Daniel terminó de anotar en su agenda, tomando valentía mientras se colocaba de pie agradeciendo a Sergio quien intentó detenerlo, pero era tarde así que solo se quedó mirando como se alejaba ese hombre de la oficina. Daniel no tenía miedo, ni nervios porque había dos posibilidades la salvaba o moría en el intento; siendo sincero no le tenía miedo a ella porque había sido diagnosticado hace un mes y medio con cáncer en los testículos, no había querido comentarle a nadie ni siquiera pagarse las quimioterapias por mucho dinero que anduviera en sus bolsillos, sencillamente porque no quería pasar por ese proceso. Sin embargo, sabía que tenía algo pendiente con la vida antes de irse donde era encontrar a Emily, pedirle perdón por haberse ido y confesarle sus sentimientos; donde lo iba a hacer costara lo que costara además tenía una pequeña sorpresa p