia.—¡Hijo! ¿Ha cambiado de parecer? —Me dijo en cuanto respondió y yo quería gritarle, comérmela viva de ser posible.—¿Dónde está la perra loca esa? —Pregunté con toda la rabia que había contenido en mi.—Javier…—¡Al diablo, soy Julián, entiéndelo de una puta vez!—¿Por qué me gritas así? —Me preguntó entre lágrimas y aunque supe que fui duro, no me doblegué. La mujer que amaba estaba herida de gravedad por las estupid
POV. AmandaAbrí los ojos con dificultad, hice mi mayor esfuerzo y la recompensa apareció ante mi. Ahí estaba el hombre que me daba la vida a cada instante, me miraba con anhelo y débilmente le sonreí.Se acercó a mi y me dejó un dulce beso en la frente.—¿Cómo te sientes, corazón?—Un poco adolorida, pero bien.Tenía perfectamente claro lo que había pasado. Una tipa sin juicio alguno, poseída por un amor enfermizo y no correspondido, me había herido. Pero nada grave.—Pediré algún analgésico para que pase el dolor —me dijo y se agachó para besar mis labios.-No. Déjalo así, no es fuerte. Mejor dime ¿dónde están los niños?—Vera ya los ha recogido y está en casa con ellos.Su voz era suave y calmada, casi un suave susurro del viento. Permanecía sentado al lado de mi cama y me acariciaba con sus manos y también con la mirada. Una que jamás vi antes.—¿Qué pasa? ¿Por qué me miras así?—Porque te amo —me respondió sin dudarlo ni un solo instante —y tuve miedo de perderte, ya sé lo que tú